Se rifa casa de arquitecto famoso para becar a estudiantes mexicanos
Desde hace 75 años, el Instituto Tecnológico de Monterrey financia, mediante subastas, la educación de la mitad de sus alumnos
Se rifaban coches de alta gama, dinero en metálico y todo tipo de premios (Mi sueño, Dinero de X vida, Efectivo Plus). Se vendían 2,6 millones de boletos para participar en un sorteo que la sociedad civil mexicana aplaudía. ¿Por qué? Porque el dinero recaudado lo destina el Instituto Tecnológico de Monterrey a financiar (al 100%) la educación de la mitad de sus alumnos. El programa se llama Líderes del mañana y ha cumplido 75 años. Con ese fin, la fama de la rifa se expandió. También el número de boletos y, en 2013, llegó el gran premio de la casa. No de una casa cualquiera, de un diseño exclusivo ideado por los grandes arquitectos del mundo. Este año ha sido el chileno Alejandro Aravena, con su estudio Elemental, quien ha aceptado el reto. Ha declarado que entiende que la casa de lujo de 614 metros que han construido en Nuevo León es una iniciativa social. Veamos cómo lo explica.
Con forma cilíndrica, tres plantas, construida con hormigón armado, ladrillo, vidrio y vegetación. Con cochera para cuatro automóviles, con baños con vistas, bodega, alberca, zona de asado, patios, lavandería y habitaciones con baño, vestidor y vistas a las montañas, la casa es como un castillo contemporáneo. Ubicada en Nuevo León, al noreste de México, y valorada en 75 millones de pesos (3,8 millones de euros). Se sorteará el próximo 22 de diciembre. En términos inmobiliarios, la vivienda está “para entrar a vivir”. Ana Landa —del estudio Línea Vertical— ha firmado un interiorismo que, ahí sí, añade madera de cuéramo, mármol y litografías. Y Aravena ha creado la marca, la fachada, la idea, el castillo.
Más allá de la finalidad de su venta, el encargo de la Casa del Tec es un asunto peculiar. La superficie es siempre muy precisa: máximo 600 metros, mínimo 600 metros cuadrados. Aravena explica que no se encarga una casa, “se encarga un mundo interior fortalecido, un castillo introvertido, pero no tímido”. Su propuesta es un volumen cilíndrico, una estructura concéntrica que, al levantarse del suelo, amplía, sumando el jardín, las zonas de estar de la vivienda y, por lo tanto, juega con los 600 metros. El chileno cuenta que la casa remite también a la arquitectura mexicana: “Es una estructura de muros que pone la masa térmica en el perímetro”.
Así, la vivienda acoge y cuida, casi silenciosamente, la vida privada y a la vez “es una declaración de principios en la vida pública”, resume Aravena. El socio de Elemental Juan Cerda estuvo a cargo del proyecto.
Babelia
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