El debut de Maggie Gyllenhaal
La actriz protagoniza la serie de espionaje ‘The Honourable Woman’
La migración de las actrices del cine a la televisión continúa. Uno de los últimos fichajes ha sido Maggie Gyllenhaal. Su debut en este medio ha llegado gracias a la miniserie The Honourable Woman, que está emitiendo en España Canal + Series. “Ni pensé que lo que estaba haciendo era televisión. En su contenido, en su cadencia, hasta en su rodaje, fue como una película, pero de ocho horas”, cuenta a EL PAÍS. Su estreno televisivo ha llegado con la serie de Hugo Blick, una historia de espionaje que tiene como telón de fondo las tensiones entre Israel y los territorios ocupados.
No es que la reina del cine independiente tuviese especiales ganas de hacer televisión. Lo que quería era hacer buen cine. Y, pese a la candidatura al Oscar por Corazón rebelde, o quizá por su culpa, Gyllenhaal se lamenta de la escasa calidad de los papeles que recibe, una letanía de “madres solteras de buen ver” que se repiten en los guiones que llegan a su mesa. Hasta que empezó a leer The Honourable Woman. “Era una historia de una mujer de verdad, de 36 años, mi misma edad. Y madre, como yo. Una mujer con toda su soledad, su atractivo o su falta de él. La oportunidad de mostrar una mujer en su totalidad”, describe la intérprete. Si bien el gran público puede recordar su rostro de El caballero oscuro, se dio a conocer con papeles tan complicados como independientes en películas como Secretary o Hysteria. Y, como subraya ella misma, Blick escogió en The Honourable Woman “un tema increíblemente difícil de resolver”.
Los ocho capítulos se rodaron entre Reino Unido y Marruecos
Concienciada y siempre dispuesta a decir lo que piensa, esta vez Gyllenhaal prefiere no ir más allá. “No quiero que se resuma en una o dos frases la complejidad de esta historia”. Tampoco desea que nadie se llame a engaño. The Honourable Woman es una historia de ficción, un thriller de espionaje en el que, llevando la contraria a las normas del género, hay más mujeres que hombres. Pero el enfrentamiento militar durante los últimos meses en Gaza, coincidiendo con el arranque de esta coproducción en EE UU, hizo de The Honourable Woman una historia más vigente. “He aprendido mucho de aquella región y mi corazón está hecho pedazos después de lo ocurrido, pero lo único que creo y espero es que el arte pueda hacer algo por la reconciliación, que haga hablar del asunto y abra una puerta a la esperanza”.
Rodada en Londres y Marruecos, la serie supuso también un reto personal. De hecho, la actriz, madre de dos niñas, estuvo a punto de decir que no. El rodaje la obligaba a alejarse durante cuatro meses de su casa en Nueva York. Todo fueron facilidades: por parte de la producción, que le puso casa en Londres a ella y su familia; de su marido, el también actor Peter Sarsgaard, quien insistió en que no podía dejar pasar el papel, y hasta de su madre, que se quedó con sus dos hijas.
Es consciente de que su trabajo no fue ni cine ni televisión, al rodarse los ocho episodios a la vez bajo la dirección única de su guionista y showrunner. “No tuvo nada que ver con el típico rodaje de cine donde sabes que a las tres cuartas partes de la película el héroe vivirá el momento crucial, hasta soltará alguna lágrima, y se enfrentará a su antagonista”, recita aburrida con algunos tópicos. Pero sabe que este fue un trabajo inusual y por eso tampoco se ve cambiando de medio. “Una cosa fue hacer The Honourable Woman y otra que me vea leyendo el guion de un solo episodio de una serie y firme por siete años. Eso no lo tengo tan claro”, apostilla sobre un medio que tiene mucho que cambiar antes de que se convierta en el nuevo hogar de esta actriz independiente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.