Muere el actor Chaim Topol, protagonista en el cine y el teatro de ‘El violinista en el tejado’

El actor israelí Chaim Topol, principalmente conocido por su papel como el lechero de El violinista en el tejado que cantaba a la importancia de la tradición frente a los cambios en su shtetl de Rusia, ha fallecido este jueves en su casa de Tel Aviv a los 87 años. Topol obtuvo fama, premios y una nominación al Oscar con este personaje, Tevye, por la exitosa versión para el cine de Norman Jewison en 1971, pero lo interpretó unas 3.500, según sus cálculos, en el musical, en hebreo y en inglés, desde 1966 hasta su última función en 2009. El legado de Topol estará marcado por su interpretación de una canción icónica: If I Were a Rich Man (Si yo fuera rico).

El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha confirmado en Twitter el fallecimiento, sin detallar la causa. Topol padecía alzhéimer desde hace años. Herzog lo ha calificado de “uno de los artistas de escena israelíes más destacados” y recordado cómo “llenó las pantallas del cine con su presencia, pero sobre todo entró profundamente en nuestros corazones”.

Nacido en Tel Aviv en 1935, 13 años antes de la creación del Estado de Israel, empezó a actuar durante el servicio militar obligatorio, con la compañía teatral de su unidad. Allí conoció a Galia, que se convertiría en su esposa durante seis décadas.

Su carrera comenzó más bien en la veintena, en la que se maquillaba para parecer más viejo sobre el escenario. Su papel clave llegó en 1964, con Sallah Shabati, una película fundamental en la historia del cine israelí. Aborda las dificultades de una familia mizrahí (judíos originarios del norte de África y Oriente Medio) en uno de los campamentos de tránsito en los que eran ubicados tras emigrar a Israel. En un momento de marcada hegemonía ―política y cinematográfica― de los judíos asquenazíes (judíos originarios del centro y el este de Europa), la obra fue un éxito de taquilla en el país, ganó un Globo de Oro y supuso la primera nominación de un film israelí a mejor película extranjera, en una época en la que primaba el cine burekas, como se denominaban (en un juego de palabras con el spaguetti western) a las comedias de cuestionable calidad llenas de estereotipos sobre asquenazíes y mizrahíes.

El largo impulsó su carrera tanto en Israel como en extranjero y abriría las puertas a su Tevye en El violinista en el tejado, por el que fue nominado al Oscar a mejor actor protagonista. Topol estaba en paz con ser recordado principalmente por un solo papel. “¿Cuánta gente es conocida, para empezar? ¿Cuánta gente en mi profesión es conocida mundialmente? Así que no me quejo”, señalaba en una entrevista con la agencia Associated Press en 2015. El intérprete contaba que aún se sorprendía cuando llegaba al aeropuerto de otro país y el policía que controlaba los pasaportes le decía “Topol, Topol... ¿eres Topol?”. “Así que sí, mucha gente la vio [El violinista en el tejado] y no es algo malo”, concluía.

El éxito le abrió las puertas a otros papeles hasta entonces lejos de su alcance. “Yo no crecí en Hollywood. Crecí en un kibbutz y empecé a trabajar a los 14 años en una imprenta”, puntualizaba en la entrevista. Protagonizó Galileo (1975), la adaptación de Joseph Losey de la obra de teatro de Bertolt Brecht; fue el científico Hans Zarkov en Flash Gordon (1980) y el contrabandista griego Milos Columbo en la película de James Bond Solo para sus ojos (1981), protagonizada por Roger Moore. En televisión, dio vida al judío polaco Berel Jastrow en la miniserie The Winds of War (1983) y en la secuela Recuerdos de guerra (1988). Acabaría ganando un premio Tony y un Globo de Oro como mejor actor. En España, fue galardonado con la Concha de Plata del Festival de San Sebastián al mejor actor por su papel en Sígueme, de Carol Reed.

También llegó, aunque de forma tardía, en 1990, a Broadway, para interpretar a Tevye. Puso fin al papel con una gira de despedida por Estados Unidos, en 2009, en la que cifró en torno a 3.500 las veces que lo había interpretado.

Topol evitaba hablar de política, aunque dedicó bastante tiempo a obras caritativas y filantrópicas, como un proyecto dedicado a niños enfermos y con diversidad funcional y sus familias. También era pintor aficionado. Hizo una serie de retratos de presidentes israelíes, que fueron incluidos en sellos en 2013 de forma que parte de los fondos obtenidos por su venta fuesen a parar a uno de sus proyectos solidarios.