El nuevo ‘reality’ de OT se vive en Instagram
Los vídeos en directo de Amaia y otros concursantes del programa son adictivos por la cercanía y naturalidad de sus protagonistas
Operación triunfo sigue vivo en nuestros corazones... y en Instagram. Porque, aunque el programa haya terminado oficialmente (esta noche La 1 emite una gala especial con la que estirará un poco más el fenómeno mediático en que se ha convertido el talent show), su espíritu se ha trasladado a las redes sociales. Los concursantes han convertido las redes, especialmente Instagram, en el nuevo canal 24 horas del programa. La gran protagonista del fin de semana ha sido la ganadora del concurso, Amaia, que a pesar de no haber frecuentado mucho las redes durante su estancia en la academia, ha encontrado en los vídeos en directo de Instagram una forma rápida y directa de contactar con sus seguidores, con otros artistas y con sus propios compañeros. Así, los que nos quedamos huérfanos de OT la semana pasada hemos recibido una metadona que engancha más todavía que la droga original.
Es inevitable quedarse embobado mirando cómo la joven e ingenua pamplonesa alucina con la cantidad de ciudades desde la que le mandan saludos, o cae en la trampa cuando le dicen que hay alguien detrás de ella, o recibe una regañina de su madre por no estar haciendo la maleta en vez de estar enseñando a sus seguidores la habitación que comparte con su hermana. El sábado por la noche Amaia no salió, estaba resfriada. Prefirió quedarse a charlar con sus fans y ver después la segunda temporada de Stranger Things. Y cuando sus seguidores le pidieron que se arrancara con algún tema, cogió su guitarra y se puso a ello. Que si la canción de Friends, la de Narcos, un poco de los Beatles, un poco de El Kanka, un villancico en bable... El concierto improvisado de Amaia era adictivo. En los comentarios, Rozalén prometía enviarle los acordes para tocar a la guitarra Al cantar, la canción que compuso para ella. Todo sin trampa ni cartón. Los espectadores lo siguen en directo, interaccionan con la artista y ella responde con sonrisas y cierto agobio cuando es consciente de que su inocencia le ha llevado a desvelar el encuentro de Leiva y Alfred o incluso la dirección de su casa.
Dos días antes los seguidores del programa estaban pendientes de la charla, vía directo de Instagram, de Amaia y Alfred. Los espectadores de este nuevo reality (más real que ninguno de los que se han emitido últimamente en la televisión) indicaban a Amaia cómo aceptar que Alfred se uniera al directo. "Esto es como un FaceTime pero con espectadores", decía el catalán, en cuyo directo unos minutos antes había intentado conectarse Amaia, sin éxito. Al final quedan en llamarse cuando terminen el directo.
Roi y Marina también han pasado ya por estos vídeos. Por su parte, Aitana, segunda clasificada del concurso, suma ya más de 576.000 seguidores en Instagram, que han podido ser testigos del reencuentro de los concursantes para la gala especial, por ejemplo. Los concursantes mantienen a sus seguidores enganchados a la espera de la siguiente ocurrencia en redes sociales o el siguiente cameo de uno en el vídeo del otro.
Si Operación triunfo ha sido un éxito ha sido, entre otras cosas, por dos factores esenciales: un casting que representa a una generación de millennials naturales, con la mirada abierta a la diversidad, preparados y dispuestos a compartir su forma de ser con el público sin necesidad de artificios; y, por otro lado, un nuevo espectador que ha hecho crecer el programa fuera de la televisión, con sus vídeos fragmentados en YouTube, su canal 24 horas o comentando lo que ocurría en Twitter. Ahora, esos dos ingredientes se han trasladado a la vida fuera de los muros de la academia, con un reality tan real que es inevitable engancharse.
Uno de los comentaristas habituales en los directos de Amaia es uno de sus amigos, Luis Sarasa. "Luis Sarasa ya es el amigo de toda España", resumía otro de los seguidores de la ganadora de OT. Él es amigo de todos y todos somos ya amigos de Amaia.
El Operación triunfo 2.0 era esto.
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