El acueducto de Segovia será restaurado
La intervención se hace para retirar un canal de plomo que provocaba daños en la piedra
El Acueducto de Segovia, declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, será sometido nuevamente a obras de restauración, después del proyecto integral que se desarrolló, hace quince años. Precisamente el proyecto actual, que se ha iniciado este lunes, con la colocación de los andamios, se centrará en retirar un canal de plomo que se instaló entonces sobre el conducto natural de piedra, con el fin de devolver de forma ornamental la función para la que fue construido por los romanos, el transporte del agua, pero que llegó a ser utilizado en muy contadas ocasiones.
Con el paso del tiempo, la canalización artificial se ha ido deteriorando, provocando acumulación de agua de lluvia y filtraciones, que pueden ser graves en la zona que ahora se va a tratar, unos 650 metros de la parte de una sola fila de arcos, entre el segundo desarenador y la plaza de Día Sanz, restaurada por los Reyes Católicos, después de su destrucción en la conquista de Segovia por los musulmanes, en el siglo XI. Se trata de una parte muy sensible del monumento ya que los pilares no son macizos sino que están rellenos de piedras y otro material en el interior, que se va deshaciendo con la humedad y pueden llegar a quedarse huecos.
El arquitecto director del proyecto de la anterior restauración, Francisco Jurado, ya había aconsejado vigilar cada seis meses el canal de plomo, para evitar esta circunstancia, pero no existe un plan de vigilancia estricto, mientras discrepan sobre las competencias el ayuntamiento, propietario del monumento, y la Junta de Castilla y León, responsable del mantenimiento del patrimonio histórico artístico. El canal de piedra, con una longitud de 776 metros en la parte visible, tiene unas dimensiones de 25 centímetros de ancho por 30 de alto, con un caudal máximo de 20 a 30 litros por segundo.
Con un presupuesto de 30.000 euros -financiados por Bankia a cambio de publicidad en los andamios y otras zonas próximas- y un plazo de tres meses para su terminación, el proyecto prevé una intervención mínima, según la concejala de Patrimonio, Claudia de Santos, que consiste en retirar el canal y sellar las juntas en las que se producen las filtraciones, también en el último arco junto al conocido como Postigo del Consuelo. Además, tras escuchar las recomendaciones de expertos en ornitología, se va tratar de impedir el anidamiento de palomas, colocando pequeñas piezas graníticas en las juntas entre sillares, cuyos excrementos provocan daños en la piedra. En la última restauración completa, la Junta de Castilla y León invirtió 932,3 millones de pesetas de entonces -unas 40.000 pesetas por sillar-, de los que 300 millones fueron aportados por la Fundación Caja Madrid.
Babelia
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