Carroll afina al Madrid

A tres días del primer envite serio de la temporada en las semifinales de la Supercopa ante el Barcelona, el Madrid de Pablo Laso comenzó a lucir virtudes y pulir defectos frente al Fuenlabrada. El partido de rodaje servía también para medir el efecto Rudy en Madrid. Era su tercer encuentro de blanco para el escolta internacional pero el primero que se disputaba en casa, en el pabellón Europa de Leganés. Todos los focos le apuntaban pero fue Jaycee Carroll el protagonista de la fiesta.

Un parcial de 9-0 a favor de los hombres de Porfirio Fisac en los primeros tres minutos anunciaba una tarde con más incordios de los previstos para el Madrid. El primero en pagar el despiste inicial fue Velickovic que ahora con Laso en el banquillo prosigue las conversaciones de diván que inició con Messina. El Fuenlabrada, con Mainoldi y Sene como estiletes, apuntalaba el rebote y tomaba la medida del aro madridista estirando el marcador y retratando la distracción del vecino de la capital. La entrada en pista de Mirotic y Rudy pareció espabilar a los blancos que atajaron la efervescencia fuenlabreña hasta equilibrar los guarismos (14-13 a 2.30 para el final del primer cuarto). El Madrid se lo tomaba como un laboratorio de pruebas y el Fuenlabrada como una auténtica prueba para calibrar su nivel. Pero el catálogo de ambos equipos presenta notables desequilibrios a favor de los blancos.

Laso decidió tirar de repertorio. Llull se fue al banquillo y Sergio Rodríguez tomó el relevo en la dirección. Mano de santo. La entrada del base canario agitó a los suyos y alteró el ritmo parsimonioso del partido. Los ataques estáticos dieron paso a las carreras a campo abierto y ahí el Fuenlabrada comenzó a enseñar las costuras. El Madrid rompió a sudar, Carroll afinó la muñeca y Tomic se agigantó en la pintura hasta equilibrar el capítulo reboteador. Todo ello más las episódicas y estelares apariciones de Rudy destartalaron la pizarra de Fisac. Tres triples de cuatro intentos del escolta mallorquín en los 12 minutos que estuvo en pista antes del descanso sellaron el despegue madridista en el marcador (27-39).

A la vuelta de vestuarios, el Fuenlabrada intentó retomar el guion inicial buscando a Mainoldi como solución a todos sus males. Pero para entonces el Madrid ya había alcanzado velocidad de crucero. Una vuelta de tuerca en la intensidad defensiva, unos notables porcentajes de tiro y una clase magistral de Carroll rompieron el partido en el tercer cuarto. El escolta de Wyoming se recreó ante la canasta fuenlabreña y enseñó toda su gama de recursos, acreditando su puntería y luciendo una afinación pluscuamperfecta ante el arranque de temporada. 29 puntos, 8 rebotes y un 39 de valoración decoraron su expediente final.

Para desencanto de la afición Laso no dio carrete a Rudy en la segunda mitad y dedicó el último cuarto a experimentar en busca conexiones fructíferas. El ensayo le deja motivos para el optimismo.