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TEATRO

El duelo de la orfandad se hace teatro

Ernesto Caballero pondrá en escena en el María Guerrero ‘Inconsolable’, el texto de Javier Gomá sobre la muerte de su padre, protagonizado por Fernando Cayo

Rocío García

El teatro como un espacio para pensarnos, para compartir experiencias y reflexiones. Con este objetivo, el director del Centro Dramático Nacional, Ernesto Caballero, inicia un viaje que tiene que ver mucho con la idea de filosofía en escena que le ronda desde hace tiempo. El primer capítulo de este proyecto de filosofía oral, de literatura conceptual, tendrá como escenario el teatro María Guerrero con un montaje en torno al sobrecogedor texto del filósofo Javier Gomá sobre la muerte de su padre. Un monólogo, Inconsolable, dirigido por el propio Caballero e interpretado por Fernando Cayo, sobre la experiencia universal de la orfandad. “Es un texto luminoso donde el pensamiento se hace emoción y la emoción se hace pensamiento”, asegura entusiasmado el responsable del CDN, que con este espectáculo, con espacio escénico diseñado por Paco Azorín, cerrará la temporada teatral.

Aún con el afligido dolor del duelo por medio, ha sido un encuentro feliz el del dramaturgo con el filósofo. La decidida apuesta de Ernesto Caballero (Madrid, 1957) por un teatro en torno al pensamiento se ha topado con la firme decisión de Javier Gomá (Bilbao, 1965) por sacar la filosofía al mundo, -“filosofía mundana”, la llama él-, por tratar de recuperar la oralidad de la filosofía. “La filosofía escrita está destinada a ser dicha. Cuándo se hace oral, se convierte en algo más directo, sencillo y conmovedor. De igual manera que las novelas no están dirigidas solo a los novelistas, la filosofía no tiene porqué escribirse solo para los filósofos. Hay que sacar la filosofía al mundo. La filosofía es literatura hecha con conceptos, una filosofía sin emoción no es filosofía”. Las reflexiones de Gomá vienen de lejos. Llevaba tiempo acariciando el proyecto de realizar pequeñas producciones para la escena teatral, de introducir a la gente en conceptos filosóficos con una mínima dramatización. La inesperada muerte del padre en noviembre de 2015 y la convulsión que le generó -“me sorprendió la intensidad del sentimiento que no quiere, ni tiene consuelo”, explica ahora- se cruzó por el camino.

El monólogo dramático que escribió y que publicó el diario El Mundo ocho meses después y que ahora da un salto a la escena ha aparcado, de momento, ese objetivo. Pero la profundidad conceptual del texto no se aparta de la ambición de compartir sentimientos y experiencias, de hacer filosofía para todo el mundo. Así lo cree Ernesto Caballero, que quedó profundamente conmovido con su lectura. “Más allá del dolor personal, es un texto capaz de reflexionar sobre lo que es la muerte y la pérdida, la orfandad. Posee una gran intensidad y muy teatral. Es un recorrido íntimo que puede compartir con mucha gente. Su lectura provoca una conmoción muy honda que no tiene nada que ver con lo melodramático. Habla de él, de su padre y lo hace sin incurrir en la autocompasión. Ese lugar de la pérdida está cargado de aciertos y de humor. La orfandad es un sentimiento universal. Lo que yo pretendo transmitir con el montaje es la misma vibración que sentí al leer el texto”, asegura el director del CDN, que aplaude lo que él llama “el optimismo militante” del autor.

Javier Gomá, que en febrero próximo publicará La imagen de tu vida, un libro que incluirá este monólogo, explica que su pretensión no ha sido la de hacer literatura terapéutica. “No quiero que los espectadores sean testigos de mi terapia. Lo que pretendo es compartir la experiencia universal de la orfandad y la privación salvaje del último animal mitológico que es el padre. La experiencia de escribir sobre este sentimiento inconsolable fue gozosa, toda una experiencia de fecundidad y vida. No lo hice para liberar mis demonios”, explica el autor, que confía en que la conmoción vivida en las dos lecturas en privado que ha realizado con Inconsolable trascienda al público de la sala grande del María Guerrero, donde se estrena el próximo 28 de junio con las entradas ya a la venta.

El itinerario del duelo

Estos solo unos fragmentos, apenas unas palabras, del monólogo Inconsolable.

“El material de trabajo que he usado para este itinerario son mis vivencias, pero de ellas he elegido sólo las que comparto con los demás, desechando las que solo a mí me conciernen”

“Acabo de soportar un acto de violencia sobre mi vida una especie de violación existencial y he sentido la necesidad de explorar todos los caminos para recuperar la serenidad perdida”.

“Sabía por supuesto que mi padre se moriría, pero no sospechaba ni remotamente qué significaba para un hijo que muera su padre. Escuché decir a mi mujer algo parecido sobre el parto: ‘Nadie me avisó de esto”.

“Los padres no son simplemente personas amadas, son el último animal mitológico”.

“Cuando murió mi padre, fue como si hubieran arrancado las primeras páginas del libro de mi vida. Parte de mí quedó enterrada con él para siempre, allí…”.

“La orfandad supuso un tremendo corrimiento de tierras que hizo de mí la pequeña isla que soy ahora”.

“No me duelen prendas en reconocer que no he representado delante de mis hijos el papel de la entereza y la serena resignación ante la desgracia que quizá se esperaba de mí. Al contrario, he llorado, gemido y sollozado desvergonzadamente delante de ellos”.

“Quizá el duelo no sea otra cosa que aprender a pensar en la pérdida de la persona amada sin pena y sin culpa”.

“El totalitarismo de la muerte, que puede llegar a ser aplastante, es neutralizado por el sano relativismo del humor”.

“La muerte, en el fondo, no es más que otra vulgaridad más, esta vez universal, que nos iguala a todos los seres vivos, incluidos los mosquitos”.

“Un consejo final antes de irme: cuidad de vuestra imagen mientras estéis a tiempo, haced de ella una invitación a una vida digna y bella. Nada más. Adiós”

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