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Santiago abre la batalla judicial contra el expolio cultural de los Franco

El Gobierno de Martiño Noriega demanda a la hija del dictador para que devuelva las dos estatuas del Pórtico de la Gloria que usurpó su padre

Sonia Vizoso
Imágenes de Abraham e Isaac reclamadas a los Franco.
Imágenes de Abraham e Isaac reclamadas a los Franco.

Tras 40 años de democracia, el Ayuntamiento de Santiago de Compostela ha abierto la primera batalla judicial de una Administración contra el expolio de bienes culturales gallegos que cometió el dictador Francisco Franco. El gobierno local de Compostela Aberta, una candidatura de unidad popular que lidera el nacionalista Martiño Noriega, ha presentado esta semana una demanda civil en los juzgados de Madrid para reclamarle a Carmen Franco Polo, hija del general fascista, que devuelva las dos estatuas del Pórtico de la Gloria de la catedral que la familia se quedó pese a que son propiedad municipal.

“La demanda está sustanciada en una demostración absoluta de la propiedad de las piezas por parte del Ayuntamiento, del hecho de que en ningún momento existió ningún tipo de acuerdo de cesión a la familia Franco, ni institucional ni legal", ha señalado este viernes Noriega. El alcalde de Santiago ha subrayado que las valiosas esculturas "forman parte del patrimonio público y del patrimonio histórico artístico del Estado y que por tanto tienen que regresar a su ciudad para disfrute de todos los gallegos y de todos los visitantes que vengan a Santiago".

Las dos figuras, atribuidas al Maestro Mateo y que se cree representan a los profetas Abraham e Isaac, fueron adquiridas el 4 de junio de 1948 por el Ayuntamiento de Santiago a Santiago Puga Sarmiento, conde de Ximonde, y por ellas se abonaron 60.000 pesetas. Los expertos aseguran que forman parte del exterior que tenía originalmente el Pórtico de la Gloria, desmontada en 1738, cuando se erigió la actual fachada de la catedral, obra de Fernando Casas Novoa.

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El contrato suscrito entre el Ayuntamiento y el conde de Ximonde establecía que si las estatuas “salían del patrimonio municipal, ya sea por enajenación, donación, concesión de depósito o cualquiera otra posible manera”, la corporación debía pagar una indemnización de 400.000 pesetas. “Son valiosísimas obras del mejor período de la escultura románica en España, es decir, mediados los años del último tercio del siglo XII”, escribía sobre ellas Manuel Chamoso Lamas, comisario de Patrimonio Artístico Nacional en Santiago cuando se firmó la compra.

Las imágenes de Abraham e Isaac lucieron desde entonces en una de las escaleras de acceso a las plantas superiores del Pazo de Raxoi, sede del gobierno local, ubicada en la plaza del Obradoiro, justo enfrente de la catedral. Hasta que, según la investigación realizada por el Ayuntamiento de Santiago, el 25 de julio de 1954, Franco y su mujer, Carmen Polo, acudieron a la tradicional ofrenda al Apóstol y a la inauguración de la rehabilitación, ejecutada entonces en el Hostal dos Reis Católicos para convertirlo en parador.

El dictador y su esposa recibieron todos los honores. Franco fue agraciado en el Ayuntamiento con la Gran Medalla de Oro de la ciudad y Polo, con el título de Dama de Honra. Pero no les pareció suficiente. Según la reconstrucción de los hechos realizada por el gobierno compostelano, cuando la comitiva recorrió la casa consistorial, Polo “centró su atención en las dos esculturas del Maestro Mateo, mostrando un interés muy insistente por ellas al alcalde, Enrique Otero Aenlle”.

A los pocos días y sin que mediara ningún tipo de acuerdo “ni formalidad alguna”, explican fuentes municipales, Otero Aenlle, que presidió la corporación santiaguesa entre 1949 y 1957, envió las figuras del Pórtico al Pazo de Meirás, residencia de verano del matrimonio y donde las piezas estuvieron algunos años hasta que fueron trasladadas a la Casa Cornide de A Coruña, un pazo del siglo XVIII que le fue donado a los Franco por el empresario Pedro Barrié da Maza, fundador de la eléctrica Unión Fenosa y del Banco Pastor. Tres años después de complacer el deseo de los Franco, el regidor Otero Aenlle fue nombrado gobernador civil de Lugo.

El Ayuntamiento de la capital gallega admite que debido a los 60 años transcurridos “es prácticamente imposible obtener una prueba testifical directa” de estos hechos, lo cual no quiere decir que la usurpación no dejara rastro. En la Exposición Internacional de Arte Románica que se celebró en Santiago de Compostela en 1961, las dos esculturas se expusieron con sendos carteles en los que se podía leer: Propiedad de Su Excelencia el Jefe del Estado.

“Lo jurídicamente relevante es que, primero los cónyuges Franco Bahamonde y Polo y Martínez-Valdés y después su hija como heredera, detentaron y detentan las esculturas de forma ilegítima y sin que conste ningún título para ello”, señala el informe jurídico del Ayuntamiento en el que se basa la demanda judicial.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.

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