120 añitos
Esa es la edad que cumple el cinematógrafo El festival de Cannes lo ha celebrado con un acto extraordinario
Esa es la edad que cumple el cinematógrafo, 120 tacos. El festival de Cannes no ha dejado pasar la efemérides y la ha celebrado con un acto extraordinario, y desde luego, simpático. Dado que el cine fue inventado por los hermanos Lumière y que este año el jurado de Cannes está presidido por los hermanos Joel y Ethan Coen, nada mejor que invitar igualmente a los hermanos italianos Paolo y Vittorio Taviani y los belgas Jean Pierre y Luc Dardenne, premiados todos ellos en este festival, incluso en más de una ocasión. Y al acto asistieron ellos como si al cine bueno le sentaran bien los enlaces fraternales tal como les sentó bien el suyo a los Lumière. Y otra pareja, aunque en este caso sin lazos familiares entre si, presentaron la función: el director del festival, Thierry Frémaux, que a su vez lo es del Instituto Lumière de Lyon, y el presidente del mismo, Bertrand Tavernier, que no solo es autor de muy buenas películas sino un cinéfilo empedernido y sabio. Se proyectaron numerosas películas de los Lumière rodadas en Francia y en otros muchos rincones del mundo, incluidos los Estados Unidos, donde como es sabido se toparon con la avidez de Thomas Edison, inventor del vitascopio, que originó la conocida "guerra de las patentes", expulsando con ella de las salas a las películas de los franceses y de prácticamente cualquiera que no fuera de las que él producía. Bravuconadas del Imperio, que dicho sea de paso no han cesado del todo. Pero como proclamó un triunfante Tavernier, "Edison no pudo con los hermanos Lumière"...
Los dos presentadores fueron comentando sobre la marcha con buen humor y gran conocimiento cada una de las películas que se proyectaban. El público reía sus ocurrencias y aplaudía en cada caso el talento de los Lumière, que a pesar de que ellos creyeron que "el cine es un invento sin futuro" crearon no pocos elementos que hoy son de vibrante actualidad. Cine fresco, naturalmente ingenuo, pero cuya capacidad para sorprender sigue intacta.
Daba cierta envidia el espectáculo. El cine es un invento francés y en eso no hay discusión. Como tampoco la hay en que el faraónico festival de Cannes sigue siendo por ahora el más importante. Pero el amor y respeto por su cine y el empeño en conservarlo bien no tendría por qué ser exclusivo de los franceses. Y uno pensaba durante la proyección en las ya atávicas dificultades económicas y burocráticas de la Filmoteca Española que siguen sin ser resueltas por gobierno alguno, en el desdén oficial con que se trata en nuestro país al cine y no solo al actual, y en cómo sería en un festival español un homenaje similar a los pioneros españoles –alguno de los cuales tuvo que emigrar a Francia para desarrollar sus inventos–. Algún homenaje, modesto y local, ya se ha hecho en España, hay que recordarlo, pero qué lejos del organizado en este festival de Cannes… Menuda lección.
Babelia
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