Moyà minimiza los daños

Llegado el momento de la verdad , en una semana con tres partidos decisivos, el Valencia ha llegado en los huesos. Con bajas por todas partes y mucha desconfianza respecto a los hombres que han de cubrirlas. A pesar de que esta noche uno de ellos, el meta Moyà, minimizó los daños con una actuación impecable, salvando tres goles del Racing, que estuvo más fresco y siempre dirigido por un Canales recuperado tras unas semanas sin chispa.

Toda la plástica del fútbol se concentró en la última jugada de la primera parte: Canales atacó a los centrales y encontró el hueco que le dejó el desmarque en diagonal de Tchité, arrastrando al central Dealbert. El inconveniente para Canales fue que ese espacio se le abrió hacia su derecha y su disparo con la diestra, poco potente, chocó en la bota izquierda de Moyà.

El Valencia se marchó al descanso preocupado. Su defensa, muy debilitada, fue tan vulnerable como podían esperar los jugadores del Racing. Y su inédito centro del campo, Maduro y Baraja, muy inconsistente. No es que anduviera mal, sino que le faltó continuidad. La clase de Baraja generó un puñado de ocasiones de gol, engarzado con Silva y Pablo, que sirvieron en dos ocasiones a Villa para que marcara. Erró El Guaje en dos remates francos y el Racing agradeció la clemencia.

Portugal pidió a sus hombres que presionaran arriba para aprovechar la inexperiencia y las dudas de la defensa valencianista. Cargó, en concreto, por su flanco izquierdo, tratando de que el joven lateral derecho, Joel, en su debut, se asustara ante el quiebro de Canales y la velocidad de Tchité. Y Joel estuvo sereno, sacando limpiamente el balón cuando se le requería, pero también sufrió atrás cuando le encararon.

El Valencia se arriesgó tras el descanso adelantando sus líneas y el Racing se frotó las manos pensando en cazar alguna contra, favorecidas por un tipo tan eléctrico como Munitis, que ocupó la plaza de Serrano. Apareció Moyà, muy rápido y tranquilo pese a la desconfianza que caía sobre él.

El partido se abrió en canal y Emery decidió dar descanso a Silva, que estaba fino, disfrutando, y por lo tanto se marchó enfadado. Aunque comprendió, tras unos segundos de reflexión, que el entrenador lo quería reservar para el choque del jueves contra el Werder Bremen en Mestalla.

La habilidad de Canales sacó a los centrales locales de sus casillas. En su afán de ayudar al joven Joel, Navarro acudió a la banda a cerrar a Canales y se encontró con el regate en seco, usando los dos pies, que le dejó en evidencia.

Apagado Villa, el Valencia fue perdiendo energía en el ataque. El Racing, en cambio, fue llegando escalonadamente a la meta de Moyà, certero una vez más en el rechace de un remate a bocajarro de Tchité tras un centro desde la izquierda de Cris.

Emery empleó las dos balas que le quedaban en Joaquín y Fernandes, recibido con pitos por la grada de Mestalla, implacable con el mediocampista luso tras su mal partido en el Calderón. No retiró a Joel, que pagó con molestias los esfuerzos físicos y emocionales de su debut. Justo cuando Emery había hecho ya los tres cambios.

El Valencia apretó en el último cuarto y el Racing decidió perder todo el tiempo posible. Entremedias, el árbitro perdonó la segunda tarjeta amarilla a Chori Domínguez tras un piscinazo del argentino en el área racinguista. Menos indulgente fue el árbitro con Navarro, expulsado tras golpearle el balón en una mano. No jugará en el Camp Nou. Un golpe más para un equipo que llega tieso a esta semana capital.

Sin pólvora en Mestalla