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Tilda Swinton: “Muchas películas de Cannes no se verán en salas”

La polémica entre Netflix y el certamen francés enturbia la proyección de ‘Okja’, de Bong John-Ho

Gregorio Belinchón
Tilda Swinton y Bong Joon-Ho, ante los fotógrafos esta mañana en Cannes.
Tilda Swinton y Bong Joon-Ho, ante los fotógrafos esta mañana en Cannes.ALBERTO PIZZOLI (AFP)
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Desde hace unos años, el coreano Bong Joon-Ho ha ido erigiendo una filmografía especial que ha encontrado eco inmediato en los creadores occidentales. Por eso, ver cómo la polémica Netflix-Cannes ha salpicado la proyección en la sección oficial de su sexto largometraje, Okja, ha resultado doloroso para sus seguidores. Él, en cambio, se lo ha tomado con más distancia, y esta mañana en la rueda de prensa, en la que ha parecido rodeado de su numeroso reparto, Bong cuestionado por el manifiesto leído por Almodóvar el primer día, en que señalaba lo paradójico de darle un premio a un filme que no se vería en cines, apuntó: “Yo con estar aquí ya soy feliz. Soy fan de Almodóvar, me alegra que vaya a verla. Pase lo que pase después, estará bien para mí”. Poco más de lo adelantado ayer sobre su relación con Netflix (como que el filme se verá en salas en Reino Unido, Corea del Sur y EE UU), más allá de la loa. “Me encanta trabajar con ellos porque me dieron todo el apoyo y con un gran presupuesto, además de una absoluta libertad en rodaje y montaje. No hubo ninguna presión. Me gusta su flexibilidad… y si la gente es abierta de mente siempre hay espacio para acuerdos”.

En la película el reparto combina actores coreanos y anglosajones, y justo al lado de Bong estaba sentada Tilda Swinton, que además ejerce de productora ejecutiva. Ella sí entró más en la polémica: “Es el comunicado de Almodóvar, y lo respeto. Pero la verdad es que hemos venido no por los premios sino porque es la oportunidad perfecta para que se vea la película. Creo que en este negocio hay espacio para todos”. Y Swinton siguió por esta línea, tras preguntarle si no le importa que la película no llegue a salas: “Hay centenares de películas en Cannes que la gente no verá en salas. Y hermosas películas cuyo público las descubre en otras pantallas. Lo importante es que Netflix le ha dado la posibilidad de hacer a Bong la película que quería”.

Okja es una especie de supercerdo –en realidad parece un hipopótamo gigante- que desarrolla una corporación con la intención de acabar con el hambre mundial. Pero antes de su comercialización ceden 23 de ellos a granjeros tradicionales para que los cuiden durante 10 años antes de que concursen a ver cuál es el mejor. En Corea uno acaba siendo el mejor amigo de una niña huérfana que vive en las montañas con su abuelo, y que no querrá que pasada la década la corporación, dirigida por Tilda Swinton, recupere al bicho. En su camino a Nueva York a recuperar a Okja encontrará unos curiosos aliados, los miembros de un grupo de liberación animal liderados por Paul Dano y con Lily Collins entre sus miembros. Porque Okja parecería en su inicio una ingenua película ecológica infantil. En absoluto, y el mensaje es claro, hasta el punto de un paralelismo final con el Holocausto judío. “Puede que haya mucha mezcla de géneros”, cuenta Bong, “pero nunca fue mi intención confundir al público. Sencillamente me sale así”.

La carrera de Bong Joon-ho empezó en el certamen de San Sebastián, donde se estrenó Perro ladrador, poco mordedor, su debut. Posteriormente llegarían Memorias de un asesino, The Host, Mother y Snowpiercer, en la que por primera vez contó con actores occidentales como Tilda Swinton. En varias de sus secuencias de acción, Okja recuerda a The Host por los movimientos del gigantesco animal, pero bebe más de La historia interminable, Babe, el cerdito valiente o E. T., el extraterrestre. Sobre esa referencia, Bong apuntó: "Me interesa el cine del Spieberg de los setenta. En realidad, esa es la década que más me ha influido, porque durante aquellos años se hizo un cine muy especial, con grandes maestros… Gente como Imamura…”.

En Okja hay una larga reflexión sobre la relación del hombre con la naturaleza y su manipulación por intereses espúreos. “Existe una organización como la que aparece en la película. Su intención me parece buena, porque defienden que el hombre y los animales deben de vivir en armonía”. Jake Gyllenhaal, que encarga a un alocado biólogo televisivo al servicio de la multinacional, completó las palabras de Bong: “La película habla sobre un viaje que muestra que el capitalismo se come la naturaleza, en contra de la relación armoniosa que establece la niña protagonista con el medio ambiente. Por suerte, es el momento adecuado de estrenar esta película, porque necesitamos que este mensaje llegue a todo el mundo, y por eso es importante que la distribuya Netflix, porque lleva el filme a todo el mundo. En una sociedad en la que se mezclan verdades y mentiras, es maravilloso que una expresión artística explique nuestros sentimientos y pueda ser disfrutada por tantos espectadores”.

La anécdota final que ha rodeado a Okja es que en una de las dos salas donde se ha visto a las 8.30 su proyeccion ha empezado con varios problemas técnicos que han provocado rumores jocosos sobre boicot a Netflix, lo que Bong ha sorteado con humor: "Así han podido ustedes ver dos veces la secuencia inicial, que está llena de detalles".

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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