El Centro Pompidou hace las Américas
El museo francés abrirá una sede en Jersey City, ciudad frente a Nueva York, que se inspirará en el modelo de su sucursal en Málaga. El nuevo espacio se inaugurará en 2024. La institución ve “viable” el próximo desembarco en América Latina
El Centro Pompidou prepara su desembarco en América. El museo parisino, propietario de la mayor colección europea de arte moderno, abrirá una nueva sede en Jersey City (Nueva Jersey), ciudad situada enfrente de Nueva York, en la orilla opuesta del río Hudson, en plena explosión demográfica desde hace unos años. El centro desarrolla así una estrategia de internacionalización que le ha llevado a abrir sucursales en Málaga (2015), Bruselas (2018) y Shanghái (2019). Esta sede, la primera que el Pompidou crea en el continente americano, ocupará un antiguo edificio industrial de 5.400 metros cuadrados que remodelará el estudio OMA, encabezado por el arquitecto Rem Koolhaas. La inauguración del espacio, que recibirá el nombre de Centre Pompidou x Jersey City, está prevista para comienzos de 2024.
El museo hace una apuesta sorprendente: prescindir de Nueva York e implantarse en esta ciudad de pasado industrial de 260.000 habitantes, considerada la localidad con mayor diversidad étnica de Estados Unidos: solo el 20% de la población, según el censo de 2018, es “blanca no hispánica”. “No teníamos interés en sumar otro centro de arte más al paisaje de Manhattan, donde ya hay una gran oferta”, afirma el presidente del Centro Pompidou, Serge Lasvignes.
Fueron las autoridades locales, que aspiran a reforzar la oferta cultural de la ciudad con nuevos equipamientos, las que contactaron con el Pompidou, seleccionado entre otros socios potenciales por su cariz pluridisciplinar y por los programas de democratización cultural por los que se hizo conocido desde su inauguración en 1977. “El Ayuntamiento de Jersey City y el Estado de Nueva Jersey acudieron con una propuesta, que nos hizo entender que teníamos mucho en común: una concepción parecida de la acción cultural y de su papel social, en un momento en que la ciudad se transforma de manera radical y se aburguesa, por lo que la cohesión social cobra una importancia primordial”, añade Lasvignes, que dejará su cargo en las próximas semanas, poniendo fin a un mandato que empezó en 2015.
Jersey City ha puesto a disposición del Pompidou un edificio de ladrillo y de tres plantas construido a comienzos del siglo XX, que originalmente fue la sede de la compañía pública de electricidad y gas. La agencia OMA conducirá una restauración que preservará los elementos históricos del edificio, liderada por el arquitecto Jason Long, que antes proyectó el Faena Forum de Miami y la extensión del Museo Nacional de Quebec (Canadá). La distancia psicológica que separa Nueva York de Nueva Jersey, pese a su proximidad geográfica, no preocupa a los responsables del proyecto, convencidos de que los visitantes la sabrán superar. “Esperemos que el atractivo de esta ciudad que se transforma y la presencia del Pompidou constituyan fuerzas de atracción lo suficientemente fuertes para que acudan los turistas, como antes fueron a Brooklyn”, responde Lasvignes. La situación de esta nueva sede, en la céntrica y bien comunicada Journal Square, supone una baza más.
El acuerdo pasa por el préstamo temporal de obras de su colección, la organización y el comisariado de exposiciones temporales en exclusiva y la cesión de la marca Pompidou durante cinco años prorrogables, como ya sucede en las otras tres antenas del centro fuera de Francia. El importe por el que se cerrará este acuerdo se encuentra en proceso de negociación y será anunciado “antes de finales de año”, según fuentes del museo. En Shanghái, el acuerdo firmado con el grupo inmobiliario West Bund se traduce en unos cuatro millones de euros anuales para el museo francés. En Málaga, donde el Centro Pompidou ha prorrogado su presencia hasta 2025, el Ayuntamiento de la ciudad paga un millón de euros por el uso de la marca y de las colecciones y otro millón por los gastos de transporte.
El Pompidou también estudia implantarse en Latinoamérica. “El proyecto no está enterrado. Es una posibilidad muy interesante”, dice su presidente
Precisamente, la sede en Nueva Jersey estará “plenamente inspirada” en el modelo creado en Málaga en 2015. Es decir, un acuerdo “100% público” entre el museo francés y la ciudad de Jersey City. “Málaga nos permitió comprobar que las reglas básicas de funcionamiento funcionaban bien”, asegura Lasvignes. Esta será la primera sede americana del Pompidou, pero puede que no la última: el museo francés lleva años estudiando su implantación en Latinoamérica. “El proyecto no está enterrado en absoluto. Es una posibilidad muy interesante”, confirma Lasvignes. En los últimos años, el Pompidou sopesó abrir una sede en Colombia, que se vino abajo por “la incapacidad financiera del socio local para asumir el proyecto”, y otra en México, donde las conversaciones están “detenidas” en este momento. El museo francés estudia ahora “una tercera propuesta” procedente de otro país latinoamericano, que Lasvignes tilda de “viable”, sin entrar en detalles.
Con esta internacionalización, el objetivo del museo francés es rentabilizar sus impresionantes fondos (120.000 obras, de las que solo un 10% están expuestas en las salas de su central en París), lo que supone una fuente suplementaria de ingresos en tiempos de liquidez menguante, pero también aumentar su influencia exterior y dar a conocer su marca en el extranjero. En 2019, solo el 40% de los visitantes que pasaron por el Centro Pompidou de París eran extranjeros, frente al casi 80% que registró el Louvre. La visita del museo de arte moderno se suele reservar para una segunda o tercera visita a la ciudad, a diferencia de lo que sucede con la pinacoteca que alberga la Gioconda.
Museos que se exportan
En la última década, los museos franceses han encontrado en la apertura de estas sedes en el extranjero una fuente considerable de ingresos, pero también de soft power (poder blando). El caso más notorio es el del Louvre de Abu Dabi, inaugurado en 2017: el museo más visitado del mundo cedió su nombre durante los próximos 30 años a cambio de 400 millones de euros, sumados a otros 400 por el préstamo de obras de su colección y por el comisariado científico de distintas exposiciones durante la próxima década. El Museo Picasso de París y la Fundación Giacometti también ultiman un proyecto conjunto en Shanghái donde se expondrán obras de ambos artistas, mientras que el Museo Rodin de la capital francesa firmó un acuerdo en 2019 para crear un centro en la ciudad china de Shenzhen.
Sin embargo, el proyecto más ambicioso será el que impulsa Arabia Saudí, que aspira a usar la oferta cultural para mejorar su imagen y su posicionamiento geopolítico. En 2018, el presidente Emmanuel Macron, firme partidario de “la diplomacia de los museos”, firmó un acuerdo de cooperación con el país para el desarrollo turístico y cultural del valle de Al Ula, inscrito en el patrimonio de la Unesco, donde se crearán seis nuevos museos con el concurso de distintas instituciones francesas.
Babelia
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