Adiós a Cesare Maldini, el hombre bueno del fútbol italiano
Fue el primer italiano en levantar una Copa de Europa y capitaneó al Milan 30 años antes que su hijo Paolo
Contaba Cesare Maldini que Enzo Bearzot le tenía despierto todas las noches hasta las 3 de la mañana durante el Mundial del 82, el que ganó Italia. La Italia de Conti, Tardelli y Gentile. Maldini era el segundo de Bearzot. “Yo dirigía los entrenamientos y trasladaba las consignas tácticas. Cuando todos los jugadores se iban a dormir, Bearzot se sentaba conmigo y me preguntaba qué me había parecido esto y lo otro. Todas las noches, aprovechando el silencio de los hoteles. Nos íbamos a dormir a las 3 o las 4 de la mañana”.
Maldini padre era Cesarone para todos. Querido por su capacidad de reírse de sí mismo (todos los italianos estarán sonriendo ahora acordándose de la imitación que hizo de él un famoso cómico italiano). Buena gente, disponible. Siempre estaba de buen humor. Siempre tenía una anécdota que contarte, le llamaras ya fuera para pedirle una foto de familia, preguntarle por su hijo, por el Milán que capitaneó o por la selección italiana. Siempre te desvelaba pequeños secretos, como que Cristian Vieri era el animador del vestuario de Italia; tan serio, en apariencia, la realidad era que él era el que contaba chistes y hacía reír a todos con sus bromas.
Nacido en Trieste el 5 de febrero de 1932, Cesare ha muerto este domingo, de madrugada, a los 84 años. Fue capitán del Milan 30 años antes de que lo fuera su hijo Paolo. Él le hizo debutar en la sub-21, así como él hizo debutar a Gigi Buffon con la selección de los mayores en octubre de 1997.
“Paolo siempre quiso ser futbolista. Recuerdo que en casa siempre buscaba una pelota y cuando volvía del colegio deseaba acabar pronto las tareas para irse a echar un partido con sus amigos. Yo me di cuenta enseguida de que iba a ser un gran futbolista, pero me quedé callado porque no quería crearle problemas. No quería que la gente pensara que era un enchufado. Recuerdo que mi hija un día durante un partidillo le hizo una foto. La tengo guardada todavía porque fue como un flechazo. El gesto atlético era ya de un jugador veterano y tenía tan solo 11 años. Lo hice debutar en la sub-21 cuando solo tenía 18 años. Era pronto, pero lo intenté. Coincidimos otra vez en la selección en el Mundial de Francia. Hablaba mucho con todos los jugadores, pero con Paolo muy poco, ya lo conocía lo suficiente. No le di todo lo que se merecía porque tenía miedo a que la gente pensara a que lo había enchufado. A él solo le preocupaba una cosa: en el campo no sabía si llamarme míster o papá”, contó Cesare a El País en 2007, antes de que su hijo jugara la octava final de Champions.
La Copa de Europa y la familia Maldini tuvieron la historia de amor más bonita del planeta. Cesare fue el primer italiano en levantar la Copa de Europa (su hijo consiguió cinco tiempo después). La primera que consiguió el Milan (en el que jugó, de defensa, 347 partidos entre 1954 y 1966); fue en Wembley, en 1963, contra el Benfica de Eusebio.
En 1966 dejó el Milan y jugó un año en el Torino antes de colgar las botas. Vistió también la camiseta de la selección (14 presencias). Además de Enzo Bearzot, también fue segundo de Nereo Rocco en el club rossonero, que dirigió dos temporadas (1972-74). Entrenó también al Foggia, Ternana y Parma antes del Mundial del 82. Dirigió a la sub-21 durante diez años (1986-1996 fue la época dorada de Italia, la de los Cannavaro, Nesta, Maldini, Pirlo y compañía) y ganó tres campeonatos europeos seguidos. Fue seleccionador en el Mundial de Francia y vivió su última experiencia en el banquillo con Paraguay (2001-2002).
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