Sebastian Vettel da una victoria impensable a Ferrari en Malasia

Ferrari pudo alzar los brazos por fin. Sebastian Vettel les concedió una alegría que hacía mucho tiempo que estaban esperando. El piloto alemán, de 27 años, se impuso en el Gran Premio de Malasia en una carrera marcada por la excelente estrategia en la utilización de los neumáticos, que permitió al equipo de Maranello regresar a lo más alto del podio. Fue la primera vez que lo lograban desde que Fernando Alonso les dio la victoria en el GP de España en 2013. Una espera que se les estaba haciendo irresistible y que provocó una auténtica revolución en el seno del equipo a finales de la pasada temporada. Vettel rompió esta vez la hegemonía de Mercedes y relegó a la segunda y tercera posiciones a Lewis Hamilton y a Nico Rosberg.

La satisfacción de Vettel, cuatro veces campeón mundial, fue enorme también, porque ni él se esperaba unos resultados tan brillantes en tan poco tiempo. En las dos carreras que lleva disputadas con Ferrari ha conseguido un podio –tercero en Australia- y una victoria. Y está demostrando que los cambios que se produjeron en Ferrari al término de la pasada campaña están dando sus frutos. Bajo la dirección técnica de James Allison, que trabajaba en este coche desde mitad de la pasada campaña, el equipo ha logrado dar un vuelco a la situación. Junto a él, Marcos di Luca, dirigiendo la aerodinámica, Corrado Lanzone, en la producción y Simone di Resta, como responsable del diseño, han realizado un gran trabajo.

Sin embargo, no es todavía momento de echar las campanas al vuelo. Los Ferrari no son todavía más rápidos que los Mercedes. Cierto que esta vez la estrategia de Ferrari al no cambiar gomas con la entrada del coche de seguridad en la tercera vuelta, y de alargar sus tandas antes de regresar al taller a poner gomas nuevas, les concedió una victoria impensable. Pero en las vueltas finales, Hamilton le estaba sacando un segundo y medio por vuelta y Rosberg casi dos segundos. Mercedes sigue ahí, muy fuerte. Pero esta vez la dirección de su equipo no les permitió ganar. La batalla está planteada y el predominio insultante de los alemanes parece haber concluido. Seguirán ganando, pero no podrán permitirse cometer errores.

“El número uno ha vuelto. Ferrari vuelve a estar ahí. Sí, amigos. Gracias a todos. Ferrari es mucho”, chilló desde su coche, Vettel, que después lloró antes de salir a recibir su trofeo. Esta fue su 40ª victoria y la primera que consigue desde el GP de Brasil de 2013, cuando todavía circulaba con un Red Bull que ya le había dado su cuarta corona mundial. Tras su victoria, Vettel se sitúa a tres puntos de Hamilton en la segunda posición del Mundial. Rosberg pasa a la tercera plaza, a 10 puntos del líder. “Era mi primera victoria con Ferrari y me emocioné. Creo que tenemos un coche muy bueno”. Lo que certifica esta premisa es la cuarta posición final de Kimi Raikkonen, después de haber sufrido un pinchazo –en un toque con Nasr- y haberse colocado en las últimas posiciones.

La carrera se centró en la lucha entre el Ferrari de Vettel y los dos Mercedes. Pero por detrás hubo elementos de interés, como el excelente rendimiento que sacó Carlos Sainz a su Toro Rosso. El madrileño concluyó octavo, superado por su compañero de equipo, Max Verstappen, en las últimas vueltas. “Estoy contentísimo. Creo que ha sido una de mis mejores carreras”, señaló Sainz. “Hacía muchísimo calor y eso te acaba agotando. Pero no lo notaba mientras corría. Respecto a Verstapen, íbamos con estrategias diferentes y me han pedido que le dejase pasar dos veces y lo he hecho. El ha ido a tres paradas y por eso ha acabado delante de mí. Yo con dos paradas tuve un reto difícil. Pero estoy muy contento de lo que he hecho”.

Fernando Alonso luchó hasta que pudo para mostrar que McLaren no estaba tan mal como delataban todos los síntomas. Desde la salida fue ganando posiciones a trancas y barrancas y llegó a ocupar la novena posición, cuando sus adversarios comenzaron a entrar en el taller para cambiar neumáticos. Pero su carrera se truncó de golpe cuando en la 22ª vuelta tuvo que entrar en boxes, porque su coche ya no daba para más. “Yo no notaba nada, pero me llamaron desde el taller y me dijeron que redujera velocidad y entrara”, comentó el asturiano. “No íbamos tan mal. Fue una sorpresa para mí ver que estaba en condiciones de luchar contra algunos de nuestros rivales actuales. Pero está claro que necesitamos rodar mucho para ir descubriendo qué es lo que está pasando. Las carreras se han convertido en test para nosotros. Necesitamos mejorar para llegar a China con más opciones. De momento, vamos descubriendo cosas en cada carrera”.

Las desgracias para McLaren no acabaron ahí. Su segundo coche tampoco pudo concluir la carrera. Jenson Button tuvo que abandonar en la 43ª vuelta, cuando su coche fue perdiendo potencia y acabó encerrado en su taller. El motor Honda está muy lejos de las prestaciones que podría ofrecer la aerodinámica del monoplaza. Es su problema principal. Poca fiabilidad y falta evidente de potencia. Tardarán en resolverlo, a pesar de que los técnicos de McLaren han entrado ya a saco en la evolución del motor, desplazando a los ingenieros japoneses. Pero Alonso sufrirá toda la temporada.