La revolución inexplicada

Entre el misterio institucional, la amalgama de voluntades, el repliegue disimulado y la ambición sobrevenida, el Madrid se ha marcado una auténtica revolución este verano. El conjunto blanco, doble subcampeón de Europa, ha fichado un quinteto nuevo: el formado por Campazzo, Rivers, Maciulis, Nocioni y Ayón, y ha reestructurado el cuerpo técnico de Laso con Zan Tabak y Chus Mateo como nuevos ayudantes.

Una agitación que supone el mayor volumen de contrataciones del club en las últimas cuatro temporadas y que han configurado la plantilla más grande de la era Laso, con 13 fichas que obligarán al entrenador vitoriano a realizar convocatorias con un descarte por partido. Las incorporaciones sobre el parquet responden a la búsqueda de experiencia y carácter en los momentos clave —todos salvo Campazzo (23 años) expedientes baqueteados con una media de edad de casi 30 —. Los refuerzos en el banquillo cumplen la paradójica misión de reforzar el organigrama técnico debilitando a su cabeza visible. “Estoy ilusionado”, respondió Laso con tono resabiado cuando le preguntaron por su estado anímico tras pasar el verano lesionado y cuestionado. Aún en fase de recuperación tras la romperse el tendón de Aquiles en el primer partido de la final, el técnico tiene como ejercicio de referencia el hacer equilibrios sobre el pie izquierdo lastimado en junio. “Tenemos grandes jugadores, pero ahora hay que hacer un equipo. Hay mucho trabajo por delante. Aquí la exigencia es diaria y es algo que acepto desde el primer día que empecé a entrenar al Madrid. Tenemos un gran reto en todos los aspectos tras una gran temporada”, explicó antes de referirse a la relación con sus nuevos ayudantes. “Muy buena. Les conocía de antes y tanto ellos como el resto de los nuevos piensan en aportar. Estoy muy tranquilo porque veo a todo el mundo con gran predisposición”.

La temporada pasada se puede mejorar en las vitrinas pero difícilmente en las cotas de excelencia que alcanzaron en la pista. Los blancos arrasaron entre octubre y enero, resistieron entre febrero y abril y sucumbieron en mayo y junio. El balance: una colección de récords y elogios, dos títulos —Supercopa y Copa— y dos derrotas dolorosas en las finales de la Euroliga y la Liga. Nueve meses de competición, en los que el Madrid disputó 80 partidos con un balance de 68 victorias y 12 derrotas (11 de ellas en los últimos tres meses), con 24 victorias por más de 20 puntos (y 11 de ellas por más de 30). Pero se escaparon los títulos más importantes.

Se fueron Draper, Darden, Dani Díez y Mirotic y el club prescindió por burofax de los hombres de confianza de Laso, Hugo López y Jota Cuspinera, mientras transpiraba desconfianza hacia su técnico. Con mayor tiempo de reacción que el Barça en el mercado veraniego y sin salirse de la línea de contención presupuestaria, han llegado un joven argentino de perfil eléctrico y recorrido prometedor —Campazzo—, un estadounidense versátil con fama de artificiero —Rivers—, un lituano abnegado que mezcla amenaza exterior y recursos en el poste —Maciulis—, “un indiscutible” –Nocioni-, y “un referente” –Ayón-. "Para lo bueno o para lo malo se les valorará por los resultados, pero fichamos cinco grandes jugadores. Todos de gran experiencia internacional, contrastados y muy conocidos. Maciulis es de los mejores de Europa en su posición; Campazzo es muy hábil y puede mantenernos en el ritmo de partido que queremos; Rivers puede hacer muchas cosas bien en la pista; Chapu fue de los 'cuatros' más valorados de Europa el año pasado y nos puede aportar mucho en el grupo y abrir el campo en cuanto al juego y Ayón tiene mucha polivalencia dentro, puede defender interior-exterior, tiene canasta cerca y se mueve rápido", analiza Laso sobre los refuerzos. Una plantilla enigmática en su gestación pero finalmente rutilante.