Pasión y ‘thriller’ con la mujer del embajador
Belén Rueda protagoniza la serie de Antena 3 ‘La embajada’, el estreno más visto de la temporada
Luchas de poder, intriga, ambición, traición, corrupción, pasión. La embajada abrió el lunes pasado sus puertas en Antena 3 convirtiéndose en el estreno más visto de la temporada (con 4.034.000 espectadores y un 22,5% de cuota de pantalla). Belén Rueda y Abel Folk protagonizan esta ficción cuya acción se desarrolla en la embajada española en Tailandia, un lugar en el que la corrupción campa a sus anchas y al que el nuevo embajador llega dispuesto a limpiar de suciedad, algo que parece que no será sencillo.
Entre las tramas de La embajada, llama la atención el tratamiento de la corrupción política y empresarial, un tema que casi parecía tabú en la ficción nacional (salvo honrosas excepciones como Crematorio, de Canal +). Belén Rueda (Madrid, 1965) no piensa que haya temas prohibidos en las series españolas, "sino que hay temas que hay momentos en los que interesa y otros en los que no. Pero eso pasa también en la realidad. Para los políticos, hasta hace poco, determinados temas eran intocables, y de un tiempo a esta parte parece que por fin son humanos. La grandeza está en que una productora como Bambú tenga la visión de pensar que es el momento de hacerlo", explica la actriz entrevistada por EL PAÍS.
Rueda da vida a Claudia, la mujer del nuevo embajador español en Tailandia, que la actriz describe como "una mujer independiente e inteligente pero que también tiene un punto pasional". De hecho, esa vertiente más pasional ya quedó clara en el primer capítulo en una escena de sexo con el actor Chino Darín. "Tal como son los personajes, con una vida social en la que se comportan de una manera y una vida íntima en que lo hacen de otra, esa escena era necesaria. Pero son secuencias que siempre te preocupan especialmente por su complejidad y por la preocupación por no pasarnos, qué mostrar y qué no...".
La ficción española está viviendo un momento en el que se atreve a innovar tanto temática como estilísticamente. Para la actriz, en realidad ese paso adelante de las series nacionales llegó hace tiempo. "Ahora vas a cualquier mercado internacional en el que se muestran series y España tiene un puesto muy alto. La ficción española es un referente y con presupuestos bastante bajos. A lo mejor puedes decir: 'me gustaría que esto fuera House of Cards'. Pues vale, dame el dinero de House of Cards. Con Estados Unidos no se puede competir, manejan otros medios".
Además de la serie, Belén Rueda acaba de estrenar en cine la película La noche que mi madre mató a mi padre, una comedia dirigida por Inés París de cuyo resultado Rueda se siente muy satisfecha. "No sabes lo que me ha costado hacer esta película. La gente piensa que es muy fácil hacer reír, y no es cierto", comenta después de reflexionar sobre las complicaciones de las actrices para encontrar papeles de interés en el cine pasados los 40. "La tele parece que se lanza primero a hacer determinadas cosas y luego el cine entiende que las historias de mujeres que ya han cumplido los 40 también son interesantes. En esto influye mucho la educación, hay que seguir luchando por la igualdad, y también que el número de directoras y guionistas mujeres frente a directores y guionistas hombres es muy diferente", reivindica.
De La embajada, la actriz destaca la valentía de la propuesta de la productora Bambú y de Antena 3 al apostar por una historia diferente y con un ritmo más pausado que el habitual. "En muchas series se considera que el espectador es menos inteligente de lo que es, pero luego ves que cuando se habla de temas que parecen complicados pero que nos afectan a todos como este, la gente responde".
¿Y si todo fuera un sueño?
Belén Rueda ya se ha convertido en una habitual de la pequeña pantalla desde que llegara a ella en 1997 con Médico de familia. Después vinieron Periodistas, donde retomó el papel de Clara Nadal, la miniserie La princesa de Éboli, Luna, el misterio de Calenda, B&b y, por supuesto, Los Serrano. "¿Que qué me pareció el final? Lo mismo que a todo el mundo", ríe la actriz. "Pero estando dentro entiendes el porqué. Querían terminar con una mezcla de final apoteósico y de nostalgia recuperando a los actores que se habían ido y que querían que volvieran. Y la forma fue esa", trata de justificar uno de los finales más comentados y criticados de la historia televisiva nacional.
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