Manejar la ‘Liga de Luis’

Cuando faltan nueve jornadas, el Atlético ha alcanzado el liderato con tres victorias consecutivas gestadas en el segundo tiempo, cuando le podía desorientar la presión por ganar. En los tres casos, pero especialmente ante el Betis, Simeone exigió en el entretiempo una marcha más a sus jugadores porque no entraba en sus planes llegar al descanso con el marcador empatado. Sus futbolistas reaccionaron sintiendo que, de nuevo, son físicamente superiores a sus rivales. Les sorprendió que el Betis planteara un partido tan directo y de segundas jugadas cuando esa no ha sido su tónica habitual. El refuerzo del físico a través de cargas aeróbicas y de fuerza explosiva realizado en las dos últimas semanas ha sido decisivo en el asalto al liderato.

El propio técnico ha reconocido que el equipo necesita estar bien en el plano físico para poder expresar lo mejor de sí mismo. Los jugadores están convencidos de que se han impuesto en esos tres partidos a la mínima que los rivales no han podido mantener la intensidad a la que le someten. Señalan el error en la entrega de Jony, que aprovechó Villa para abrir el marcador en Vigo; otra pérdida del Espanyol, que el propio Villa rentabilizó para asistir a Diego Costa, o la absurda expulsión de Braian, como esas bajadas de intensidad del contrario que no han desperdiciado.

Aragonés sostenía que los campeonatos se ganan en los diez últimos partidos

El Atlético no perdió la compostura en Vigo (0-2), tampoco en el Calderón ante el Espanyol (1-0), pese a irse al descanso con el marcador igualado. “Estamos seguros de lo que hacemos y eso es lo más importante”, aseguran en el Cerro del Espino ante la pregunta de cómo puede manejar el grupo la necesidad, si se diese el caso, de tener que ganar todos los partidos para proclamarse campeón.

A la Liga de Luis —Aragonés decía que el título se decidía en los últimos 10 partidos— el equipo ha llegado en plenitud en todos los planos. El vestuario está cargado de autoestima, aunque los planes de Simeone pasan por reforzársela aún más para mantener estables los niveles de competitividad ante lo que se consideran “nueve finales”. “Ahora redoblo el partido a partido”, dijo el sábado. En parte se refería a la necesidad de cuidar aún más los detalles que hacen ganar o perder partidos.

Desde 2004, no había un líder a estas alturas que no fuera el Madrid o el Barça

Ante esa posibilidad de pelear la Liga, los jugadores se sienten unos privilegiados. Desde 2004, ningún equipo que no fueran Madrid o Barça se había plantado en lo más alto de la tabla en las últimas nueve jornadas. Por entonces, fue el Valencia de Rafa Benítez el último en romper ese duopolio que domina el campeonato en la última década.

También a este tramo decisivo, Simeone ha llegado con un once muy definido para las grandes citas, marcado por los futbolistas que mejor interpretan el sistema y la idea de juego. Ahora mismo, ni Diego, ni Villa le caben, salvo para rotar o por necesidad, como sucederá en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones en el Camp Nou, donde Raúl García no podrá jugar por sanción. Esa configuración del once, sin embargo, le ha dado una profundidad de banquillo con dos jugadores de peso capacitados para darle la vuelta a partidos que se le puedan complicar.