Rosell y los Boixos firmaron el acuerdo para la Grada de Animación
El pacto se adoptó en mayo de 2010 cuando el presidente del Barcelona era aun precandidato
Sandro Rosell firmó el 16 de mayo de 2010, durante la precampaña electoral a la presidencia del Barcelona, un documento por el que se impulsaba la creación de una Grada Joven de animación, rubricado, entre otros, por el cabeza visible del grupo radical, Boixos Nois, Josep Lluís Sureda. El documento, dado a conocer por Catalunya Ràdio, consta de seis páginas y expone la filosofía de dicha grada de animación, su articulación interna, sus fuentes de financiación y sus relaciones con el club. En uno de los puntos se explicita el rechazo a la violencia en el estadio.
Desde la directiva se había negado la existencia de un pacto con grupos radicales hasta que, con motivo de la bengala lanzada a la zona en que se ubicaban los seguidores del Madrid en el partido de Copa del 26 de febrero, arreció la polémica. Después de que Interior anunciara el 1 de marzo la apertura de un expediente al Barcelona, Jordi Cardoner, vicepresidente del área social, aseguró que el club no había regalado entradas a nadie. Pero finalmente, Rosell compareció el lunes y por primera vez reconoció que se había reunido durante la campaña electoral con respresentantes de diferentes grupos, entre ellos los radicales, en un intento de recuperarles “desde la buena fe”. Eso sí, también expuso: “Perdonar es un valor y actuamos a partir de la idea de tolerancia cero con la violencia. No lo hemos conseguido. Se acabó la historia”.
El documento se fija como objetivos el acercamiento de dichos grupos tanto en el Camp Nou como en los desplazamientos
En el documento que Rosell firmó con diez grupos de animación en 2010, se fija como objetivos prioritarios el acercamiento y el aumento de dichos grupos tanto en el Camp Nou como en los desplazamientos del primer equipo. Se instaba a una actuación colectiva, “siempre desde el respeto institucional y no tolerando, en ningún caso, la violencia”.
Se articulaba la nueva estructura organizativa de los grupos de animación que pasarían a integrarse en un Consejo de Grupos de Animación. Tendrían un presidente, que sería el principal interlocutor con el club. Se pretendía dar forma a un plan de actuación y contar con un presupuesto a tal efecto.
La financiación para respaldar esta estructura organizativa y costear las herramientas y el modelo de gestión provendría del club. Mediante esos recursos se gestionaría la organización de viajes, los recursos humanos y las pancartas de animación. También se establecía una línea de mercadotécnia específica y la ubicación de un bar en la boca donde se situarían los grupos en el Camp Nou. El club no logró impulsar esa Grada de Animación básicamente porque los Mossos d’Esquadra se opusieron repetidamente al proyecto porque consideraron que no se podía garantizar la seguridad. Rosell admitió el lunes que el club había vendido 110 entradas por partido, a 10 euros cada una, desde que comenzó el año, sin haberlo advertido antes a los Mossos d’Esquadra, lo cual, reconoció, “fue un error”.
Varios grupos de aficionados anuncian una 'huelga'
El lanzamiento de una bengala en el partido copero entre el Barça y el Real Madrid ha tenido consecuencias imprevisibles. Interior ha abierto un expediente al club azulgrana, que puede ser multado con 600.000 euros por la entrada de material pirotécnico a las instalaciones, estudia abrir otro, sancionado con hasta 60.000, por la venta de entradas a radicales sin alertar a los Mossos, y el presidente, Sandro Rosell, ha dicho que “se acabó lo que se daba” con los proyectos de animación.
Varios grupos de aficionados han anunciado una "huelga de animación" hasta el final de la temporada (exceptuando el partido de Champions contra el Milan). Se acabaron las "pancartas, banderas y cánticos", aseguraron a través de un comunicado, firmado por Grup Fidel, Nostra Ensenya, Almogàvers, Kf, Supporters Puyol, Tòxics Ventura y Unibarçataris. Alegan que se sienten criminalizados por "parte de los medios". Y señalan a los Mossos como los orquestadores de una campaña para vender "una imagen de violencia y trato de favor a los violentos en el Gol Sud" que "no es real".
El propio Rosell, en una rueda de prensa el lunes, dijo que “a veces la demagogia supera la realidad”. Y que la mayoría de las 110 entradas a 10 euros las habían vendido a “chicos muy majos”. Fuentes policiales aseguran que el 80% fueron a parar a radicales.
Los Mossos se reunieron con la directiva del Barça el viernes pasado, después de detectar que determinados aficionados violentos habían vuelto al campo gracias a las entradas que les habían facilitado. El club se mantenía en sus trece, y lo negaba. Hasta que la policía catalana desplegó ante la directiva, encabezada por el vicepresidente del área social, Jordi Cardoner, fotografías tomadas en el Gol Sud. En ellas aparecían viejos conocidos de la policía, tatuados con esvásticas, desplegando material de los boixos nois. Algunos volvían a salir en otras fotografías, lanzando bengalas ya fuera del campo a la línea policial, aseguran esas mismas fuentes policiales.
Los aficionados se quejan de que no se ha respetado la “presunción de inocencia” y acusan de “cínicos” a los Mossos por no querer tutelar la grada de animación. También afean al club su “incapacidad” para “defender a sus socios ante la manipulación”. Y aseguran que en diversas ocasiones han reiterado “el firme compromiso con la no violencia”.
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