Los superatletas de Coubertin cumplen 100 años
El pentatlón moderno debutó como deporte olímpico en 1912
Espadas desenfundadas. Hoja en alto. Todos contra todos. El objetivo: ser el que da el primer tocado en este duelo de esgrima. Es la primera prueba del pentatlón moderno. A continuación, el arma se cambia por un caballo y el reto es superar los doce obstáculos lo más rápida y limpiamente posible. La tercera prueba es natación, 200 metros libre. Estas disciplinas sirven para acumular puntos que determinarán la posición de salida en la prueba final: cross combinado con tiro. Tres kilómetros separan a los participantes, 36 hombres y 36 mujeres, del oro. Pero antes tendrán que parar cada mil metros y acertar cinco veces en un blanco con su pistola láser. El pentatlón, deporte introducido en el olimpismo en 1912, cumple 100 años en Londres.
El barón Pierre de Coubertin recuperó en 1896, en Atenas, los Juegos Olímpicos que habían desaparecido en la Antigua Grecia. Su ideal era fomentar la educación y la confraternización entre países a través del deporte. En 1912, en los Juegos de Estocolmo, volvió a remontarse al olimpismo griego e introdujo el pentatlón, aunque adaptado al siglo XX. En la Antigua Grecia, donde las mujeres no podían participar en los Juegos y a los campeones se les galardonaba con una corona de olivo, el pentatlón estaba compuesto por las pruebas de lucha, carrera, salto, lanzamiento de disco y lanzamiento de jabalina.
Coubertin concebía el pentatlón como un deporte para superatletas: “Prueba las cualidades morales tanto como los recursos físicos y las habilidades, produciendo el ideal, el atleta completo”, decía el barón francés. Era como la aventura de un mensajero desde que recibe la misiva hasta llegar al destinatario. Para ello debe sortear múltiples peligros, desde montar un caballo a la carrera hasta enfrentarse a los bandidos que quieren entorpecer su misión. Por eso las categorías son esgrima, natación, tiro, hípica y cross.
El triatlón era el deporte que iba a sustituir al pentatlón, pero han terminado por convivir
A pesar de que sus orígenes se remontan miles de años atrás, el Comité Olímpico Internacional recomendó la exclusión del pentatlón en 2002 y 2005. Alegaban que no era un deporte global porque implicaba grandes costes y tenía muy poca cobertura. Pero el COI no aprobó la medida –entre los principales defensores del pentatlón se encuentran la princesa Ana y el príncipe Alberto de Mónaco-. Otro de los argumentos que se barajaban para excluir este deporte es que, hasta Atlanta 1996, las cinco categorías se disputaban en cinco días –desde 1912 hasta 1980- o cuatro –de 1980 a 1996-, por lo que no tenía sentido entendido como un deporte global. El triatlón –natación, ciclismo y carrera a pie- entró en el programa olímpico para relevar al pentatlón, aunque al final ambas disciplinas han convivido.
El pentatlón moderno era ideado desde sus orígenes como un deporte militar. Buena muestra de ello es que hubo que esperar cuatro décadas hasta que un civil consiguió imponerse en esta disciplina. Por ejemplo, en los Juegos de 1936, disputados en Berlín, el vencedor fue Gothard Handrick, líder de la Jagdgruppe 88 –parte de la Legión Cóndor-, que participó en la Guerra Civil española con cinco derribos y en la II Guerra Mundial, con otros diez.
El centenario del pentatlón que se celebra este año abarca solo a la categoría masculina. Las mujeres no pudieron participar hasta Sidney 2000.
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