‘La voz’, el singular reto de la música en directo en televisión
El programa, que afronta desde este viernes su tramo final, apuesta por las interpretaciones en vivo, algo poco habitual en la televisión española
Pablo López, solo ante el piano, defiende su nueva canción El patio sobre el escenario de La voz. El estribillo suena fuerte y nítido por los altavoces, como si fuera un concierto. Pero la mayor parte de la gente presente en el plató de los Estudios Picasso en Villaviciosa de Odón parece ignorarle. No es así. Unos están pendientes de que la canción cuadre con todos los requisitos técnicos, otros de la banda que en el siguiente ensayo entrará con Lopez, otros se encargan de la iluminación, los realizadores discuten sobre cómo retransmitir la actuación y otros preparan la siguiente escenografía. Es miércoles y están ensayando las actuaciones de La Voz que se emitirá en directo el viernes por la noche en Telecinco (22.00). La mañana del miércoles le toca a López y tres de sus pupilos en el concurso practicar.
La voz ha llegado a su tramo definitivo y sus cuatro últimas entregas —dos de actuaciones en vivo, la semifinal y la final del 22 de diciembre— se emitirán en directo. Este concurso es de los pocos programas en la televisión española que tiene toda la música en directo. Tanto las voces de los artistas como el trabajo de la banda. No existe el playback. Y ahora se enfrenta al reto del doble directo: el de interpretar la música y el de la retransmisión en vivo por televisión. Solo para este viernes han tenido que preparar y ensayar casi una veintena de canciones.
"El unico programa así era Operación triunfo, y era playback musical, que no de voz. Lo único que se toca ahora en directo como dios manda en toda la televisión española es este programa y, curiosamente, La ruleta de la suerte, que hay una banda de tres tíos tocando en directo", cuenta Fermín Villaescusa, productor musical del talent show producido por Boomerang, en un receso del ensayo. Una idea que reafirma su hermano Jorge, también productor: "Nunca ha habido mucha música en directo en España, en especial de diez años a esta parte. Se ha perdido. Primero, por la costumbre española de no dar importancia a la música. España es una sociedad acultural musicalmente hablando. La gente no lo pide porque desde hace muchos años se les ha dado todo en playback y ya no lo saben distinguir".
Los hermanos Villaescusa se muestran muy orgullosos de sacar adelante este reto. "Hay mucha gente que piensa que La voz es en playback, por lo bien que suena. Músicos incluidos. Cosa que a nosotros nos satisface, pero por otra parte dices, joder, es un buen piropo, pero no lo saben. Tú vas a Inglaterra, directo. Sudamérica, directo. Y aquí no", explica con vehemencia Jorge. De fondo, se escucha a López entonar Tu enemigo, la canción que va a interpretar junto a los concursantes de su equipo la noche del viernes.
El músico es uno de los cuatros coaches (a mitad de camino entre jueces y entrenadores) del concurso, junto a Malú, Manuel Carrasco y Juanes. Una de sus labores es aconsejar a los participantes que están en sus equipos. Y así se aprecia durante el ensayo. Sus consejos para corregir un tono o la entrada de una frase se entremezclan con las peticiones del coreógrafo a Laura, una de las concursantes, para que entre de una forma diferente en el escenario. Esta es la parte más bonita del concurso para López. "Lo bueno de esta etapa es que se cumple una parte vital de mi profesión, que es la del contacto personal. Antes no tenemos tanta oportunidad de hablar con ellos porque hay una separación por cómo funciona el formato. Ahora puedo cantar con ellos, hablar con ellos, bromear, saber cómo son, cómo respiran, cuál es su personalidad", comenta el músico al acabar los ensayos. "Nuestra profesión está superunida a cómo somos fuera. La gente que yo he seguido y escuchado toda mi vida, son igual de bonitos o de cabrones fuera que dentro del escenario", remata López.
¿Qué es lo que más se teme desde el programa al doble directo? "Que falle la técnica. Es lo más difícil de controlar. Tú puedes tener controlados los ensayos, los cantantes, las historias, los vídeos a los coaches, pero no sabes si de pronto algo peta, aunque lo tenemos todo muy controlado y duplicado y en los años que llevamos haciendo La voz solo ha fallado algo de técnica una vez", explica Encarna Pardo, productora ejecutiva del programa. Para Fermín, todos los temores están dirigidos a la tecnología: "Lo que más miedo tengo al directo es a las máquinas, a los ordenadores. Que falle la maquinaria. La música no. Los músicos no se van a equivocar", explica.
600 canciones por año
En La voz todos los temas que interpretan los concursantes los eligen ellos mismos. Jorge y Fermín Villaescusa llevan casi 2.000 canciones preparadas en los últimos años. A lo largo del año llegan a ser unos 600 temas para la versión de adultos y para la infantil del programa. "El principal problema musical que hay es hacer que los temas duren un minuto y medio en la primera fase y dos minutos y medio ahora. Es una exigencia del dueño del formato. Tiene que tener una intro, la estrofa, el estribillo, si tiene una parte interesante, un cambio de tono...", explica Fermín.
Para Jorge, lo complicado es no poder adelantar nada: "No sabemos qué va a pasar, qué temas se elegirán al final. Entre gala y gala es un día para decisión. Ese mismo sábado cortamos los temas, con sangre y lágrimas. El domingo se escriben. El lunes los ensayamos y ya el miércoles estamos aquí. Los talents tienen el corte desde el sábado y la maqueta que la grabábamos a la vez que ensayamos la tienen solo un día. Esto va a saco. Las finales son tremendas".
Una parte fundamental de que todo salga bien engranado corresponde a los coaches vocales. Hay cuatro, uno por equipo. La cantante Rut Marcos es la encargada del equipo de Pablo López. "Hemos venido a las 7.30 de la mañana a ensayar ya. Todo lo que los participantes hacen aquí, nosotros lo enseñamos en clase, hacemos un calentamiento vocal. Todo lo que toca la banda está grabado en maqueta para que ellos sepan exactamente cómo va a sonar aquí y lo que hemos hecho es repasar el tema las veces que hayan sido necesarias para ajustar cosas de afinación, de ritmo, de estilo, matices, para que no suene monótono", explica. "Cuando ellos llegan aquí ya saben lo que tienen que hacer y solo tienen que ponerlo en escena, atendiendo al sonido, que se escuche bien, a las posiciones que les marca coreografía, etc.", remata Marcos.
La experiencia del directo es aún más intensa para los participantes que para los coaches. "Tienen que tocar con una banda con sonido real, es lo que más les gusta, se vuelven locos. Es un nivel musical y de sonido de un gran concierto, de una estrella, como si fuera para Alejandro Sanz. Lo que oyen está vivo, el golpe de batería no es siempre el mismo, ni el volumen, eso hace que seas vivo y que ellos formen parte de un todo", cuenta Jorge Villaescusa momentos antes de ser requerido por un ayudante de Pablo López, que necesita saber cómo es la estructura de la canción que tienen que ensayar a continuación. La presión por superar el reto de que el viernes por la noche el directo suene perfecto es constante.
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