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Muere el pintor donostiarra Juan Luis Goenaga a los 74 años

El artista, padre de la actriz Bárbara Goenaga, fue uno de los máximos exponentes del expresionismo vasco, que alimentaba con la desbordante naturaleza que le rodeaba

Juan Luis Goenaga en su caserío Aitzeterdi en Alkiza, Gipuzkoa, el 29 de septiembre de 2020.
Juan Luis Goenaga en su caserío Aitzeterdi en Alkiza, Gipuzkoa, el 29 de septiembre de 2020.JAVIER HERNÁNDEZ
El País

El pintor donostiarra Juan Luis Goenaga ha fallecido este martes a los 74 años, según ha confirmado a través de su cuenta en la red social X el dirigente popular y yerno del artista, Borja Sémper. “Fue un hombre honesto y libre, como solo saben serlo los artistas de verdad. Se nos va una parte del corazón, nos queda su obra, su inmenso recuerdo y su ejemplo humanista. Goian bego (descanse en paz)”, ha escrito el político en la red social.

Juan Luis Goenaga, padre de la actriz Bárbara Goenaga, fue uno de los máximos exponentes del expresionismo vasco, un creador autodidacta que comenzó su carrera artística a finales de los años sesenta y que alimentó su arte de la naturaleza de la que estuvo rodeado durante casi toda su vida en su casa de Alkiza (Gipuzkoa). Muchos de sus cuadros se mostraron en la película que Woody Allen ambientó en San Sebastián en 2020, El festival de Rifkin. “No sé cómo su director de arte llegó hasta mí, pero la película me gustó muchísimo, sobre todo el final, además de que me sentí muy identificado con Woody Allen”, reconoció Goenaga en una entrevista con EL PAÍS. El director de Manhattan o Annie Hall también recreó el estudio del vasco en la película, para lo que se llevó de su taller botes de pintura, pinceles y libros.

La producción artística de Goenaga se puede resumir en determinados paisajes, como él mismo destacó en la misma entrevista con este diario: “Donostia, Zumaia, y si me tengo que ir lejos, algún pueblo de Ávila, de Soria, de Burgos. A los pintores vascos nos interesa Castilla”. Además del paisaje, su obra está atravesada por el paisaje y el cuerpo femenino. La última gran exposición de la que fue protagonista, Goenaga, se llevó a cabo en 2021 en la sala Kubo-Kutxa de Donostia. Se trataba de una muestra retrospectiva que rescataba sus cuadros desde finales de los sesenta hasta sus últimos trabajos, y que estaba dividida en las diferentes etapas que atravesó su obra: la naturaleza salvaje inicial, el avistamiento de la figuración inspirada por el neoexpresionismo alemán, el universo íntimo plasmado en escenas cotidianas y autorretratos y la influencia de lo rupestre en su fase final.

Era un hombre tímido, de pocas palabras, que prefería expresarse a través de su obra. Estudió grabado en Barcelona y se acercó a la escultura en París, hasta que eligió Alkiza como residencia y comenzó su profunda comunión con la tierra y las raíces. Pero no solo convivió con las gamas de su paisaje vital, también lo hizo con los colores vivos, de la misma manera que lo hizo con la figuración y la abstracción. Con la fotografía, desarrolló un extenso trabajo a partir de 1970 que poco a poco fue abandonando por la pintura.

La trayectoria creativa de Goenaga había quedado recogida en diferentes catálogos, pero hasta finales de 2018 no vio la luz una monografía sobre su obra, sobre el trabajo realizado desde 1968, de la que se encargó el historiador del arte Mikel Lertxundi Galiana. En ese amplio volumen quedaron reflejados de los comienzos con sus series apegadas a la tierra, a la orografía y el clima vasco. Ese libro permite seguir su trabajo posterior, las series en las que se sumergió de lleno en el mundo pop y urbano a finales de los setenta y primeros ochenta, y también las de su universo interior, y sus pinturas vinculadas al caserío y a la arqueología.

No podía ser de otra forma al analizar la carrera de un artista para el que la pintura fue “sagrada”. “Desde la cueva de Ekain (gruta guipuzcoana que conserva unas excepcionales pinturas rupestres) a El Greco. Es lo mismo”, dijo el creador vasco en una de sus escasas intervenciones ante la prensa.

La familia aún no ha tomado una decisión sobre su funeral, aunque probablemente organice algún acto a finales de mes en San Sebastián.

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