El Atlético se divierte en Elche

Jugaba fuera de casa, pero la casa la llevaba puesta. Con un millar de aficionados en las gradas del Martínez Valero, el Atlético se encontró con todas las comodidades de las que habitualmente disfruta en el Calderón. Tan reconfortado se vio el equipo rojiblanco, que relajó el nervio habitual con el que afronta los partidos para demostrar que también sabe manejarse con las pulsaciones rebajadas. A que el pulso no se alterase contribuyó un Elche apático, que no demostró contar con ningún recurso para el que los de Simeone no tuvieran remedio. Los goles de Giménez y Mandzukic demostraron que el Atlético es mucho más que un equipo anclado al remate de cabeza.

Con los mismos cánticos de apoyo pero sin ninguna referencia al Frente Atlético, el Atlético dibujó un partido sencillo

Con los mismos cánticos de apoyo pero sin ninguna referencia al Frente Atlético, ya que la seguridad se encargó de que no hubiera ninguna bandera o bufanda a la expulsada peña ultra, el Atlético dibujó un partido sencillo gracias a esa sensación de seguridad que transmite sobre en el campo. Ante un rival con poco nervio, los rojiblancos se apoyaron en un juego más compacto que estético para adueñarse del ritmo. Con Raúl García de nuevo en la delantera en lugar de Griezmann, Koke y Gabi maniobraron sin peligro en el centro del campo. Además de la entrada del navarro, la otra novedad en el once de Simeone fue la presencia de Siqueira por el lesionado Ansaldi. Mezcló bien el lateral brasileño con Koke y Mandzukic, pisando a menudo la línea de fondo. Sin demasiadas exigencias en el apartado defensivo, Siqueira quedó liberado par poder estirar el campo y tratar de ganar unos cuantos puntos para seguir optando a la titularidad en un puesto que parece decantado.

Escribá debió imaginarse un partido en el que al Atlético no le quemaría el balón en los pies y por eso alineó a dos medios centros como Mosquera y Víctor. Su tarea tuvo que ver más con la observación que con la fabricación, pues es complicado protagonizar una jugada sin el elemento principal en tu poder. Apático por momentos, el Atlético gozó de la posesión del balón quizás más de lo que hubiera deseado. A pesar de haber necesitado cerca de un cuarto de hora para entrar en calor, el resultado llegó pronto. En un saque de esquina, Arda, Koke y Siqueira se intercambiaron el balón en varias ocasiones. La jugada parecía destinada a engordar esa estadística de córners que terminan en el campo propio, pero las carambolas dieron con Giménez. El central, que se había incorporado al ataque, recibió el balón de Arda y con un control propio de un delantero se deshizo de Damián para a continuación empalmar un zapatazo directo a la red de Tyton. La lesión de Miranda le dio de nuevo la oportunidad al defensa uruguayo de ocupar un puesto en el equipo y demostró que a pesar de lo fornido de su figura también cuenta con recursos algo más sutiles.

Con el gol el ánimo del Elche se mantuvo en los mismos niveles. No pareció querer reivindicarse el conjunto de Escribá aumentando el ritmo o tratando de apretar la salida del balón de los rojiblancos, nada. Lo más peligroso que hicieron los ilicitanos fue un centro de Fajr que acabó despejado por Moyá cuando el balón parecía colarse dentro de la portería del Atlético. No generó mayores peligros el Elche en una primera parte en la que se vio dominado por la mejor costura del Atlético, empeñado como está en no complicarse la vida en ningún momento. La única muestra de orgullo en el Elche la protagonizó Jonathas al encararse con Raúl García tras una falta. Mal síntoma para los de Escribá que el brasileño no apareciera más que en contadas ocasiones, amarrado como está a su talento para tratar de buscarle las cosquillas al rival.

Con el partido ya decidido Simeone quiso dar descanso a Mandzukic y a Arda, con la vista puesta en el partido de Liga de Campeones del próximo martes

Si bien Arda fue desapareciendo progresivamente del juego, la habilidad del turco fue suficiente para que generase siempre peligro. Tampoco Gabi estaba resaltando en un partido hasta que tras el descanso se sacó un pase picado que superó por alto a Lombán y dejó solo a Mandzukic ante Tyton. El croata controló la pelota y batió por bajo al portero del Elche que se olvidó de tapar su palo, un pecado capital con el peor de los castigos. El chispazo del gol pudo entenderse como el fruto de estabilidad, pues a pesar de la pausa en la creación el horizonte de la portería nunca estuvo lejano para el Atlético.

Poco opositó el Elche para conseguir el suyo, lastrado por solidez defensiva del conjunto de Simeone y por su escasa creatividad en el centro del campo. Solo Coro pareció en ocasiones superior a alguna de sus marcas aunque el resultado de esas maniobras no desembocaran cerca de la portería de Moyá. Trató de olvidarse del césped el Elche y encontrar alguna solución por alto. Pero ni siquiera en los saques de esquina encontró algún resquicio por el que observar alguna pequeña luz.

Con el partido ya decidido Simeone quiso dar descanso a Mandzukic y a Arda, con la vista puesta en el partido de Liga de Campeones del próximo martes ante el Juventus en el que se decidirá el primer puesto del grupo. Griezmann ocupó el lugar del croata en ataque y en sus dos primeras carreras demostró que su velocidad es un arma que de momento Simeone prefiere mantener en la recámara. Pagó el Elche la viveza del francés que provocó que el balón siguiera del lado del Atlético en el tramo final del encuentro. No le quedó ni siquiera eso al Elche. El partido fue del Atlético, que descubrió una nueva casa lejos del Calderón.