La chapuza del eccehomo de Palencia se corrige: la pastorcilla convertida en monigote recupera su rostro
El altorrelieve de un edificio centenario de Palencia es reparado después de convertirse en objeto de burla internacional en 2020
La fachada de un centenario edificio de la calle Mayor de Palencia, en pleno centro de la ciudad, saltó en noviembre de 2020 a la prensa internacional después de que se descubriera la reparación chapucera de uno de sus altorrelieves que representaba a una pastorcilla. La escultura, a 17 metros de altura, vuelve ahora a sonreír bucólica gracias al empeño de los propietarios del inmueble.
Los andamios ya se han retirado de la fachada y el arreglo ha devuelto la dulzura a la pastorcilla. Cinco años atrás, unos obreros la habían convertido en un monigote durante unas obras de reparación emprendidas tras un desprendimiento. No utilizaron cincel. El apaño, eficaz desde lo meramente pragmático porque no volvieron a caer cascotes, fue comparado en su momento con otra polémica intervención, descubierta en 2012, en un eccehomo del siglo XIX que adornaba una iglesia de la localidad zaragozana de Borja. En esa ocasión fue la mano de una vecina del municipio la que repintó la obra, y aquello se convirtió en un sainete internacional.
En Palencia durante mucho tiempo nadie reparó en el destrozo de la pastorcilla, perpetrado tras unas intensas lluvias en 2017, por la elevada altura de la escultura. Pero el pintor Antonio Capel visitó un día una floristería cercana y, entre geranios y gladiolos, recibió un comentario: “Fíjese en la pastorcilla de arriba”. Era noviembre de 2020 cuando el hombre subió a su estudio, en el edificio enfrente de la pastora, y apreció gracias al teleobjetivo de su cámara que en lugar de facciones suaves había un rostro tosco que el periódico británico The Guardian osó con comparar con el del expresidente estadounidense Donald Trump.
Capel denunció públicamente la intervención y aquello circuló por los medios y por las redes sociales con tono entre jocoso y escandalizado. Algo más de un año después comenzaron los trabajos en el edificio de la pastora, que aloja actualmente oficinas de la entidad bancaria Unicaja y de otras empresas, además de viviendas de particulares. Tomás de la Torre, miembro de la empresa Archivolta, especializada en restaurar patrimonio histórico, explica que han tardado unos dos meses y medio en devolver los altorrelieves a su estilo original, pues más allá de la pastorcilla había otros ornamentos dañados por la erosión.
“La composición llevaba allí 100 años y tiene una armadura de hierro por debajo de la pintura, se ha ido filtrando agua, lo que ha generado un óxido que acababa expandiéndose y reventando el cemento por dentro”, explica el restaurador. El procedimiento aplicado ha consistido en elaborar unos moldes de pastorcillas idénticas para imitarlas con fibra de vidrio y resina de poliéster. Una vez materializadas las réplicas, se reubicaron en su emplazamiento original, un momento complejo porque las reproducciones no encajan tan fácilmente en su ubicación y se han necesitado morteros armados y varillas de acero inoxidable para ejecutar bien la readaptación.
El número 9 de la calle Mayor de Palencia ha recuperado su esplendor y los andamios se han desplazado a otra parte de la fachada para realizar de paso otras mejoras. En su momento, Unicaja negó ser responsable del inmueble como tal, pues la entidad solo posee el local de la sucursal y la primera planta. El conjunto completo perteneció a Caja Duero, que pasó a pertenecer a Unicaja, y esta entidad lo vendió a los inquilinos actuales. El bloque cumplirá el año que viene un siglo exacto desde su inauguración en 1923.
De la Torre sospecha que quienes ejecutaron esta intervención tipo eccehomo palentino, además de no ser precisamente expertos, y no trabajaron con otros materiales más allá del cemento y la paleta, carecían del cubo elevador que ha permitido que el equipo de Archivolta realizara su cometido con comodidad y detalle.
El gerente de la floristería Vivaldi, José Manuel del Barco, uno de los primeros en constatar el grosero arreglo, celebra las novedades: “Ha quedado estupendamente, como la original”. El palentino se extraña del “circo” montado en torno al eccehomo porque “nadie se había dado cuenta nunca hasta ese momento” y esa “cara descachuflada” despertó la curiosidad de la ciudad, que con el tiempo volvió a atenuarse. Ahora toca que la obra aguante sin percances. El nuevo material es mucho más ligero y resistente que el genuino para que ni las más crudas inclemencias meteorológicas o la mayor de las desgracias provoque más tormentos en la pastorcilla, que bastante tuvo con pasar más de cuatro años con un rostro que no era el suyo.
Babelia
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