La excusa de una familia granadina para expoliar patrimonio: el tatarabuelo trabajó como restaurador en la Alhambra del XIX

Detenidas seis personas por traficar con piezas patrimoniales a las que le daban apariencia legal alegando a que procedían de un familiar que trabajó en el recinto nazarí hace dos siglos

Una imagen de la Policía Nacional con una de las piezas expoliadas por la familia granadina.

Una familia granadina conseguía piezas nazaríes, visigodas, renacentistas y de la época califal que no podían ponerse en el mercado de modo legal, así que las sometían a un lavado de documentación monumental que, ahora sí, permitía ponerlas en circulación.

Ese era el modus operandi de las seis personas, y otros compinches que están en fuga, que han sido detenidas por la policía en Granada y Barcelona por expolio de patrimonio histórico, entre otros delitos. El grupo estaba tan seguro de la documentación que fabricaba que se atrevió a acudir con varias de sus piezas y sin rubor a ...

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Una familia granadina conseguía piezas nazaríes, visigodas, renacentistas y de la época califal que no podían ponerse en el mercado de modo legal, así que las sometían a un lavado de documentación monumental que, ahora sí, permitía ponerlas en circulación.

Ese era el modus operandi de las seis personas, y otros compinches que están en fuga, que han sido detenidas por la policía en Granada y Barcelona por expolio de patrimonio histórico, entre otros delitos. El grupo estaba tan seguro de la documentación que fabricaba que se atrevió a acudir con varias de sus piezas y sin rubor a Feriarte, una de las citas más habituales y conocidas del mercado de antigüedades que se celebra anualmente en Madrid.

Pero, en la edición de 2021, a la Policía Nacional le pareció extraña la venta de un capitel de estilo califal en un stand y pidió la documentación. Además de varias facturas con falta de datos y claramente falsas, los papeles incluían un documento notarial que quería acreditar que el capitel estaba en la familia desde hacía generaciones porque un antepasado había sido restaurador en la Alhambra en el siglo XIX. La policía descubrió que los dos siglos de tradición familiar en el mundo del arte y el patrimonio era una patraña y que el tráfico de material era ilegal.

Aquel noviembre de 2021, en Feriarte, cuando la policía preguntó por el capitel nazarí (del siglo XIII al XV) y su documentación, los delincuentes no sabían que la brigada de Patrimonio Histórico de la policía estaba especialmente atenta a ese tipo de piezas porque otras similares circulaban entonces por el mercado ilegal. Las facturas plagadas de defectos y los papeles que contaban el relato del antepasado y la herencia de siglos se repetían con hasta tres capiteles. La policía no se creyó nada y comenzó una investigación que ahora ha resultado en la detención de esas seis personas y la requisa de 71 piezas arqueológicas que los delincuentes habían puesto a la venta mayoritariamente a través de la misma tienda de antigüedades barcelonesa que regentaba el stand de Feriarte.

Otras piezas expoliadas y recuperadas por la Policía Nacional.

Mientras comprobaban la legalidad o no de las piezas encontradas en la feria de antigüedades madrileña, la policía se dio cuenta de la aparición de unos inesperados colaboradores necesarios: varios notarios que habían levantado actas de manifestación con la historia del tatarabuelo de la Alhambra hace dos siglos. A partir de ese hilo se localizaron piezas similares en casas de Valencia, Madrid y Granada. Ahí también descubrieron la ruta Granada-Barcelona que seguían las piezas.

Finalmente, la policía descubrió un grupo de diez personas trabajando en este expolio, los seis detenidos –cinco en Granada y uno en Barcelona– y cuatro más en fuga, quizá en Brasil, país de origen de algunos de ellos. Nueve pertenecían a una misma familia con residencia en Granada, mientras que el décimo era el responsable de la tienda barcelonesa. Según la policía, los líderes de la operación eran tres hermanos que habían pergeñado y perfeccionado el sistema durante un tiempo. Estos tenían un negocio de antigüedades de Granada, lo que les facilitaba la localización de piezas expoliadas. A estas les creaban documentalmente ese pasado familiar para así introducirlas en el mercado legal a través de Barcelona.

Una artimaña familiar

El relato del antecedente familiar restaurador del recinto alhambreño dos siglos antes es la artimaña que los delincuentes usaban para justificar que las piezas eran propiedad de la familia en un momento previo a 1985, año de entrada en vigor de la actual ley de Patrimonio Histórico Español. Esa norma considera Patrimonio Histórico Español todos “los bienes muebles o inmuebles de carácter histórico, susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no extraídos y tanto si se encuentran en la superficie o en el subsuelo, en el mar territorial o en la plataforma continental. Forman parte, asimismo, de este Patrimonio los elementos geológicos y paleontológicos relacionados con la historia del hombre y sus orígenes y antecedentes”. A partir de ese año, de modo general, todo descubrimiento de ese material se considera bien de dominio público y, en consecuencia, se considera expoliación “toda acción u omisión que ponga en peligro de pérdida o destrucción” ese patrimonio.

Un capitel recuperado por la Policía Nacional.

Entre las 71 piezas intervenidas aparecen, según informa la policía, capiteles de épocas nazarí y califal, basas, columnas, arcos de yesería, vigas islámicas, un fragmento de arrocabe, una estela funeraria árabe, varias esculturas y cuatro broches de cinturón visigodos. Un juez ordenó que todas ellas se trasladen, con la asesoría del Ministerio de Cultura, a instituciones donde puedan ser estudiadas y conservadas.

Así, ahora todas están en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) en Madrid, el Museo Arqueológico de Granada y el Museo de Prehistoria de Valencia. Según los técnicos de estos museos, el valor de las piezas en el mercado equivaldría a 400.000 euros, aunque esa cifra se quedaría probablemente pequeña si se comercializaran en el mercado negro.

El comunicado policial destaca entre las piezas intervenidas un fragmento de arrocabe de algo más de 3,5 metros de longitud, con epigrafía cúfica –habitual en la Alhambra– y decoración de palmas, tasado en 80.000 euros y datado en la época del reinado de Yusuf I, en el siglo XIV. También resalta la presencia de varios capiteles califales de mármol, con tallas de gran calidad, de los que existen modelos similares en el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba y en el Museo de la Alhambra, lo que permite datarlos en el siglo X o principios del siglo XI, pudiendo proceder de talleres en la órbita de Madinat al-Zahra. Finalmente, es relevante un capitel de banda que, por su estructura, corresponde a la etapa nazarí (cronológicamente siglo XIV) y que podría proceder de un edificio oficial palatino alhambreño.

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