El talento español toma la sección Forum de la Berlinale
‘Lúa vermella’, ‘Entre perro y lobo’ y ‘Anunciaron tormenta’ triunfan en el apartado del certamen destinado a las propuestas más valientes
En la Berlinale, hay una sección que apuesta por un cine más arriesgado, distinto, procedente de todas las partes del mundo, y en la que el cine español ha encontrado el eco adecuado a sus propuestas: Forum. Con tres películas que tienen poco que ver entre sí y que sirven, en cambio, como gran ejemplo de lo que se hace más allá de las películas más comerciales. Anunciaron tormenta, de Javier Fernández Vázquez; Lúa vermella, de Lois Patiño, y Entre perro y lobo, de Irene Gutiérrez, han llenado sus primeras sesiones, y aún quedan pases para que el público las vea antes de la clausura de esta 70ª Berlinale, que acaba sus proyecciones el domingo, tras el anuncio de los premios el sábado.
El primero en presentar su película fue el gallego Lois Patiño. Director conocido por su sorprendente Costa da morte (2013), en Lúa vermella vuelve a la Galicia costera, donde el tiempo avanza a otro ritmo, donde las personas viven ensimismadas mientras la naturaleza avanza. Espectros, mujeres que saltan de un espacio a otro. Y un buzo, el Rubio, desaparecido hace días. En realidad, excusas de Patiño para proseguir con sus indagaciones sensoriales. "Vengo de un cine contemplativo, que trata de dar espacio para la intimidad al espectador", cuenta Patiño. "Yo solo espero que el mar reverbere tdo su potencial mítico. Y ahí entro por el aspecto plástico, mientras exploro en lo conceptual con cierto lenguaje cinematográfico en los cuerpos inmóviles paralizados en el paisaje". Lo que había hecho antes, aunque ahora subrayado por la historia: "En Lúa vermella me asomo a la construcción del mito". La potencia visual de Patiño, con cierta narrativa apoyado "en una pluralidad de voces, que cuentan historias casi contradictorias".
Tras el rodaje, en el que buscó rostros con una ulterior intención casi documental, Patiño hizo "casting de voces". Y advierte: "Cuando filmé las caras, ni yo sabía qué se iba a escuchar en el relato oral". Durante la posproducción pulió diálogos, recolectó historias de fantasmas, santa compaña y meigas, y usó como referencia los estudios de los años sesenta del antropólogo gallego Carmelo Lisón Tolosana. "Para aunar ese tono espectral, meditativo, ensimismado, que propone la película". Porque, al final, dice Patiño, "en Galicia tenemos una relación distinta con la muerte, y ese limbo es 100% cinematográfico". Y anuncia que su próximo proyecto lo hará en colaboración con el argentino Matías Piñeiro, también presente en la Berlinale, en Encuentros, con Isabella.
Anunciaron tormenta, del bilbaíno Javier Fernández Vázquez, que formó parte del colectivo Los Hijos, también juega a sumar capas para construir su narración fílmica. A través de los bubis, los habitantes de la isla de Bioko, en Guinea Ecuatorial, de la muerte de uno de sus reyes en 1904, Fernández Vázquez empieza a tejer una telaraña audiovisual. Hay textos leídos por locutores, fotos, documentos, poemas, grabaciones a mujeres bubis que no se dejan filmar pero que sí permiten que se reproduzca su voz... "Siempre me planteé la película desde el punto de vista de un español que reflexiona sobre la memoria histórica, y en especial sobre el pasado colonial en ese territorio", cuenta el director en Berlín. "La historia es extrapolable a cualquier sistema de opresión colonial, es cierto, aunque es muy español por la presencia de la iglesia".
El director, que estudió Antropología, ha ido reuniendo todo el material (diverso, vibrante, complejo) durante muchos años y viajes a Guinea Ecuatorial y a diversos archivos. "Y en ese proceso ha variando la película", cuenta, "aunque sí tenía claro que el punto de partida eran los textos originales coloniales". En esos documentos encontró un primer material "algo épico", que los sucesivos burócratas que habían metido mano a los textos "con la intención de agradar a sus superiores" devinieron en actas administrativas "en las que no importan ni la verdad ni los hechos". Y buscando su conversión en relato oral "con un contraste llamativo". Anunciaron tormenta ha logrado un gran recibimiento en la Berlinale.
Finalmente, Entre perro y lobo, de la ceutí Irene Gutiérrez, que hace unos meses estrenó en la Filmoteca, como encargo de esta institución, el documental de creación Diarios del exilio. Estudiante en la famosa escuela cubana de cine San Antonio de los Baños, Gutiérrez descubrió allí a bastantes veteranos de la Guerra de Angola. Su película se centra en tres de ellos, que practican un ritual secreto: entrenar de nuevo como los soldados que un día fueron. "Quería mostrar esa dimensión generacional, gente de unos sesenta años unidas por una guerra, y además ir más lejos, para hablar de los sentimientos provocados por la Revolución, la sensación de pertenecer a un proyecto común más importante que la propia individualidad. Ellos son irrepetibles, y esa unión en un proyecto tampoco se ve en gente joven", cuenta la cineasta. "Es una forma de estar en el mundo que se ha perdido".
La directora ha estado varias veces en la Sierra Maestra, así que conoce muy bien la zona y la gente. “Fueron fácilmente accesibles y les convencí con rapidez. Confiaron en mí y me mostraron su percepción del deber y la cuestión física de la masculinidad cubana. Hablamos de Angola, pero nos sirve para ir más allá del mero hecho histórico”. Para esos veteranos, la guerra está muy presente. “Hasta cómo agarran el café cuando lo recolectan muestra que han sido soldados. Es su forma natural de estar en el mundo. El título ya explica esa dualidad: soldados y campesinos, salvación y perdición, vida en un mundo casi limbo que en cambio se da hoy en día. Son seres complejos, paradójicos por sí mismos, 380.000 hombres que hoy viven olvidados”
Babelia
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