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La pizarra en las semifinales de la Copa América es argentina

Los técnicos de las cuatro selecciones en la penúltima ronda del torneo son del país austral. Nunca se había dado algo igual

De izquierda a derecha, Martino, Gareca, Sampaoli y Ramón Díaz.
De izquierda a derecha, Martino, Gareca, Sampaoli y Ramón Díaz. reuters, Ap, AFP, EFE

Argentina ya ganó la Copa América. No sobre el campo, ya que todavía no se disputaron las semifinales (Chile-Perú abren el turno a la 01.30, hora española, 18.30 en México y 20,30 en Chile; Argentina-Paraguay jugarán al día siguiente), pero sí en los banquillos. Porque en un hecho inédito en torneos internacionales de relevancia, los cuatro equipos semifinalistas están entrenados por técnicos nacidos en un mismo país, el de Messi, Agüero y compañía.

Jorge Sampaoli (55 años, Casilda, Santa Fe) con Chile, Ricardo Gareca (57, Buenos Aires) en Perú, Gerardo Martino (52, Rosario) con Argentina y Ramón Díaz (55, La Rioja) en Paraguay completaron un póker que si bien era posible desde el principio, ya que seis de los doce conjuntos participantes contaban con técnicos albicelestes, no parecía sencillo de alcanzar dado el peso de selecciones como Brasil o Uruguay.

Pero ocurrió, y el hecho sirve para reivindicar a un colectivo paradójicamente maltratado en su propio país. “Uno observa semejante éxito y no puede creer que este año en la Argentina ya hubo 13 técnicos despedidos en las primeras 15 fechas del campeonato”, señala Miguel Ángel Brindisi, ex entrenador del Espanyol, Las Palmas y muchos otros equipos en varios países.

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“Para mí es más una ratificación que otra cosa”, sostiene a su vez Edgardo Bauza, que fue campeón de la Copa Libertadores con Liga Deportiva Universitaria de Ecuador y San Lorenzo de Argentina, su actual equipo: “Todos hablan de los jugadores que hemos aportado al mundo, pero siempre dije que detrás de ellos también hubo grandes técnicos exitosos, sobre todo en países de habla hispana. Unos y otros representamos una idea, una manera de vivir el fútbol”.

En efecto, casi desde principios del siglo XX el fútbol argentino exportó sus conocimientos en los banquillos al resto del continente americano, y son muchos los países que reconocen en los técnicos albicelestes las bisagras que permitieron dar saltos de calidad en sus respectivas selecciones.

De Bilardo a Lavolpe

Más allá de las diferencias de estilos y propuestas, desde Carlos Bilardo en Colombia a Marcelo Bielsa en Chile, pasando por José Omar Pastoriza en Venezuela, el propio Tata Martino en Paraguay o Ricardo Lavolpe en México imprimieron características en el juego y el comportamiento hasta entonces desconocidas en sus lugares de adopción.

“La diferencia radica en la personalidad”, asegura Brindisi, y agrega: “Hoy en día todo el mundo tiene acceso a capacitarse tácticamente, pero al entrenador argentino se le considera un ganador, una persona que puede ejercer un liderazgo importante sobre el grupo y tomar decisiones. Esto no es tan común en Centroamérica, México e incluso en España”.

Así llegaron a semifinales

Chile: Primera de grupo por delante de Bolivia. Eliminó en cuartos a Uruguay (1-0). 11 goles a favor y 3 en contra.

Argentina: Primera de grupo pòr delante de Paraguay. Eliminó a Colombia (0-0) en la tanda de penaltis. 4 goles a facvor y 2 en contra.

Paraguay: Segunda de grupotras. Eliminó a Brasil (1-1) en cuartos por penaltis. 4 goles a favor y 4 en contra.

Perú: Segunda de grupo tras Brasil. Eliminó a Bolivia en cuartos (3-1). 5 goles a favor y 3 en contra.

Pero la circunstancia que se da en esta Copa América — “una casualidad”, según Gareca; “una demostración de calidad”, en opinión de Díaz— esconde otra curiosidad. Los cuatro técnicos pertenecen a la misma generación, una camada que en los últimos tiempos ha sido tachada de “anticuada” en la misma Argentina, donde los aplausos hoy solo parecen destinados a técnicos como Marcelo Gallardo, Matías Almeyda o Arruabarrena, jóvenes y con pasado futbolístico reciente en clubes europeos.

“Eso responde a una corriente periodística”, razona Bauza, “pretenden resaltar que el fútbol debe ser vertical y llegar con mucha gente, olvidándose de que atacar bien es igual de importante que defender bien”. Brindisi va más lejos: “Es una tendencia de la sociedad. En las oficinas también quieren jubilar antes de tiempo a los que rondan los 60 años. Bienvenida la juventud, pero también debe haber un lugar para la experiencia”.

Cincuentones, con varios títulos en cada una de sus mochilas, experimentados pero con la energía intacta, Sampaoli, Gareca, Martino y Díaz se aprestan a definir una Copa América que en las canchas aún no tiene un campeón. En los banquillos, en cambio, el ganador está muy claro: es Argentina, y por goleada.

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