Espacio Mínimo no deja de crecer cuando cumple 25 años
La galería de arte madrileña, que empezó en Murcia, consolida su presencia internacional
Hace 25 años, dos chicos muy jóvenes, Luis Valverde (Valladolid, 1966) y José Martínez (Abenójar, Ciudad Real, 1955) decidieron abrir una galería de arte en Murcia. Valverde estaba vinculado a una compañía de teatro independiente y Martínez trabajaba para la comunidad autónoma en la realización de exposiciones. Buscaron una sala minúscula de unos 12 metros cuadrados incluido el jardín, contactaron con jóvenes artistas y, dadas las características del local, le pusieron un nombre obvio: Espacio Mínimo. Después, hace unos 16 años, la pareja se trasladó a Madrid y abrió su nueva sede en la calle Doctor Fourquet, en las proximidades del Reina Sofía y de la influyente Helga de Alvear. Nada en el mundo del arte contemporáneo es coser y cantar, pero, los mínimos, como les llama en la profesión, han conseguido consolidar una galería imprescindible en el circuito internacional. Con una envidiable cartera de artistas nacionales y extranjeros, pasean por todas las ferias del mundo y sus exposiciones son un referente en la cartelera madrileña. Estos días festejan con sus artistas un cuarto de siglo de existencia con una exposición de Liliana Porter realizada para su espacio Actualidades/ Breaking News, una muestra en la que la veterana artista reflexiona sobre identidad y representación.
Recién llegados de la Feria de Helsinki y mientras supervisan los últimos retoques de la artista, Luis Valverde y José Martínez hablan de su trabajo y no dudan en afirmar que una galería es, sobre todo, un proyecto de vida. No importa cuál de los dos haya verbalizado esas palabras porque en todo parecen estar de acuerdo. Valverde, por ejemplo, puede comenzar a expresar una idea que, sin que suene a interrupción, acaba completando José Martínez. No hay una división de funciones en el negocio. Ambos son propietarios y directores y hacen de todo, aunque de manera natural cada uno se relacione mejor con un determinado artista. “Con que a uno de los dos algo le parezca bien, vamos adelante”.
Entre los dos van contando cómo era su vida en la Murcia de los 70. Valverde se ganaba la vida como profesor de Arte Dramático y Danza y José Martínez organizando muestras que, en su mayor parte, no le interesaban. Parece que fue Luis Valverde quien un día planteó a su compañero que dejara de quejarse: “Tienes energía de sobra para abandonar lo que haces. Lo dejamos todo y nos embarcamos en el proyecto”.
Era 1992. Buscaron un local y expusieron a su primer artista: Lido Rico (Yecla, Murcia, 1968). "El problema era que en Murcia no se vivía mal y eso te aletarga más que estimularte. Nosotros éramos pasmosamente ingenuos. Allí no había nada. Era un erial. Pensemos que entonces no existían centros como La Conservera ni nada similar. Tampoco vendíamos nada porque no había interés por lo contemporáneo ni vida artística en general".
Elección de la calle
Con ese panorama, decidieron embarcarse en otra aventura y en el 2000 se instalaron en Madrid. Solo tenían claro que la galería tenía que estar, ser un punto de paso importante. “Elegir esta calle no fue casual”, cuentan. “A dos pasos está el Reina Sofía y Helga de Alvear, la galerista que más interés despierta aquí. No había duda. Conseguimos este local de dos plantas a la calle. Ahora hay más de 13 colegas, pero entonces no fue tan fácil”.
Las cosas cambiaron. Convirtieron su galería en un punto de referencia con las sucesivas exposiciones de la veintena de artistas con los que trabajan habitualmente (Anne Bening, Felipe Cortés, Liu Ding, Erwin Olaf, Tom of Finland, Philip Jones, Manu Muniategiandikoetxea…).
No se han convertido en millonarios con el arte pero tienen un círculo de compradores habituales que han posibilitado que la galería se consolidase. En el plano personal, pudieron contraer matrimonio en una ceremonia oficiada por Trinidad Jiménez, lo que les incluyó entre los pioneros de la ley aprobada por el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero.
“Que nos dejen de considerar emergentes”
Luis Valverde y José Martínez opinan que el panorama de las galerías españolas se ha transformado radicalmente en este cuarto de siglo. Quedan muchas batallas pendientes, como el IVA cultural, pero están satisfechos por su presencia internacional. Su mayor preocupación es velar por las obras de sus artistas.
Algunos berrinches han sufrido en todo este tiempo cuando algún artista deseado era arrebatado por la competencia. “Pero lo peor”, recuerda Valverde, “ocurrió en la etapa de Murcia, cuando nos llegó destrozado todo el material de una exposición del fotógrafo alemán Erwin Olaf. No teníamos seguro y nos costó un dineral”.
¿Cómo se ven dentro de otros 25 años? “Muy tranquilos. Esperando que el relevo lo cojan otros y a nosotros nos dejen de considerar de una vez por todas unos galeristas jóvenes o emergentes”.
Babelia
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