La receta del churro mexicano
El cine mexicano taquillero se encuentra calibrando los ingredientes necesarios para llenar las salas
¿Qué se necesita para que los mexicanos vayan al cine? Es difícil que una película mexicana mantenga llenas las salas durante varias semanas. Para algunas producciones del país, incluso, es imposible sostenerse más de una semana en las carteleras o salir de un círculo reducido pero hambriento de cine. En los últimos años, un sector de la industria se ha dedicado a encontrar la fórmula del taquillazo mexicano: aquella película que lleva a más de cinco millones de personas al cine y que tiene una historia sencilla cargada de elementos que atraen a las masas.
El último gran estreno de esta ola es ¿Que culpa tiene el niño?, que entró en las salas hace tres semanas y está a punto de ingresar en el ranking de las cintas más taquilleras del cine mexicano con cuatro millones de espectadores e ingresos por 192 millones de pesos (10,2 millones de dólares). La película protagonizada por Karla Souza está cerca de otros éxitos como No se aceptan devoluciones (2013), Nosotros los Nobles (2013) y El crimen del padre Amaro (2002). Y no solo en el monto de la taquilla sino también en los elementos que las han llevado a triunfar entre las audiencias.
En México se conoce como un churro cinematográfico a aquellas producciones que a todo el mundo gustan y que terminan siendo grandes éxitos a pesar de que carecen de complejidad o arte. Durante mucho tiempo los únicos churros que se veían en el país eran las cintas de Hollywood, verdaderas fórmulas para el taquillazo seguro. Los X-Men, por ejemplo, han sido un churro histórico y una garantía de salas llenas, sin embargo, este tipo de películas ahora compite en números con los churros mexicanos.
La receta para estas cintas mexicanas está bajo prueba y en constante reforma
La receta para estas cintas mexicanas está bajo prueba y en constante reforma. ¿Qué culpa tiene el niño? — la historia de una chica que queda embarazada tras una noche de fiesta— reúne buena parte de los elementos que han llevado a millones de personas al cine a ver, por ejemplo, Nosotros los Nobles y No se aceptan devoluciones. Es un relato que podría ser una tragedia pero que está abocado al género comedia, porque los mexicanos somos de risa fácil, y con momentos de franca sensiblería.
Además, plantea desde el comienzo como un concepto clave al clasismo y la exageración entre los extremos. La diferencia entre clases fue también durante mucho tiempo un tema crucial para telenovelas, pero producciones cinematográficas como Nosotros los Nobles y ¿Qué culpa tiene el niño? han aprovechado hasta volverlo casi el tema central. La estructura de la historia en la película de Souza recuerda la cinta Knocked up (2007) —protagonizada por Katherine Heigl y que también trata de un embarazo accidental— pero se concentra tanto en el tema de las clases que en algún punto pierde de vista el planteamiento original de la cinta.
¿Qué culpa tiene el niño? también recurre a los personajes de televisión para atraer público. La actriz Mara Escalante, famosa por su personaje de Doña Lucha en la serie María de todos los ángeles, le da una ligera vuelta a su personaje de la pantalla chica para representar a la “típica” madre mexicana en el cine. A pesar de los lugares comunes y lo previsible de los nuevos taquillazos, los mexicanos están volviendo a las salas y eso podría, en el mediano plazo, generar audiencias para otros géneros del cine en México que ya se hacen en el país pero que aún no son populares. Aunque seamos honestos, a todos nos gustan los churros.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.