Fernando Plaza, la dificultosa, ilusionante y digna trayectoria de un novillero
Triunfador en San Isidro de 2019, no ha vuelto a torear hasta el pasado 28 de julio en Las Ventas, plaza a la que vuelve este domingo
Cuando finaliza la conversación, el torero Fernando Plaza (Madrid, 1996) mira a los ojos de su interlocutor y comenta muy serio: “Por favor, lo que yo no quiero es dar pena…”. Su historia, como la de tantos chavales que viven al margen de su generación y se esfuerzan cada día para alcanzar el sueño de la gloria en los ruedos, es un compendio de sacrificio, ilusión y dignidad. Una trayectoria, también, cargada de dificultades que estos jóvenes tratan de superar porque están contagiados del virus del toro.
Plaza fue el novillero triunfador de la feria de San Isidro de 2019, lo que le sirvió para actuar 24 tardes esa temporada. Ese invierno rompió con su apoderado por una diferencia de criterios profesionales. En marzo de 2020 estaba anunciado en un festejo en Madrid, pero la pandemia obligó a su suspensión. Y hasta hoy… Ni apoderado ni contratos ni tentaderos… Hasta el pasado 28 de julio, que actuó en una novillada nocturna en Las Ventas, que le ha servido para repetir este domingo en un festejo concurso de ganaderías. Dos años y medio sin faltar al entrenamiento diario, sin dar cancha al desaliento, sin resentimiento y con la confianza plena en que llegará su momento.
Llevaba mucho tiempo sin ponerme delante de un novillo, y al no contar con un apoderado no he podido hacer campo”
“Estoy muy contento”, comenta Plaza. “Llevaba mucho tiempo sin ponerme delante de un novillo ni vestirme de luces”, prosigue; “y al no contar con un apoderado no he podido hacer campo, los ganaderos tienen muchos compromisos, y cuando estás abajo es difícil que te hagan caso”.
Pregunta. La pandemia fastidió todos sus planes…
Respuesta. Sí. Me fastidió a mí y a muchos toreros. Pero son cosas que pasan. Yo lo sentí especialmente por esa novillada prevista para días antes del estado de alarma. No sé qué hubiera pasado. Quizá, me hubiera venido bien para abrirme camino y tomar la alternativa, pero…
Plaza aprovechó el tiempo de espera para operarse la mandíbula, que se la había fracturado en una voltereta en la plaza de Moralzarzal, (motivo por el que no pudo torear en la Gira de Reconstrucción), y continuar con sus entrenamientos en la plaza de Aranjuez, localidad donde vive, y en El Batán, en la escuela José Cubero Yiyo, donde continuó su aprendizaje junto a los matadores El Fundi, Rafael de Julia y Miguel Rodríguez.
Fernando Plaza se presentó en Madrid el 1 de mayo de 2019, con solo cinco novilladas lidiadas y, aunque solo pudo dar una vuelta al ruedo, se convirtió en la revelación del inicio de la temporada. Javier López, crítico taurino de la agencia Efe, escribió entonces que lo que más sorprendió del novillero fue “su frescura, su personalidad tan marcada, esa manera de querer hacer las cosas con tremenda pureza, sin vender nada, sin alharacas de ningún tipo”. Alejandro Martínez, en este periódico, destacó “su serenidad, valor y, por momentos, también torería; Plaza tiene personalidad”.
Pero llegó 2022, y aquel novillero ilusionante se perdió en el olvido…
“No sé, quizá han sido las circunstancias”, comenta. “Es verdad que no he contado con la oportunidad de torear en el campo ni tengo la temporada hecha, pero eso es lo que también sucede a muchos compañeros míos. Lo que está claro es que soy torero, y, toree más o menos, seguiré entrenando cada día para cuando se presente la ocasión. Y estoy contento porque me dedico a lo que me gusta, y sé que voy a funcionar, aunque tarde un mes o un año”.
El novillero es hijo del matador de toros y hoy banderillero Fernando José Plaza, que estuvo nueve años en la cuadrilla de Talavante y fue amigo íntimo del recordado Antonio Corbacho, descubridor de José Tomás y del torero extremeño. Dice Fernando que su padre nunca le habló de toros, que descubrió su vocación en el primer tentadero al que asistió siendo un niño, que sus primeros referentes fueron y siguen siendo hoy los toreros a los que representaba el amigo de su progenitor, y que está convencido de que a él también le adornan cualidades para ser figura. “Hombre, por supuesto que lo creo; si no fuera así ni siquiera lo intentaría”, asegura.
P. ¿Y cómo se fraguó la novillada del pasado 28 de julio en Madrid después de tan larga travesía del desierto?
R. He contado con la ayuda de algunos aficionados en las redes sociales, y mi padre y yo hemos sido un poco pesados ante la empresa desde principios de año entre llamadas telefónicas y visitas dominicales al patio de arrastre para hacerme el encontradizo con los empresarios.
P. Y la insistencia surtió efecto…
R. Sí. Y lo curioso es que ese día 28 no pasó nada, y, sin embargo, me han vuelto a llamar para este domingo. Esa es la prueba de que sirve estar bien aunque no se triunfe, y que valen las buenas sensaciones. Si no fuera así, habrían llamado a otro. Estoy muy agradecido.
Quiero ser torero de Madrid; mi meta es la alternativa, pero no a lo loco; lo que tenga que ser, será”
Por cierto, Fernando Plaza ha visitado una sola vez el campo desde el 28 de julio, y ha sido gracias a la llamada de Agustín Montes, ganadero de Montealto, quien le ha ofrecido lidiar un novillo y un toro en su finca madrileña.
“Agustín me ha apoyado siempre, es un buen hombre”, ratifica el torero.
P. O sea, que la novillada de este domingo es una moneda al aire.
R. Todas son monedas al aire. De momento, estoy muy ilusionado. Sé lo que es estar sin torear y ahora tengo la oportunidad de volver a Madrid y subir un peldaño más en mi carrera. También estoy pasando mucho miedo, lo reconozco, pero en cuanto llegue a la plaza se me pasa. Allí es donde quiero estar y disfruto de verdad.
P. Solo queda la alternativa…
R. Quiero ser torero de Madrid y confío en mis posibilidades. Espero encontrar a una persona que confíe en mí y podamos luchar juntos. La meta debe ser la alternativa, sí, pero no a lo loco. Lo que tenga que ser, será. Ahora, prefiero disfrutar del momento. Cuando uno está a gusto y feliz es cuando salen las cosas.
Babelia
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