El caos del Primavera Sound: la organización se disculpa y promete medidas correctoras inmediatas
La caída del wifi y los flujos de público generados por los cambios en los espacios explican, según los responsables del festival, el descontrol de la jornada inaugural
Plaza de Lesseps, Barcelona, primera hora de la tarde. Un grupo de extranjeras veinteañeras compra agua. Llevan pulseras del festival Primavera Sound. Pregunta obligada: ¿Qué tal anoche? Responden entusiasmadas hablando de Charli XCX y su show. ¿Y el gentío? Miran extrañadas. ¿Pudisteis beber sin perder la paciencia? “Bueno, fue incómodo, había que esperar mucho y bebimos menos. Fue lo peor de la noche”. Pagan y se van. Hay usuarios que no se lo han tomado con tanta deportividad y las redes sociales hoy ardían. Las largas colas que ayer se montaron frente a las barras del Primavera ejemplificaban la sensación general de caos y desorganización, con colas para casi todo y dificultades de movimiento entre los escenarios centrales cuando les tocó turno a las estrellas del cartel, véase Tame Impala. La organización del festival se ha disculpado en las redes prometiendo soluciones para lo que resta de festival. Pero, ¿cómo es que un festival que lleva años organizándose en el Fórum sufre situaciones cercanas al colapso como las vividas ayer?
Fuentes de la organización han atribuido el desbarajuste a una serie de hechos encadenados. En primer lugar, dicen, hubo una caída de wifi, lo que eliminó los datáfonos y el cobro digital. En segundo lugar, aunque el recinto es el mismo, hay dos novedades. Por un lado, no se puede usar el puente que conecta el Fórum con la playa del Besós, obligando a los usuarios a un largo paseo. Según han comunicado el certamen, están negociando con la autoridad portuaria para que este puente pueda ser habilitado y así facilitar la descongestión del Fórum y el tránsito de público entre ambas zonas.
El otro cambio es la diferente situación de los escenarios de la Plataforma Marina, que ya no están encarados en los lados opuestos de la misma, sino en paralelo en el lado más alejado del Fórum. Según parece, este cambio originó un flujo diferente de público y una variación de comportamiento en la ocupación de la explanada, que no se vaciaba tanto entre concierto y concierto. Además, según ha indicado la organización, la disposición en el recinto de las barras no la realiza el festival, sino las autoridades competentes en materia de seguridad.
Otras medidas que la organización implementará en la segunda jornada son el refuerzo de personal de las barras más concurridas y la disposición de más puntos de agua gratuita en el recinto, que pasarán de tres a seis. En cuanto a cifras, los datos facilitados indican que de las 80.000 personas que se esperaban se presentaron 66.000, siendo 95.000 el aforo que el Primavera Sound tiene disponible en el Fórum. En lo que la organización y las jóvenes que compraban agua en la plaza de Lesseps están de acuerdo es que las colas razonables son consustanciales a un festival.
Esta tarde de viernes aún pronto para confirmar si las medidas de refuerzo en barras y la corrección de flujos darán resultados, ya que los problemas agudos se presentan con la noche. El público al que se pregunta sobre la víspera, en especial si es local, se muestra disgustado, atribuyendo la situación del primer día bien a un intento de ganar más dinero rebajando personal, bien a la escasa formación hostelera de los trabajadores de las barras, bien a la concentración de cabezas de cartel en una misma franja horaria y en escenarios cercanos. Por su parte, los extranjeros, pese a su enfado, se muestran algo más tolerantes.
Por cierto, más de un extranjero preguntado por el famoso cartel en el que se besan la alcaldesa de Barcelona Ada Colau y la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso piensan que es un alegato LGTBI, por ignorar quiénes son las retratadas y su ideología. La mayor parte del público nacional está también al margen del debate Madrid-Barcelona, y muchos de ellos dudan de que el festival deje Barcelona, insinuando una evidencia: un festival no es solo un cartel atractivo, sino una ciudad y su entorno. La cercanía del mar es un argumento recurrente, y el atractivo de Barcelona como ciudad también pesa. En eso incidió un trío de amigos madrileños, debutantes en el festival: “El mar y la brisa no tienen precio”, dijeron. Más taxativa se mostró una joven de Manchester: “Si el Primavera se marcha de Barcelona, me buscaré otro festival”.
Babelia
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