‘Red’, un ‘pixar’ menor (y divertido) de estreno solo en plataformas
El filme se centra una vez más en uno de los ejes fundamentales de su estudio creador, el control de las emociones, y es rutilante en el apartado animado
Las tres últimas películas de Pixar no han llegado a los cines. El dato, teniendo en cuenta lo que ha supuesto la factoría impulsada por John Lasseter para el formato animado en los últimos 30 años, resulta abrumador. Pero Disney, la todopoderosa casa madre, así lo ha decidido. Soul, Luca y ahora Red se han ido estrenando en la plataforma Disney+, y además sin necesidad de pagar un añadido a la cuota mensual, lo que poco a poco, pandemia aparte, está otorgando a la factoría Pixar aspecto de segundona respecto de otros productos. Pero, ¿eran títulos menores Soul y Luca? ¿Lo es Red?
Soul, brillante en su vertiente cotidiana y en el apartado musical, era innecesariamente farragosa en su relato, y la parte onírica, casi insultantemente fea en sus diseños. Aun así, dicen que fue fundamental para la mejora de las suscripciones a la plataforma. Luca se presentó en todo momento como un producto menor, y resultó ser la película más fresca, divertida y emocionante de Pixar en años. Y Red viene con semejante vitola que Luca: dirigida por una debutante, profesional de la casa en distintos departamentos en títulos anteriores, y con la bandera de la diversidad cultural por delante. Como Enrico Casarosa, nacido en Génova, forjado en los departamentos de animación de Cars, Ratatouille, Up y Coco, y creador finalmente de un debut ambientado en su país de origen, Domee Shi, nacida en China, se estrena al mando de Red tras trabajos en Del revés, Los increíbles 2 y Toy Story 4, con una historia de corte autobiográfico sobre una niña de 13 años chino-canadiense. ¿Se envida con el joven talento de la casa, y luego son ellos los que imprimen a sus primeros trabajos el sello cultural de sus orígenes? ¿O se está apostando por variar las historias, asentándolas principalmente en la diversidad, y por ello se recluta a gente de la casa con esas características vitales para redondear el efecto étnico?
Red está centrada una vez más en uno de los ejes fundamentales de Pixar: el control de las emociones. Aquí, las de la niña protagonista, en plena pubertad, con sus consecuencias físicas, que cada vez que sufre una impresión fuera de lo normal se convierte en una panda gigante de color rojo. Lo que lleva al subtexto principal, y a la dicotomía que lo mueve: ¿vivir con nuestras complejidades de carácter como seres humanos, o esconderlas en un rincón para que no salgan al exterior? El control de las emociones, ¿es imprescindible, necesario o simplemente una especie de cárcel infantil que no deja actuar de un modo natural? Y de ahí, al flanco del origen: ¿se deben apartar las tradiciones y ocultar las características genéticas, pues de ahí surgen los problemas de la criatura protagonista, para acabar abrazando lo convencional y lo global?
La película dirigida y coescrita por Domee, rutilante en el apartado animado, como suele ser marca de la casa Pixar, resalta también por varios aspectos plenamente contemporáneos en lo cinematográfico: la presentación de una madre compleja, no necesariamente mala pero sí con múltiples errores; la excesiva sobreprotección de los hijos; y la complicidad femenina, subrayada hasta en sus diálogos por el término “sororidad”.
Divertida, sobre todo en las secuencias comandadas por las amigas protagonistas, y con un excelente dominio del plano general frontal como recurso cómico, gracias a su composición dentro del encuadre, Red puede ser un pixar menor, pero en modo alguno despreciable. Por mucho que haya que verla en la plataforma, y no en los cines.
Red
Dirección: Domee Shi.
Género: animación. EE UU, 2022.
Plataforma: Disney+.
Duración: 100 minutos.
Estreno: 11 de marzo.
Babelia
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