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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘I Love Dick’, obsesión sexual

Una serie muy rara, la historia de una obsesión y también una reflexión sobre el arte y sobre el sexo desde el punto de vista femenino

Natalia Marcos

I Love Dick (Amazon Prime Video) es la historia de una obsesión, la de la protagonista con Dick, un artista equipado con atuendo vaquero, aire solitario y físico de Kevin Bacon, el tipo duro que se mete en la cabeza y en las fantasías de Chris (Kathryn Hahn), una artista que llega acompañando a su marido a la comunidad de Marfa, Texas. Esa obsesión, que terminará contagiando y afectando al marido, Sylvere (Griffin Dunne), se refleja en las cartas que ella escribe a ese idealizado objeto sexual y sirve para agitar la tranquila y monótona vida de la pareja que, de paso, provocará un terremoto en la vida de la pequeña comunidad.

I Love Dick es rara. Muy rara. Es de esas series que no son para todos. Es la historia de una obsesión, sí, pero también una reflexión sobre el arte y sobre el sexo desde el punto de vista femenino. Con un argumento muy sencillo y pocos personajes, la serie, cuyo título juega con el doble sentido de "Dick" como abreviatura de Richard y como término para referirse coloquialmente en inglés al miembro viril, traslada al espectador la obsesión de sus protagonistas para, si se consigue caer en sus redes, enamorarse de su locura.

Jill Soloway, creadora de Transparent y una de las guionistas de A dos metros bajo tierra, y Sarah Gubbins son las responsables de esta serie basada en la novela de mismo título que Chris Kraus escribió en 1997 y que se convirtió en libro de culto del movimiento feminista. La mirada femenina es poderosísima y omnipresente también en la serie, que llega al cénit en su quinto capítulo, A Short History of Weird Girls (Una breve historia de chicas raras), donde cuatro mujeres cuentan sus recuerdos vitales con el sexo como centro.

No es sencillo conectar con I Love Dick. No está hecha para que todo el mundo lo haga. Sus aires pretenciosos no hacen fácil recomendarla. Es una serie que se entiende a sí misma como una obra de arte para un público minoritario, y no lo oculta. Pero también es importante por los asuntos que trata y cómo los trata, sin ningún pudor, sin censuras y sin ocultar nada. Y es importante porque reivindica que la creación artística y el deseo sexual no son solo cosa de hombres.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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