La Casa Buñuel en México busca salir de su laberinto
Un acuerdo entre España y México abre la puerta a una solución para el centro cultural, que lleva cerrado más de un año
Un acuerdo entre los ministerios de Cultura de México y España abre una nueva puerta para la Casa Buñuel, atascada en un laberinto administrativo que ha mantenido el espléndido recinto anclado en el corazón de la capital cerrado durante más de un año. Tras su compra por el Estado español, la vivienda familiar del cineasta aragonés hasta su muerte en 1983 funcionó fugazmente como espacio cultural y residencia de artistas hasta su cierre en mayo del año pasado. El nuevo destino acordado será convertirse en la sede de Academia Mexicana del cine (AMACC) y servir de enlace entre los acervos cinematográficos de ambos lados del Atlántico.
Con más de 200 metros cuadrados, tres plantas y jardín, la casa fue construida a medida como un guiño a la Residencia de Estudiantes de Madrid, aquella incubadora de talento donde Buñuel coincidió con otros referentes de la edad de plata española como Dalí o Lorca. Al morir la viuda del cineasta, Jeanne Rucar, el domicilio pasó en alquiler de mano en mano hasta que los herederos, los dos hijos de la pareja, decidieron vender. En 2010, el Gobierno español compró el inmueble por medio millón de euros con la pretensión de revitalizar la fantasía adolescente del director aragonés.
Talleres, conferencias, exposiciones, festivales de cine, estancias de artistas, académicos y cineastas como Jonás Trueba o Harum Farocki pasaron por el caserón de la colonia del Valle. Tras una inyección de otros medio millón y el sostén en la gestión de la Filmoteca de la Unam, la Casa Buñuel funcionó a pleno rendimiento de junio de 2013 a mayo de 2015. Hasta que una pugna larvada entre las dos cabezas de la política cultural española en el exterior estranguló la financiación.
El destino final depende de la formación de un Gobierno en España
El propietario del inmueble es el ministerio de Cultura pero la cartera de Exteriores es la encargada de bombear el dinero. Ante el bloqueo derivado de la disputa por el control del centro se planteó incluso su venta al Gobierno mexicano a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), según publicó este periódico en noviembre.
El acuerdo anunciado la semana pasada, fraguado en una reunión entre el ministro de Cultura mexicano, Rafael Tovar y de Teresa y el secretario español José María Lasalle, supone un avance significativo para resolver el enroque. El movimiento, en todo caso, no es definitivo. La confirmación del nuevo destino depende en última instancia de la situación política en España, que atraviesa una etapa de inmovilismo institucional tras la celebración de dos elecciones generales en los últimos seis meses.
El acuerdo para la formación de un Gobierno, que presumiblemente continuará en manos del Partido Popular, es el requisito necesario para la aprobación y liberación de presupuestos y recursos públicos. “Hasta que no se configure el nuevo Gobierno no se podrá avanzar ya que cambiar el uso de la Casa Buñuel depende de una decisión política”, apuntan fuentes del Ministerio de Cultura.
Aún queda por dilucidar la forma jurídica que amparará el uso conjunto del centro por parte de los dos países. El nuevo proyecto incluye la creación de la Cátedra Buñuel para la investigación de la historia cinematográfica y la creación de una red de trabajo entre las Filmotecas y las Academias de cine mexicana y española. La presidente de la AMACC ha manifestado a la prensa su intención de conservar el recinto como espacio residencial y de exposiciones: “Hay dos habitaciones habilitadas como residencia que permanecerían y nos gustaría que hubiera una oficina virtual de las academias de cine de Iberoamérica”.
Babelia
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