Foxygen: Hilarante pop teatral
El disco de la banda estadounidense recibe una calificación de 8'5 sobre 10
Cuando todavía, un año después de su muerte, somos incapaces de medir el vacío exacto que David Bowie ha dejado en el pop, una de sus grandes enseñanzas queda perfectamente plasmada en un intratable dúo estadounidense llamado Foxygen. Formado por dos amigos del colegio, Jonathan Rado y Sam France, Foxygen representa con asombroso arrojo la quintaesencia de una máxima bowieana: el pop como puro teatro. Un propósito que cobra significado de mandamiento divino en su nuevo disco, Hang.
FOXYGEN
Hang.
Sello: Jagjaguwar-Popstock!
Calificación: 8'5 sobre 10.
Es algo que vienen haciendo de una forma más o menos reconocible desde sus comienzos, cuando en 2011 con un puñado de canciones llamaron la atención del exquisito músico Richard Swift, que les produjo su primer largo, el circense Take the Kids Off Broadway (2012). Con su derroche juvenil y su entusiasmo por el brillo sonoro del glam, Foxygen surgieron en la escena del indie rock norteamericano como una bella e ingobernable personalidad sonora, impulsada por el notable We Are the 21st Century Ambassadors of Peace & Magic (2013). Rado y France desprendían un embriagador aroma de pop estelar con una mezcla de tinte psicodélico y de cabaret, incluso en el ambicioso pero irregular ...And Star Power (2014). Ahora el asunto suena mayúsculo, tanto que hasta parece una hipérbole, una gran parodia de sí mismos y de sus ídolos. Pero no. Hang es una absorbente fábula sonora, con un desparpajo grandioso al nivel que en la actualidad tienen The Last Shadow Puppets. Un viaje a la gloria del mejor pop de los setenta con purpurina, luces, cantos de sirena, brillantes, bailes imposibles de salón y raudales de emoción descontrolada, como esas juergas desmelenadas que te pegas en las primeras citas hasta altas horas de la madrugada con tu pareja, cuando, sin pensar en el futuro, solo os importa el fantástico presente.
Hang suena pletórico gracias a la gran sección rítmica Lemon Twigs, pero también a la imponente labor de una orquesta de hasta 40 músicos dirigidos en los arreglos por dos fueras de serie: Trey Pollard y el instintivo Matthew E. White, que ya demostró sus dotes a los mandos del delicioso debut de Natalie Prass. Son ocho composiciones de hilarante pop teatral desde ese arranque eufórico que es Follow the Leader.
Grupo salido de las calles de Los Ángeles, Foxygen canta con mofa — y con esa voz barrial de France a lo Lou Reed o Mick Jagger— a una California vacía sentimentalmente, casi de cartón piedra en su estado emocional de tierra prometida corrompida por el dinero y la falta de ética. Avalon, en un homenaje a Sunset Boulevard, suena como si Tenth Avenue Freeze-Out de Bruce Springsteen cobrase un sentido burlesco bajo el sol de la costa oeste. America enlaza pasionalmente con Billy Joel y su ambiente de Broadway mientras On Lankeshim vuelve a remitir a la inocencia descomunal del primer Bowie. Fantasías urbanas vivas y melodramáticas como la mejor representación de la vida. Puro teatro. Cierto: Bowie sonreiría orgulloso con estos personajes.
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