“Con 1,90 las órdenes del cerebro tardan más en llegar a los pies”
Con solo 22 partidos en Primera, es el medio más goleador de la Liga con 11 dianas
Le queda algo más de un mes para celebrar su 26 cumpleaños. Y lo hará, por primera vez, como jugador de Primera. Aparece con el pelo mojado y una alegría contagiosa después del entrenamiento en la ciudad deportiva del Rayo. Miguel Pérez Cuesta 'Michu' es el medio más goleador de la Liga y, con once tantos, también el máximo goleador del equipo. Nada mal para un chico larguirucho que lleva tan solo 22 partidos en Primera. Creció en la cantera del Oviedo, donde nació. Pero de asturiano no le queda ni el acento. “De tanto estar con los gallegos se me ha quitado…”, bromea. El verano pasado dejó Vigo y el Celta por Madrid y Vallecas.
Pregunta. ¿A qué huele el fútbol de Primera?
Respuesta. A dulce. Y más para mí, con lo que me costó llegar. Y encima lo hago a un equipo humilde, a un barrio humilde y de trabajadores como Vallecas. Es una comunión de todo: barrio, afición y equipo. El trabajo y la seriedad son lo que nos mantendrán en Primera.
P. ¿Hay jugadores para Primera y jugadores para Segunda? Por el tipo de futbolista que es, da la sensación que destaca más en Primera: más espacios y menos agresividad.
R. Sí. Han aflorado más las que son mis características: llegar al área desde segunda línea. Tengo más espacios para moverme, en Segunda los marcajes son más férreos y hay poco espacio para destacar.
P. ¿En qué ha notado el cambio entre Primera y Segunda?
R. La exigencia física es la misma, aquí también te pasas los 90 minutos currando, pero tengo espacios para llegar.
P. ¿Le sorprende que en un equipo modesto como el Rayo tenga tanta libertad para llegar al ataque?
R. No. Porque el entrenador nos propone eso desde el minuto uno, da igual el rival y el estadio en el que estemos. Quiere atacar, meter goles, que lleguemos mucho al área contraria. Es un técnico que no va a especular a ningún campo y eso a mí me beneficia.
P. En el Celta no acabaron de encontrarle el sitio en el campo: una posición más atrasada no se adecuaba a sus características y en la mediapunta ya estaba Trashorras, ¿Sandoval es el que se ha inventado ese sitio?
R. Sí. Y me ha dado confianza. Eso es lo que mejora mi nivel de juego. No la había tenido en el Celta. Sandoval tiene una filosofía clara de fútbol. Cuando me llamó este verano para pedirme que me fuera al Rayo tardó 40 segundos en explicármela. Él siempre ha jugado con el 4-3-3: es lo más idóneo para mí porque donde mejor me encuentro es en el medio de esos tres futbolistas, por delante del pivote defensivo. Y en este caso además tengo más libertad que Movi [Movilla].
Ojalá algún día pueda tener la mitad de la fuerza mental de Nadal
P. ¿Qué busca Sandoval en usted?
R. Que me incorpore al ataque. Siempre me dice: “Si estás en el área es más fácil que te marquen”. Si en cambio llegas desde atrás es más difícil que un futbolista consiga evitar que tú puedas meter ese gol. Llegas al área desde atrás y no te siguen como a los delanteros que tienen la marca de los centrales. Es el factor sorpresa y allí es donde mejor me desenvuelvo. Los 11 goles que llevo son culpa del míster y el reflejo de la suerte que estoy teniendo. Nadie se lo esperaba y yo el primero.
P. ¿Por qué?
R. Porque son cifras muy buenas, más para un futbolista del Rayo. El otro día estaba viendo el Madrid, veía a Benzema y pensaba: llevo los mismos goles que él.
P. Mide 1,90m… mucho para una posición de bajitos como es la del mediapunta y más en España ¿Ha tenido que trabajar la coordinación?
R. Sí. A un futbolista de 1,90m las órdenes del cerebro le tardan más en llegar a los pies. Me cuesta más que a los demás. Hago ejercicios a diario con las setas y los aros. Con los ojos cerrados voy saltando dentro del aro, a la izquierda, a la derecha, donde me digan, con la pierna izquierda y luego con la derecha.
Para mí la confianza del entrenador lo es todo, y ahora la tengo
P. Hablando de bajitos… ¿ha llegado a pensar en la selección?
R. No, no es una cosa que me planteo. Es un sueño.
P. ¿Fallar penaltis, como el que falló contra el Granada en la liguilla de ascenso, afecta mucho? ¿Cuánto tarda uno en recuperarse?
R. Claro que te afecta. Pero lo tienes que asumir. Lo bueno que tiene el fútbol es que a los siete días ya estás jugando de nuevo y tienes posibilidad de respuesta. Está en tu cabeza y tiene que entrar en tu cabeza que también cabe la posibilidad de que ese penalti lo falles. Yo creo que es por eso que aun siendo seguidor de Roger Federer, me impresiona Nadal. Mentalmente es el mejor, no hay otro deportista como él. Es capaz de estar perdiendo un set por 5-0 y remontarlo cuando cualquier futbolista y deportista lo tiraría y estaría pensando en el siguiente. Mientras otros piensan ya en el siguiente punto, él está sacando el suyo. Y eso se trabaja, igual que la coordinación. Ojala algún día pueda llegar a tener la mitad de su fuerza mental.
P. ¿Cómo se trabaja eso?
R. Hay especialistas deportivos que te ayudan a trabajar mentalmente. Nosotros en Vigo trabajábamos con coaching y yo hablo habitualmente con una persona que me ayuda. Me da otro punto de vista, me da deberes para hacer en casa: ejercicios para ayudar a desbloquearte y para confiar más en ti mismo.
P. ¿Le hacen más frágil las dificultades?
R. Cuando las cosas van bien me es todo mucho más fácil. Cuando no, necesitas una ayuda externa que te diga que sí, que hoy no va bien pero mañana irá mejor. Tienes que hacer eso para cambiar la dinámica y en eso estoy trabajando. Para mí la confianza del entrenador lo es todo y ahora la tengo. Hay futbolista que a lo mejor tenemos un límite y de ahí no pasamos por mucha confianza que tengas, pero la confianza del entrenador va a hacer que tú explotes.
P. ¿Por qué quiso ser futbolista?
R. Mi hermano que me lleva cinco años me llevaba a todos sus partidos…
P. Después de cada partido su padre le esperaba en la rampa del aparcamiento del Tartiere y se iban a casa andando… ¿de qué hablaban?
R. Siempre, siempre estaba allí. Es una costumbre que no hemos perdido. Al estadio necesitaba ir solo, andando, pensando en mis cosas. El trayecto de vuelta en cambio siempre lo he hecho con mi padre. Aquí también. Él lleva el coche y me lleva. Fuera de casa también, procuro ducharme rápido para irme con mi padre en coche.
P. ¿Siempre jugó en el medio?
R. En los alevines del Oviedo jugaba de extremo izquierda. En el torneo de fútbol siete de Bruenete que ganamos aquí en Madrid, jugué de lateral. Cuando subí al primer equipo del Oviedo ya empecé de mediapunta.
P. ¿En quién se fijaba de niño?
R. En Zidane. Merecía la pena pagar una entrada solo para verle a él. Era como ir al teatro. Es de la clase de futbolistas como Xavi e Iniesta, de esos que nacen cada 200 años.
P. ¿Cómo desconecta del fútbol?
R. No desconecto, me gusta el fútbol, siempre que puedo veo partidos y tenemos la suerte de que haya partidos todos los días ya. Lo que sí soy muy de siestas, me echo una de tres horas todos los días.
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