Luc Besson: “Hace falta valor para hacer esta película, porque es irrealizable”

Unos instantes antes de que se apaguen las luces y salten las primeras imágenes de su última película, Valerian y la ciudad de los mil planetas, su director, Luc Besson (París, 1959), aparece brevemente en la sala de proyección y, casi con aire cohibido, saluda a la decena de periodistas allí congregados, a los que manifiesta su deseo de que les guste la película que se disponen a ver. Una película que no es un filme más en su extensa carrera. Una película que retoma un sueño de infancia. Una película que es un monstruo, y no solo por las múltiples criaturas galácticas que habitan el universo Besson. La aventura galáctica ha supuesto siete años de trabajo y más de 2.000 personas se han visto implicadas en este proyecto que él mismo define como imposible. Una película que ya se ha convertido en la más cara del cine francés y con la que se juega no solo su prestigio, sino, quizás, poder llevar adelante otros proyectos tan inverosímiles en el futuro. Como una segunda parte de Valerian, que, cuenta, ya tiene escrita.

Pregunta. ¿Es esta la película que siempre quiso hacer?

Respuesta. Valerian forma parte de mi infancia, lo descubrí a los 10 años. Vivía bastante lejos de París, había una sola cadena de televisión, no había Internet, así que la historia de dos agentes en el espacio me abrió los ojos, marcó mi infancia y más. Pero la idea de hacer una película vino mucho más tarde. Fue gracias a (Jean-Claude) Mézières, el dibujante de Valerian, que fue el primero que me dijo, ¿por qué no haces una película? No se me había ocurrido. Me lo dijo hace 20 años.

P. ¿Por qué ha esperado tanto tiempo?

R. La tecnología no estaba lista, hizo falta esperar a Avatar para que fuera posible. Y yo tampoco estaba listo, no tenía suficientes conocimientos y, quizás, tampoco suficiente valor. No me sentía aún capaz de hacerlo, hasta que un día me dije, hala, vamos a ello.

P. ¿Hace falta valor para hacer una película así?

R. Sí. Porque es una película irrealizable.

P. Pero usted la ha hecho

R. Sí, pero no sé cómo. ¿Conoce la historia del abejorro? Hay científicos que han calculado la masa del abejorro y la superficie de sus alas y, matemáticamente, no pueden volar. La única razón que han encontrado para explicar que lo haga es que el abejorro no sabe que no puede. Y por eso vuela. [Valerian] es mi abejorro. No es posible hacerlo, pero yo no lo sabía. Y por eso he logrado hacerlo.

P. La película se inspira en el sexto tomo, El embajador de las sombras. ¿Por qué no empezar por el principio?

R. Hay muchas cosas que me gustan de ese álbum, sobre todo que habla de Alpha, esa especie de estación espacial donde todos los pueblos del universo viven juntos, lo que es increíble, comparten sus conocimientos, su cultura, y eso me interesaba, porque me permitía hablar de muchas cosas, como la convivencia, la inmigración, del planeta, la ecología… para mí era un buen escenario para empezar.

P. ¿Era importante que no fuera una mera película de ciencia-ficción, sino que hablara también de cosas terrenales?

R. Son cosas que me preocupan y es el tipo de cine que me interesa. Si lo único que se quiere es pasar un buen rato, que el filme sea fun [divertido, usa el término en inglés], entonces hay que ir a ver una película estadounidense. Hay una diferencia entre la comida rápida y un restaurante. O como los muebles. Hay muebles de fábrica muy bonitos, pero este es un mueble único hecho a mano.

P. ¿Es la película más difícil de su carrera?

R. No. Lo gracioso es que, con la experiencia, uno se organiza mejor y cuando uno se prepara mucho y se es más organizado, todo es más fácil de hacer. Le Grand Bleu fue mucho más complicado, Juana de Arco también.

P. ¿Le molesta que comparen Valerian con Star Wars y Avatar?

R. No, para nada. Siempre que no se confundan las cosas. Creo que los tres universos son diferentes, por su temática, sobre todo. Star Wars es guerrero, muy edípico, el padre, yo soy tu padre, la lucha del bien y el mal… Lo adoro, soy fan, pero es eso. Avatar es Pocahontas. Valerian no tiene nada que ver. Es Starsky y Hutch en el espacio. Está la historia constante de ellos, que se pelean un poco, que ella le gusta a él, pero ella no quiere… es muy humano. Y habla de conflictos de nosotros hoy.

P. Es la película más cara europea y algunos medios especializados dicen que usted se lo juega todo con ella. Si no tiene éxito de taquilla, ¿está acabado?

R. No sé quién ha dicho eso, es ridículo. Es gente que habla sin saber. No hay ningún todo o nada. La película está cubierta, está pagada en un 95%. Además, no se puede hacer una película así sin esa cobertura; hace tres años, fuimos a solicitar a todos los distribuidores extranjeros, españoles, portugueses, alemanes y les mostramos el guion, el concepto, y ellos dijeron, ‘os sigo’. Y dieron un adelanto. La película se ha hecho con todos esos recursos. Así que está cubierta. Luego está la decepción si no funciona y España perderá un poco, Alemania otro poco… yo también, pero no es un todo o nada. Eso son escándalos falsos.

P. ¿Y personalmente?

R. Lo único que está en juego es la reputación. Porque si a nadie le gusta la película y esta no funciona, para mí será complicado volver dentro de un año a la misma gente y decirles oigan, tengo otra idea. Me dirán, mira Luc, tú eres muy majo pero ya no creemos en ti. Está ese riesgo la reputación. No es económico, es sobre todo moral. Que es lo importante.

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