“El que no conecta en el Barça, está perdido”

Por algo le apodaban Il Metronomo. Demetrio Albertini (Besana in Brianza; 1971) marca el tempo de la entrevista, rumia la respuesta y ejecuta su discurso. “Para mí siempre es un placer hablar de fútbol”, admite, en tono gentil, con la misma elegancia con la que ordenaba sobre el tapete. Aterrizó con 14 años en el Milan, coleccionó una ristra kilométrica de trofeos y dio sus últimos coletazos en el Barça. Colgadas las botas, ahora luce traje y corbata como dirigente de la federación italiana.

Pregunta. Desde el Camp Nou, siempre deslizan buenas palabras sobre usted, ¿le enorgullece?

Respuesta. Claro. Tengo un vínculo muy especial con el Barça. Recibí un cariño enorme. Para mí es un honor haber jugado en ese club, tanto como hombre como futbolista. Aunque, por encima de todo, allí encontré unos amigos que nunca pensé que podría encontrar. Como Puyi, que es un fenómeno. Hablamos casi a diario. Es un gran campeón, un profesional único, como Maldini. Irrepetible.

P. ¿También congenia con Guardiola?

R. Sí. Nos respetamos mucho desde el principio de nuestra carrera. Empezamos casi a la vez. Nuestra amistad se afianzó cuando Pep vino a Italia, al Brescia. Solemos intercambiar mensajes. Nos encanta charlar sobre fútbol. Y lo que ha hecho él es importantísimo. El Barça apostó por un entrenador diferente, por un hombre que tiene un compromiso total con el club. Tuvo experiencias fuera, viajó, estudió mucho… Ganar es complicado, y hacerlo muchos años, todavía más. Pero su grandeza reside en cómo lo ha hecho.

P. ¿Le ha revelado su fórmula?

R. ¡Ya me gustaría! Creo que la clave es que tiene al vestuario en sus manos. Jugó con algunos de sus futbolistas, pero sabe establecer la barrera necesaria entre un técnico y el jugador. Le ven antes como a un entrenador que como amigo. Él es el guía. Todos le respetan. Es un ganador nato.

P. ¿Le sentaría bien el Milan?

R. Conoce a la perfección la filosofía del club y ha apostado por la cantera. En otra casa sería muy difícil hacer eso. En Italia, desde luego, este modelo no triunfaría. Creo que los equipos que han marcado la historia han tenido siempre muchos jugadores de la cantera. Para hacer historia hay que ganar y ganar, y para eso necesitas personas muy comprometidas, que tengan un vínculo emocional. La base debe ser de casa. Eso ahora no ocurre en Italia.

P. ¿Cree que este Barça de Guardiola empezó con el proyecto de Rijkaard, en el que usted participó?

R. El Barça de Frank puso la semilla de este equipo. Inculcó la fuerza del grupo y generó los primeros automatismos. Que no lo olvide nadie. El fútbol es cíclico, nada es eterno.

P. Para algunos, Messi ya es eterno…

R. Uff... Es un grande, pero siempre al servicio del equipo. Ese es el secreto. Van todos a una, priorizan el bloque. Ahí están también Xavi, Iniesta… Son inigualables. Y no se olviden de Víctor Valdés. Es un buen tipo. Se habla muy poco de él y es un porterazo.

P. ¿Podrá frenar a Ibrahimovic?

R. Zlatan es un maestro, uno de los mejores… Pero sus características de juego no terminaron de encajar en el engranaje del Barça. Le va mejor el Milan, donde Allegri está haciendo un buen trabajo. Al equipo le falta creatividad, se impone lo físico, pero poco a poco va moldeándolo. Hay que sacar provecho de un crack como Ibra. Tiene calidad de sobra, es buenísimo, pero jugar allí requiere algo más. Si no conectas estás perdido.

P. Sobre todo, si no lo haces con La Pulga, ¿no?

R. Con la pelota en los pies, decide él. Es increíble, casi imposible de frenar. Desequilibra, defiende, rompe los partidos… Y lo hace todos los fines de semana, partido tras partido, día a día. También en Europa. Eso es complicadísimo.