“Este Barça es una maravilla”

En el Monumental de Núñez todavía se habla de cinco muchachos, Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau, que el mundo de la pelota inmortalizó bajo el mote de La Máquina de River. Por Old Trafford pasaron jugadores como Cristiano Ronaldo, Giggs o Cantona, pero el trío Best, Charlton y Law quedó tatuado en las futboleras calles de Manchester. Brasil tiene cinco estrellas en el pecho, aunque para los aficionados de La Canarinha la que firmaron Jairzinho, Gerson, Tostão, Pelé y Rivelino en México 1970 brilla con más fuerza. Alrededor de Di Stéfano, el Madrid se convirtió en el rey de Europa. Igualmente recordada fue la Hungría de los cincuenta, la Holanda de los setenta, el dream team de Cruyff o la Quinta del Buitre. Y desde el domingo se recordará la exhibición de Messi, Neymar y Luis Suárez en el Camp Nou.

“Es una verdadera maravilla; no puedo recordar a un equipo con delanteros tan fuertes, merecedores los tres del Balón de Oro. Quizás sucedió algo similar en nuestro Milan con Van Basten, Gullit y Rijkaard a finales de los ochenta, pero el fútbol italiano es menos espectacular y este Barça brinda espectáculo siempre”, opina Demetrio Albertini, exjugador del cuadro rossonero y del Barça. “Es realmente increíble, juegan a una velocidad y con una precisión imposible. Me gusta mucho”, tercia Johnny Rep, compañero de Cruyff en el Ajax. “Este Barça es una máquina”, comenta Patrick Kluivert. Y Carlos Bilardo, campeón del mundo con Argentina en 1986, remata: “La verdad es que yo me lo paso genial viendo jugar a este Barcelona”.

El Barça sufrió el domingo en la primera parte: 1-1. Pero en el segundo tiempo se encendieron Messi y sus compinches y el Celta se llevó un set de goles a Vigo. En la primera parte los azulgrana completaron 245 pases frente a los 292 del segundo acto (un 20% más). Probaron a Sergio Álvarez en tres oportunidades en el primer tiempo frente a las ocho veces que tiraron a portería tras el descanso. Estadísticas que quedan en la sombra frente a los números de su tridente: desde que Suárez llegó al Barça el verano pasado y se sumó a Neymar y Messi, el trío firmó 208 de los 289 goles del cuadro de Luis Enrique.

“La explicación de por qué estos tres jugadores congenian tan bien es muy simple: son muy, muy buenos. Un jugador mediocre se convierte en uno bueno cuando juega al lado de uno excelente; imagínese en el caso de estos tres. Se potencian”, subraya Zico. “Messi acepta y abraza a Suárez y Neymar. Leo es un chico muy inteligente, él puede ganar pero sabe que el fútbol es un juego de equipo y necesita de sus compañeros. Cuando él está un poco bajo, los otros dos marcan la diferencia”, vuelve Albertini. “Estuvo la época de Pelé, la de Cruyff, la de Maradona y ahora es la de Messi”, completa Bilardo.

Con el partido 3-1 y ante la posibilidad de marcar su gol 300 en la Liga, Messi, ninguneó los récords y le dio un pase a Suárez en vez de lanzar el penalti a portería (en realidad la asistencia era para Neymar, pero según el 11: “El gordo se me adelantó”). Una jugada que quedó en el ojo de la tormenta. Mientras que muchos aficionados se rinden ante el ingenio del 10, otros lo acusan de ir de sobrado. “¿Qué dice el reglamento?”, cuestiona Bilardo; “que se puede, entonces perfecto. Es un golazo”. Y entre la inspiración de La Pulga, capaz también de utilizar la figura de árbitro como poste para deshacerse de Planas, aparecieron las filigranas de Neymar. “Si estoy en el campo le doy una patada, tengo que ser honesto. Pero el caño, el tacón o las bicicletas son parte del juego y la gente disfruta con ellas”, interviene Albertini. Luis Enrique lo tiene claro: “En este país está mucho más aceptado un patadón que una filigrana”. Mientras el Barça de Luis Enrique rompe marcas (30 partidos invicto), Messi, Neymar y Suárez escriben los libros de historia.