Cara a cara con Norma
Las sopranos Yolanda Auyanet y Hibla Gerzmava se enfrentan a uno de los papeles más difíciles del repertorio ‘belcantista’ en una nueva producción del Teatro Real de Madrid
Enfrentarse a Norma es verse las caras con la mismísima Maria Callas. El personaje que da título a la ópera más popular de Bellini no solo es uno de los más difíciles del repertorio operístico, cargado de acrobacias vocales, sino que, además, es imposible abordarlo sin notar la larga sombra de la diva griega, que interpretó este papel 90 veces y aseguraba que se sentía plenamente identificada con la protagonista. “Parece una mujer fuerte y feroz, ruge como un león, pero en el fondo no es nada de eso”, decía Callas. Si en el pasado asumieron el desafío sopranos legendarias como Montserrat Caballé o Joan Sutherland, el relevo lo toman ahora la española Yolanda Auyanet y la rusa Hibla Gerzmava en una nueva producción del Teatro Real de Madrid que se estrenará el próximo 3 de marzo. Ambas actuarán en días alternos porque “es imposible cantar esto dos días seguidos”, según ha reconocido la mañana de este lunes Auyanet en la presentación del montaje. “¡A Bellini le gustaba ver sudar a las sopranos!”, ha añadido entre risas.
Así como Gerzmava se estrena en el personaje, no es la primera vez para la española, que ya conoce bien sus dificultades. “Por un lado está el desafío vocal. En muchos momentos Bellini lo confía todo al canto y te deja prácticamente sin colchón musical. ¡Así que te sientes muchas veces sola ante el peligro! —ha confesado Auyanet—. Y por otra parte está la intensidad dramática del personaje. En un instante puedes pasar de estar tranquila a volverte loca por una noticia, lo cual es muy difícil de procesar vocalmente. Tienes que controlar toda esa emoción para no romperte la voz y, al mismo tiempo, transmitírsela al público”, ha añadido. Es el gran reto y a la vez la belleza del bel canto romántico, una de cuyas cimas es precisamente Norma: la primera aria, la conocidísima Casta diva, es una prueba de fuego para cualquier garganta.
La puesta en escena concebida por el director Justin Way no solo no suaviza el esfuerzo interpretativo de los cantantes, sino que lo aumenta. La propuesta establece un paralelismo entre el argumento original —la rebelión de los galos frente a los romanos que ocupaban sus territorios un siglo antes de Cristo— y el contexto histórico del momento en el que Bellini estrenó su obra, el año 1831 en un Milán dominado por los austriacos tras la derrota de Napoleón, lo que provoca el nacimiento de los primeros movimientos nacionalistas en Italia. Way sitúa la acción en el interior de un viejo teatro italiano en el que una compañía ensaya Norma, cuyos intérpretes principales mantienen una relación secreta y conflictiva. De esta forma, la soprano que encarna a Norma no solo es Norma, sino también la diva que la interpreta en el siglo XIX.
La dualidad se extiende al resto del reparto, pues todos son a la vez los personajes de Bellini y los imaginados por Way. Los tenores Michael Spyres y John Osborn interpretan al romano Pollione, amante de Norma. Las mezzosopranos Clémentine Margaine y Annalisa Stroppa dan vida a la virginal Adalgisa, tercera en discordia. Y el papel de Oroveso, padre de Norma, lo interpretarán los bajos Roberto Tagliavini y Fernando Radó.
Acompañando a los cantantes desde el foso estará el italiano Marco Armiliato, que ha confesado también el inevitable influjo de Maria Callas a la hora de abordar Norma, no solo para las sopranos sino para el propio director de orquesta. “Esta ópera es muy especial para los italianos y la tenemos grabada en la memoria con la voz de Callas. Es algo que luego te acompaña toda tu carrera”, ha reconocido. “Más allá de esa tradición, lo más importante en esta ópera es conseguir que la música apoye a las cantantes. Parece una partitura sencilla, pero esa es precisamente su dificultad: conseguir que algo suene sencillo no es tan fácil”, ha explicado.
El Teatro Real ofrecerá 12 funciones de Norma entre el 3 y el 19 de marzo, alternadas con Siegfried, lo que supone un nuevo desafío para el coliseo madrileño, que deberá superar no solo la dificultad que ya supone programar dos grandes producciones a la vez, sino hacerlo manteniendo los protocolos sanitarios de la pandemia. El director general de la institución, Ignacio García-Belenguer, se ha mostrado esta mañana confiado en llegar a final de temporada habiendo puesto en pie todos los títulos previstos.
Babelia
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