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“Mi sitio está en una pista de tenis”

La jugadora conquista Madrid y se reivindica tras perder solo ocho juegos contra Azarenka (6-1 y 6-3), y Sharapova, las dos mejores

Juan José Mateo
Serena golpea una bola durante el partido.
Serena golpea una bola durante el partido.Juan Carlos Hidalgo (EFE)

Nada, ni los silbidos que le dedica el público a Ion Tiriac, propietario del torneo, y Manolo Santana, su director, a cuenta de la pista azul, puede empañar la alegría de Serena Williams tras firmar una gran obra: la estadounidense destruye 6-1 y 6-3 a la bielorrusa Azarenka, que es la número uno, en la final del Abierto de Madrid; conquista su primer trofeo de la categoría Premier Mandatory desde 2008; y cierra una semana impresionante. Entre su duelo de cuartos contra la número dos (Sharapova) y el de la final contra la número uno (Azarenka), la menor de las Williams solo cede ocho juegos. Eso es todo un aviso. Tras conquistar en abril Charleston (tierra verde) y en mayo Madrid (tierra azul), la campeona llegará lanzada a Roma y París, donde intentará conquistar su segundo Roland Garros (tierra roja) y completar un impensable triplete tricolor.

“Mi sitio está en una pista de tenis, ahí es donde soy increíble”, dijo la campeona, defendiendo una vez más su condición de tenista tras escuchar durante la semana que había quien dudaba de su dedicación a su deporte. “Haber perdido solo ocho juegos contra las dos mejores tenistas del mundo me da mucha confianza. Aquí he intentado ser consistente”, continuó tras recibir el peculiar trofeo a la ganadora, un tallo lleno de púas con el que amenazó en broma a los fotógrafos. “Las mujeres somos mucho más duras que los hombres, por eso tenemos los niños. Los hombres son flojitos”, añadió entre risas para explicar por qué las profesionales de la WTA no se habían quejado tanto de la pista azul de Madrid como los hombres. Su partido no tuvo nada de broma. Firmó 14 aces por ninguno de Azarenka; 26 ganadores por 6 de su contraria; y 11 errores no forzados por 19 de la tenista que encabeza la clasificación.

“Serena jugó bien y yo no”, resumió la perdedora, que llegó al número uno mundial tras conquistar el Abierto de Australia y ha cedido en siete de los ocho enfrentamientos que le han cruzado con la estadounidense. “Eso deja un mensaje claro, una imagen clara de lo que tengo que mejorar. Necesito restar mejor y sacar mejor. Eso ha sido un desastre (Seis dobles faltas, incluida una en punto de set)”, cerró, insinuando una lesión pero sin querer confirmarla. “Sin comentarios”.

Williams, de 30 años, será la número seis mundial el lunes. No es eso lo que le importa. Hace años que Serena no mira la clasificación, sino la cuenta de títulos. Roland Garros es el objetivo.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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