“Esta profesión va de contar historias, no de ser famosa o ganar dinero”
La actriz Paloma Bloyd encarna a Niki, la chica enamorada en 'Perdona si te llamo amor'
¿Cómo encarar un personaje del escritor Federico Moccia? ¿Cómo poner rostro a alguien que para miles de adolescentes es un mito, una leyenda, a veces un antes y un después de sus vidas? A Paloma Bloyd (Chicago, 1988) le ha tocado afrontar ese problema. Por suerte, no era la primera actriz que interpretaba a una chica Moccia; por desgracia, no era la primera actriz que interpretaba a Niki, una adolescente Moccia. "Cuando me convocaron a las pruebas me fui corriendo a la FNAC y me compré el libro [Perdona si te llamo amor]. Vi claro lo que querían, el personaje. Al ser la adaptación de una novela hay ciertas moléculas del ADN que no pueden ser alteradas. Eso debes de tenerlo claro. También hay que quitarse la presión de los fans, claramente no puedes agradar a todo el mundo, pero debes llegar a cuantos más, mejor. Me planteé algo como aquellas pulseras que ponían '¿Qué haría...?', que estuvieron muy de moda en Estados Unidos en los noventa: yo empecé a pensar como Niki, a crearla como un juego, que saliera desde la relajación y quitarme de la cabeza la presión de las novelas". ¿Cuáles son esas moléculas a no olvidar? "Su frescura, su calidad humana. Empatiza rápidamente y es libre en sus decisiones. Cuando se cruza con Álex encajan. Puede que al tener solo 18 años no ha vivido cosas que la permiten ser más libre, por otro lado tampoco es una ingenua. Yo la construí con este pensamiento: 'Álex es el hombre de mi vida'. Es una chica enamorada, ese era su motor". Bloyd remata: "Tener miedos es contraproducente en el amor".
Perdona si te llamo amor, que se ha estrenado esta semana, es la segunda ocasión en que la novela de Moccia llega las pantallas. La primera la dirigió en 2008 el mismo Moccia. Ahora la visión es española. Bloyd ha decidido, en su primer gran papel en el cine, no ver la otra película: "No la vi antes del rodaje y ahora ya he visto algunas secuencias. No quería caer inconscientemente en la copia de algo que hubiera visto. Preferí guiarme por la novela y el guion". ¿Qué tienen las novelas de Moccia para ser tan atractivas a su público? "Son de lectura fácil, tienen muchas frases que te hacen soñar, muy buenrolleras, muy de películas de verano de esas que las ves en un día tonto y las disfrutas".
La vida de Bloyd ha saltado de un lado a otro del Atlántico. De padre estadounidense y de madre asturiana, nació en Chicago pero sus primeros diez años los pasó en Gijón. A esa edad vuelta a Estados Unidos, a Florida y Chicago. Y a los 18 años, vuelta a España. Semifinalista de Supermodelo 2007, al año siguiente actuó en la obra Adulterios, dirigida por Verónica Forqué, con María Barranco y Miriam Díaz-Aroca de compañeras. "Fue mi primer trabajo profesional y supuso una experiencia educativa, porque hicimos más de 800 representaciones, con gira por toda España, lo que me ayudó a conocer un montón de teatros fantásticos. Me enseñó la importancia del compromiso con el trabajo. No debes bajar la guardia pase lo que pase en tu vida personal."
La gira de la obra 'Adulterios' me enseñó la importancia del compromiso con el trabajo"
Ha estado viviendo en Los Ángeles -"Estoy muy nómada últimamente, vivo donde me sale trabajo"- procedente de Nueva York, donde ha rodado Little Galicia, de Albert Ponte. Antes estuvo por Europa filmando la serie Los Borgia -en televisión ha aparecido en, entre otras, Águila roja, El barco, Ángel o demonio, El internado y el telefilme Inocentes-. "En Los Ángeles estoy disfrutando de su vida cultural. Hace poco fui a ver Donnie Darko en la misma sala en que va el protagonista al cine. Era una sesión doble, con la película y la que ven, Posesión infernal. Y entre una y otra salió Richard Kelly, el director de Donnie Darko, a hablar de su concepción, su rodaje... Me costó cinco dólares. Una maravilla". Eso sí, la carrera de actriz es igual de complicada a un lado y a otro. "No pasa de la noche a la mañana, es de sembrar mucho, con constantes altibajos... de esos que algunos califican como momentos de descanso [risas]. Es decir, cuando no te llaman y solo tú crees en ti misma, que sirves para ello. En EE UU es igual de complicado. Hay gente que hasta los cuarenta años no han tenido su primera oportunidad". Bloyd pone un ejemplo de un intérprete que admira y que explotó tarde -y poco tiempo, por desgracia, porque falleció a los 42 años-: John Cazale. "Nunca sabe cuándo vas a romper y por tanto debes estar metida en esta profesión por los motivos adecuados, esto no va de hacerse famosa ni ganar mucho dinero, va de contar historias".
Babelia
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