‘Transparent’, la comedia más trágica
Tres temporadas y la serie todavía se mantiene en una altura muy superior a la gran mayoría de las ficciones en emisión
¿Cómo puede ser que Transparent todavía se clasifique como comedia? ¿Cómo puede etiquetarse así una serie que te rompe el corazón cada dos capítulos y que termina su temporada dejándote un nudo en la garganta? Casos como el de Transparent (o el de Girls, o el de la ya desaparecidaTogetherness) piden a gritos la creación de nuevas categorías. O que desaparezcan las etiquetas, directamente.
Transparent habla de la búsqueda de la propia identidad, del dolor de no saber quién eres, de la frustración de no poder ser quien eres. Habla del sufrimiento ante la muerte. Y de la búsqueda de sentido a la vida. Habla de la familia, de la amistad y del amor. De la religión. De la sexualidad. De las dudas del día a día. Transparent habla de la vida, con sus alegrías y sus miserias.
La serie protagonizada por Jeffrey Tambor ya va por su tercera temporada, que el sábado emitió al completo Movistar Series —aunque los usuarios de su plataforma online, incomprensiblemente, tuvieron que esperar 48 horas para poder ver los 10 capítulos—. Tres temporadas y todavía se mantiene en una altura muy superior a la gran mayoría de las ficciones en emisión. Ahora que ya conocemos el mundo de los Pfefferman, toca profundizar en los personajes. La antes insoportable Ali ha madurado. Sarah sigue perdida sin hallar su identidad sexual. Josh es el que más sufre de los tres hermanos en esta temporada, mientras que la rabina Raquel, su ex, muestra sus grietas. Además, ahora conocemos mejor a la exmujer de Maura, Shelly, que en el capítulo final parece haberse propuesto romper el corazón a los espectadores. Judith Light ha hecho crecer el personaje hasta que por fin ha salido del cascarón.
Y, mientras, el drama de Maura y el festival interpretativo de Jeffrey Tambor, desde el primer capítulo hasta el último. El dolor de Maura es nuestro dolor gracias a Tambor. Cuando se angustia por lo que le pueda pasar a una chica que llama a la línea de ayuda que ella atiende. O cuando dice a su familia que va a comenzar el proceso de reasignación de sexo y que no quiere que le sigan llamando "mapá", sino "mamá".
Transparent tiene el poder de la naturalidad, de mostrar las vidas más desestructuradas posibles como si fueran lo más normal del mundo. Y es que lo es. ¿Quién tiene una vida perfecta? ¿Quién sabe exactamente adónde va, qué quiere o qué siente? Nadie. Los Pfefferman tampoco.
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