“Traigan a Merkel”
Grecia atiza la pasión de sus jugadores para vengarse deportivamente de la tutela económica de Alemania
Ya antes de la Eurocopa, los griegos paraban por la calle al seleccionador, el portugués Fernando Santos, y le decían “Cómete a los alemanes”, como una venganza deportiva del pueblo contra la tutela económica germánica en los últimos años. Acostumbrada a superar retos por encima de sus posibilidades, Grecia no desaprovechará la extramotivación de enfrentarse ahora a Alemania en cuartos, el viernes en Gdansk. Tras eliminar a Rusia, la prensa helena se desató. ‘¡Traigan a Merkel!’, tituló Goal News; ‘Así es como tus deudores se clasifican’, enfatizó Sports Day sobre la canciller alemana, Angela Merkel, muy impopular en Grecia tras acusar a los griegos de vagos y de tener demasiadas vacaciones.
Preguntado por ella, Santos puso un punto de cordura. “Lo que nos inspira de Grecia es su historia: la ciencia, la democracia… Es difícil por todo eso darle lecciones. Queremos honrarla y traer alegría a la gente... Sangraremos para ganar”.
Es el espíritu de Grecia desde la Eurocopa conquistada hace ocho años en Portugal. Entonces el líder ya era ese centrocampista peleón de piernas combadas y especialista en las faltas llamado Karagounis. A los 35 años y al cumplir 120 internacionalidades, dejó en la cuneta con su gol a Rusia. Fue amonestado y se perderá la cita contra los alemanes, pero también se perdió por tarjetas la final de hace ochos años frente a Portugal y sus compañeros se repusieron. “Es el alma y el motor mental de Grecia”, lo elogió ayer Joachim Löw, seleccionador alemán, pasando de puntillas sobre la cuestión política. “Llegamos a un acuerdo con la señora Merkel para que ella no interfiriera en mis instrucciones tácticas y, a cambio, yo no me meto en su agenda política”.
Lo que nos inspira de Grecia es su historia: la ciencia, la democracia… Es difícil por todo eso darle lecciones" Fernando Santos
El espíritu de Karagounis
Karagounis es, junto a Katsouranis, el único superviviente de aquella selección campeona de Otto Rehhagel. “No seguiré la táctica de Rehhagel. Tenemos nuestra propia identidad. Queremos dominar el juego”, expuso Fernando Santos, aunque los principios sean los mismos: “Organización, mente clara y determinación para ganar siempre”.
En realidad, esta Grecia es muy parecida a aquella. Equipo muy aguerrido en defensa —ha recibido nueve tarjetas amarillas—, poderoso en el juego aéreo, poco lúcido en ataque, con una posesión del 43%, escasos remates y muchas pérdidas de balón. Pero hay algo en Grecia indescifrable: una fuerza ancestral. “Dudo que encuentres un equipo con más pasión por los objetivos representando a un país. Tenemos fe y pasión por este equipo”, avisa Karagounis, mientras su viejo colega Katsouranis vuelve al sufrimiento de sus compatriotas como fuente de estímulo: “Todos en nuestras familias están pasando por momentos muy difíciles. Queremos darles algo para celebrar”. El seleccionador, un hombre muy católico que ha dirigido a los grandes clubes griegos, remata: “Se puede cambiar de club, pero no de mujer, de religión ni de principios”. Esta es Grecia: el espíritu de Karagounis sin Karagounis.
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