_
_
_
_
Festival de San Sebastián
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La muerte triunfa en el festival de San Sebastián

La eutanasia, los cuidados paliativos y el declive de la vida han sobrevolado como temas principales en muchas de las películas de este Zinemaldia

Festival de cine de San Sebastián
Patricia López Arnaiz y Antonio de la Torre, en 'Los destellos'.
Gregorio Belinchón

El miércoles por la noche, Pedro Almodóvar y Costa-Gavras coincidieron en el restaurante donostiarra Zelai Txiki en sendas cenas. El primero celebraba su 75 cumpleaños y la proyección de La habitación de al lado; el segundo, el estupendo recibimiento en la sección oficial del concurso de El último suspiro. Y cuando comenzaron a charlar, se percataron de que ambas películas albergaban un mensaje a favor de la eutanasia y de que todo ser humano tiene el mismo derecho a decidir cómo vive que a escoger cómo muere. Si por algo se recordará la 72ª edición del festival de San Sebastián, es por la aproximación de multitud de cineastas a la muerte y a los últimos momentos de sus personajes, que saben que les queda poco tiempo de vida. Por eso, y porque las tres series españolas estrenadas en el Zinelmadia estarán entre lo mejor del año en el audiovisual nacional.

La muerte sacude al personaje de Tilda Swinton en el filme de Almodóvar, que se ha proyectado por la entrega del Donostia. El deseo de su personaje es controlar su final, como los pacientes de El último suspiro. Mantener la dignidad, sin sentimentalismos ni paternalismos, sin compasiones ni chantajes emocionales, mueve las últimas acciones de Ramón, el personaje al que da vida Antonio de la Torre en Los destellos, de Pilar Palomero. Tampoco quiere cariños baratos el enfermo terminal de la china Bound in Heaven. Y la anciana a la que da vida Josiane Balasko decide dejar todo bien atado en Quand vient l’automne, del francés François Ozon, que, además, juguetón como es él, muestra una paleta de sentimientos provocados por diferentes muertes.

Otro que juega a la vida y la muerte, obligado porque su objeto de estudio es la tauromaquia, en concreto en las corridas, es Albert Serra, que ha levantado una polvareda descomunal, acorde a la calidad de su documental, Tardes de soledad, donde no escatima al espectador ni un segundo del dolor y la agonía de los toros en las plazas. Y sin abandonar la sección oficial a concurso, Cónclave (el nuevo filme de Edward Berger, responsable de Sin novedad en el frente, que ha sido una de las películas más disfrutonas y repletas de giros del certamen) y El llanto coinciden en mostrar cómo los muertos marcan el recorrido de los vivos.

El torero Andrés Roca Rey se desviste en un hotel tras una faena en la película 'Tardes de soledad'.
El torero Andrés Roca Rey se desviste en un hotel tras una faena en la película 'Tardes de soledad'.

Lo mismo ocurre en la sección Nuevos directores, cuando la muerte se planta en mitad de la película, anunciando con suficiente tiempo su llegada, como en la muy interesante Los últimos románticos, de David Pérez Sañudo; en la danesa My Eternal Summer y en la tailandesa Regretfully at Dawn. De eutanasia y fallecimientos también hablaban, en el apartado Horizontes latinos, la argentina Los domingos mueren más personas, y en Perlak, la francesa Por todo lo alto y el nuevo trabajo de Paul Schrader, Oh Canadá.

La actriz Marianne Jean-Baptiste, protagonista de 'Mi única familia', de Mike Leigh, en San Sebastián.
La actriz Marianne Jean-Baptiste, protagonista de 'Mi única familia', de Mike Leigh, en San Sebastián. Juan Herrero (EFE)

Ahora bien, ¿qué decidirá el jurado que preside la ganadora del año pasado, Jaione Camborda? Si apuesta por un puñetazo, ningún largo puede superar al virtuosismo, la temeridad y la contundencia de Tardes de soledad. Por recepción crítica, no quedan muy atrás Los destellos, de Pilar Palomero; el drama social On Falling, de la debutante portuguesa Laura Carreira, que ha contado con la producción de la empresa de Ken Loach para otra indagación de cómo la maquinaria capitalista sigue expulsando gente de la sociedad —especialmente, a los inmigrantes—, y Mi única familia, un retorno por todo lo alto del veterano Mike Leigh, que regala a su actriz de Secretos y mentiras, Marianne Jean-Baptiste, un personaje desagradable, que arranca bullendo en su malignidad y al que Leigh acaba dando el espacio necesario para que el público entienda que su brutalidad nace de un terrible dolor.

Nagore Aranburu, en el rodaje de la serie 'Querer', de Alauda Ruiz de Azúa.
Nagore Aranburu, en el rodaje de la serie 'Querer', de Alauda Ruiz de Azúa.NICOLÁS DE ASSAS

En realidad, el certamen ha albergado una sección oficial a concurso de buena calidad, donde solo chirría —eso sí, deja un borrón homérico― Emmanuelle, de Audrey Diwan, anticlimática en su sexualidad y antipática en su diatriba erótica. De ahí que este año las quinielas se hagan desde el buen sabor de boca y no desde la sensación de que haya poco que premiar y menos que festejar. Y en esa celebración han entrado, y triunfado, Querer, de Alauda Ruiz de Azúa, y Yo, adicto, de Javier Giner, ambas series en la sección oficial, aunque, obviamente, fuera de concurso, y Celeste, de Diego San José, la serie tragicómica estrenada en el Velódromo. Su sutileza; apuesta por narraciones distintas, que rehúyen los tópicos; su mirada adulta a personajes y situaciones y su consideración del espectador como alguien inteligente han hecho de las tres series un puntal del audiovisual español del 2024, se pongan como se pongan los creadores cinematográficos.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_