Muere Terry Hall, cantante de The Specials, un vocalista especial
Artista proteico, protagonizó media docena de proyectos que recorrieron desde el ska hasta el pop adulto
Terry Hall, cantante principal de The Specials, falleció el domingo 18, a los 63 años, tras lo que su familia describe como “una breve enfermedad”. Después de la desintegración del grupo especial, Hall logró éxitos encabezando aventuras pop como Fun Boy Three y Colourfield. En 2008, volvió a colocarse al frente de The Specials.
La banda apareció con el tema Gangsters en 1979, en la cola del punk rock: tras girar con The Clash, chocaron con su mánager, el temible Bernie Rhodes. Rechazaron la vía londinense al estrellato y volvieron a su ciudad de origen, Coventry, donde crearon una fugaz fábrica de éxitos para artistas amigos. Tenían un sonido risueño, basado en el ska jamaicano, y una estética personal, manifestada en el nombre de su sello, 2 Tone (“bicolor”, en referencia a su formación multirracial) y basada en el uso de trajes de segunda mano.
A pesar de generar infinidad de imitadores en todo el planeta, lo cierto es que The Specials fueron metamorfoseando su propuesta durante su accidentada existencia, tras el afortunado LP de debut, con producción de Elvis Costello. El genio oficial del grupo, el teclista y compositor Jerry Dammers, podía firmar crudos retratos del Reino Unido thatcheriano como Ghost Town; sin embargo, en las distancias cortas resultaba socialmente insoportable. En 1981, Terry Hall dejó la banda en compañía de los dos miembros jamaicanos, Neville Staple y Lynval Golding.
El nombre elegido por el trío, Fun Boy Three, sugería una propuesta frívola. En realidad, fue todo lo contrario: sus discos llevaban mensajes fuertes. Colocaron en las listas de éxitos de temas inspirados por la actualidad como The Lunatics Have Taken Over The Asylum, un transparente ataque a Margaret Thatcher y Ronald Reagan, junto a picardías añejas como It Ain’t What You Do, It’s The Way You Do It, grabada con el trío femenino Bananarama. Su segundo álbum, producido por David Byrne, alternaba piezas pop como Our Lips Are Sealed (compuesta a medias por Terry y su novia de entonces, Jane Wiedlin, de las Go-Go’s) con algo tan brutal como Well, Fancy That!, una minuciosa descripción del abuso sexual que sufrió por parte de un profesor pedófilo, durante una excursión escolar a Francia, incidente que desembocó en problemas psicológicos de larga duración.
El creciente protagonismo de Hall dejó escaso espacio para sus colegas jamaicanos, que se marcharon en 1984. Terry se trasladó a Manchester, que fue la base para su siguiente proyecto: The Colourfield. Contaba con dos multiinstrumentistas, Karl Shale y Toby Lyons. Sus dos álbumes resultaron ser aún más eclécticos de lo habitual, yendo de la bossa nova de club nocturno al rock de garaje y la chanson gala; sabemos de las críticas de Dammers, entonces empeñado en crear su propia Arkestra, a lo Sun Ra.
The Colourfield aprovechó los años de vacas gordas del pop británico, con presupuestos generosos y abundantes plataformas de exposición. Sin embargo, terminó de mala manera. Sus siguientes lances le unieron con dos vocalistas femeninas en Terry, Blair & Anouchka y, a continuación, con David A. Stewart, de Eurhythmics, en el grupo Vegas. Ninguno de los dos grupos se prodigó en directo y fueron considerados —posiblemente, de forma injusta— como caprichos de estrellas consentidas.
En 1994, Terry comenzó a grabar como solista. Con Ian Broudie, de Lightning Seeds, lanzó Home. Con Neil Gannon, socio de Morrissey, elaboró Laugh (1997). Para entonces, Hall ya formaba parte del consorcio organizado por Damon Blur Albarn para generar música alrededor del concepto Gorillaz. Trabajos de prestigio pero, finalmente, de escasa rentabilidad. No fueron buenos tiempos e incluso Terry protagonizó un intento de suicidio.
Era inevitable y ocurrió en 2008: Hall se reincorporó a The Specials, que ya habían montado reuniones de bajo perfil. Tampoco esta vez participó su cabecilla histórico, Jerry Dammers, que —como propietario de la marca— inicialmente se dedicó a poner palos en las ruedas. Una vez superados esos inconvenientes, los nuevos Specials, revitalizados por la presencia de Terry, se revelaron como excelente grupo de directo, especialmente para festivales. Como suele ocurrir en estos casos, la formación fue cambiando pero lentamente —y esto es más raro— acumuló un nuevo repertorio original, que fue la base del álbum Encore (2019). Si el disco hubiera salido en 2 Tone en los años ochenta, habría dado el pego.
Babelia
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