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Los árboles y el bosque
Columna
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El desastre de la gestión de la dana en Valencia: “Un ‘déjà vu’ que se repite todo el rato”

Conviene releer el tebeo ‘El día 3′, Premio Nacional de Cómic, para recordar cómo la Generalitat valenciana trató de sepultar otra catástrofe: el accidente del metro de Valencia de 2006

'El día 3'
Ilustración de 'El día 3', de Cristina Durán, Laura Ballester y Miguel Ángel Giner Bou, editado por Astiberri.
Guillermo Altares

Cuando Valencia todavía no se ha recuperado del horror de la dana —un desastre natural ampliado por la incompetencia humana, que ha costado la vida a 229 personas, 223 de ellas en Valencia—, hay otra tragedia que merece la pena recordar. Ocurrió el 3 de julio de 2006: el accidente del metro de Valencia en el que perdieron la vida 43 personas y 47 resultaron heridas. De nuevo, la fatalidad se mezcló con la incompetencia. Cristina Durán y Miguel Á. Giner Bou, junto a la periodista Laura Ballester, reconstruyeron aquel accidente en su tebeo El día 3 (Astiberri), con el que ganaron el Premio Nacional de Cómic en 2019.

Durán y Giner Bou, autores también de Una posibilidad y María La Jabalina —sobre la última mujer fusilada en Valencia por el franquismo, en 1942, en la posguerra despiadada de la dictadura, perdieron su lugar de trabajo, una parte de importante de sus cosas y estuvieron a punto de perder la vida en la desgraciada tarde del 29 de octubre. Su estudio en Benetússer quedó arrasado por el fango. Lo contaron en sus redes sociales y el pasado domingo en un cómic para EL PAÍS, en el que no solo relatan la angustia de ver cómo una parte de su casa queda anegada, sino que explican que los días posteriores fueron igualmente terroríficos, porque no aparecía nadie para ayudar. Una de sus hijas tiene parálisis cerebral y llevarla hasta un lugar donde podía recibir asistencia fue una odisea.

El día 3 no relata solo el accidente del metro de Valencia desde el punto de vista de las víctimas, sino que narra la respuesta posterior de la Generalitat que presidía Francisco Camps. Su principal objetivo fue evitar cualquier responsabilidad —hubo un error humano, pero también un grave problema de inversiones y señalización con claras ramificaciones políticas— y dar carpetazo al asunto tratando de que no le afectase.

La negativa de las víctimas a aceptar lo inaceptable, el trabajo de algunos periodistas valencianos, un certero programa de televisión emitido en 2013 —Salvados, dirigido por Jordi Évole— y constantes manifestaciones evitaron que el asunto quedase sepultado por el fango de la mentira y la manipulación. Un informe de 2016 de la Unió de Periodistes Valencians sobre el tratamiento que realizó Canal 9 del accidente concluyó que se manipularon las informaciones en el ente y señaló: “Hemos podido comprobar que se han distorsionado y ocultado una buena parte de los datos publicados sobre la investigación”.

Yogi Berra fue un jugador de béisbol estadounidense conocido por sus frases absurdas y, a la vez, profundamente lógicas. Fue un gran filósofo que nunca pretendió serlo. Fallecido a los 90 años en 2015, era un personaje adorado en Estados Unidos, cuyos aforismos forman parte del acervo popular. “Ese sitio está demasiado lleno, ya no va nadie”; “Cuando llegues a una encrucijada en la carretera, sigue recto”; “Si no sabes dónde vas, es posible que no llegues a ninguna parte”; “Si no puedes imitarle, no le copies”; o “Es un déjà vu que se repite todo el rato”. Esto último es lo que está ocurriendo, de nuevo, en Valencia: una espesa y hedionda nube tóxica de barro y mentiras —empieza a ser imposible contar las versiones que el presidente Carlos Mazón ha dado de lo que hizo mientras Valencia se sumergía bajo las aguas y morían cientos de personas— para evadir cualquier tipo de responsabilidad después de una catástrofe. El día 3 resulta una lectura muy importante en estos momentos. Y también desoladora.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.
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