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“Me enorgullece haber ganado sin renunciar a mi idea”

El entrenador del Everton repasa su trayectoria en la liga inglesa antes de disputar la semifinal de la FA Cup ante el United

Robert Martínez, en el último Liverpool-Everton.
Robert Martínez, en el último Liverpool-Everton. Carl Recine (REUTERS)

Roberto Martínez tenía 21 años cuando llegó a Wigan. Nacido en Balaguer (Lleida), echó raíces en Inglaterra. Jugó en el Wigan, el Motherwell, el Chester y el Swansea hasta que en el equipo galés empezó a ejercer de entrenador en la temporada 2007-2008. Lleva 262 partidos consecutivos en un banquillo de la Premier League, solo le supera Arsène Wenger, técnico del Arsenal desde 1996. Ha hecho historia en el fútbol inglés, pero sus gestas parecen ignoradas: fue el primer español en marcar un gol en la FA Cup y el primero en ganarla como entrenador, con el Wigan en 2013. Si hoy el Everton vence al Manchester United en la semifinal en Wembley será el primero en dirigir a dos equipos distintos en la final del partido que todo niño inglés que ama el fútbol quiere jugar. En el pasillo que lleva a su despacho en Finch Farm, la ciudad deportiva del Everton, una enorme foto de Johan Cruyff jugando para Holanda suena a declaración de principios.

Pregunta. ¿Cree que el aficionado español sabe de usted, de su trayectoria?

Respuesta. No. Y es comprensible.

P. ¿Y eso no le duele?

R. No, ¿por qué? Me fui a los 21 años. Llevo más años viviendo aquí que en España. Jugué un partido en Primera con el Zaragoza, nunca entrené en la Liga. Es normal. No pretendo que se conozca mi historia personal en Inglaterra, la verdad.

P. ¿Recuerda su primer partido en Inglaterra?

R. El primero fue un amistoso, el primero oficial fue contra el Gillingham. Marqué un gol, pero perdimos 2-1. El día antes el entrenador nos dijo: ‘Tomorrow, tracksuit (chándal)’. Y se tocó el cuello, como haciendo ver que se subía una cremallera, pero nosotros entendimos que se subía el nudo de la corbata. Entonces, Jesús (Seba), Isidro (Díaz) y yo nos presentamos con el traje mientras el resto del equipo llegó en chándal. ¡No entendíamos nada! Antes de empezar el partido el entrenador me pidió: ‘Cuando saquemos de centro, la pones a la cabeza de su lateral derecho’. Y me aclaró: ‘La despejará fuera y empezaremos otra vez desde más cerca de su área’. Esa era la idea, algo parecido al rugby. ¡No podía creerlo!

Aspiro a devolver al club los éxitos de los 80 y tenemos cerca la posibilidad”

P. De aquellos Three amigos, —Jesús, Isidro y usted— solo queda usted en Inglaterra. De aquel fútbol, ¿qué queda, se lo ha comido el dinero?

R. ¡No, queda mucho! Lo ha transformado el dinero, pero queda la honestidad, la intensidad, la pelota dividida, el contacto. La diferencia es esa y esa es la exigencia al jugador, el precio de la adaptación. Y queda el aficionado, su inquebrantable apoyo, los que van contigo a donde juegues con la esperanza de verte ganar. Aquí no existe la idea de ‘bueno, vamos a ver si empatamos’. La grada ha cambiado de aspecto, es más cómodo el campo, pero la manera de ver el fútbol de la gente no ha cambiado, ni tampoco la manera de vincularse al equipo. Ese sentido de pertenencia es el mismo. No he visto aún a una afición que no se vuelque con su equipo cuando éste está con problemas. Es una manera muy distinta de vivir el fútbol. Ha cambiado la media social y el dinero ha permitido elegir la opción de decidir qué se quiere ser y qué no. Pero hay señales muy claras, inmutables. Se ha perdido paciencia. Ahora hay un canal de 24 horas informando de fútbol, hay mucha más cercanía porque hay mucha más información. En eso el fútbol inglés ha cambiado muchísimo.

P. Usted viene del fútbol barro y hoy trabaja en las estrellas. ¿Recuerda que celebró una Copa Johnson?

R. ¡Dos! Bueno la primera, contra el Millwall que ganamos en el último segundo, no la jugué, estaba lesionado, pero yo era muy del Wigan y la celebré mucho. La Copa Johnson es la oportunidad que da el fútbol inglés a los equipos de las ligas más modestas de jugar en Wembley. Y la segunda, contra el Carlisle de Zigor Aranalde y con el Swansea, la jugamos en Cardiff porque Wembley estaba en obras.

P. ¿Recuerda su primer gol en la FA Cup?

R. Sí. El tiempo me hace estar muy orgulloso, pero aquello fue puro cálculo de posibilidades. Nayim, que fue el primero en jugar partidos de la FA no marcó, así que era Isidro, Jesús o yo. Y me tocó a mí. Jugamos contra el Runcorn Town. Fue recordado porque era el primer partido del Wigan en el Match of the Day. Fue todo un acontecimiento. ¡Me dieron un trofeo!

P. Uno se plantea, ¿qué hacía usted en Wigan en 1995?

R. Nos trataron muy bien, por allí solo habían visto a un par de camareros españoles, así que no se imaginaban que podía haber futbolistas que jugaran allí. Nos decían: ‘Ya verás en febrero’. Se creían que todos veníamos de la Costa del Sol, como si en Balaguer, mi pueblo, en febrero no hiciera frío. Le cogí tanto cariño a aquel equipo que cuando llegó la hora de marcharme, porque tocaba, decidí irme a Escocia.

Guardiola será una revolución. La Premier espera su influencia”

P. Y hundió al club….

R. ¡Hombre el Motherwell entro en suspensión de pagos, pero no fue culpa mía! Pero sí, en Escocia, al principio, fue todo un drama, porque a las tres semanas echaron al entrenador que apostó por mí, después quebró el club… pero allí conocí a Beth, mi mujer, no me fue tan mal. Volví a Inglaterra y luego me fui a Gales y me hice entrenador.

P. ¿Qué le han aportado los españoles al futbol inglés?

El United es difícil, pero lo importante es que la grada azul en Wembley nos ayude a marcar la diferencia"

R. Pausa. El juego británico era de área a área. Le han aportado creatividad, el jugador que piensa, el último pase, el juego entre líneas. Por eso la Premier respeta el futbolista español, por profesional. Y a los Cazorla, Cesc, Arteta, Silva, Mata… a los 10.

P. ¿Y los técnicos españoles?

R. Somos más tácticos. Puede que no tengamos su espíritu, pero somos más cuidadosos con los tiempos. Creo que los españoles, en general, nos adaptamos bien a otras culturas, aportamos mucho lo nuestro, pero nos amoldamos bien allí donde vamos. Y aunque el fútbol inglés no es fácil, hay que entenderlo y cuesta, no lo han conseguido todos los que lo han intentado, los entrenadores españoles han dejado siempre algo relacionado con el orden en el juego. De todas maneras, yo tengo una mirada muy anglosajona, he hecho toda mi carrera aquí.

P. ¿Ha cambiado el trabajo del mánager?

R. Muy poco, lo que ha desaparecido es el player mánager. Antes era bastante común y ya no se ve. Ahora hay muchos más directores deportivos y head coach. Yo soy de la old school (vieja escuela). Me gusta construir equipos, llevar la filosofía del despacho al campo, vincularla. La gran suerte de un mánager es el apoyo del amo, el tiempo para construir un equipo. En eso ha cambiado, cuando antes tenías seis años, ahora tienes seis meses.

P. ¿Qué se puede esperar de la llegada de Guardiola?

R. Será una revolución. Se va a encontrar a un club con los brazos abiertos y eso es muy importante. La Premier espera su influencia. Será bonito. A mí particularmente me hace ilusión porque habrá dos entrenadores catalanes en la liga inglesa y eso no ha pasado nunca.

P. ¿Seguirá en el Everton?

R. Sí, me gustaría mucho. Esta es mi tercera temporada en el Everton y hemos tenido grandes experiencias, grandes momentos. Quedamos quintos, con 72 puntos, hicimos un buen camino en la Europa League, hemos visto crecer a algunos jóvenes de inmenso talento, que han asumido roles importantes en el equipo. Los aficionados son especiales y el club, genética e históricamente, está unido a un carácter ganador. Durante la década del 80, este club vivió muchos éxitos. Mi aspiración es devolver esos sentimientos y esos éxitos a estos tiempos. Pero para eso necesitamos un título que nos ayude a soñar y esa oportunidad está muy cerca ahora.

P. ¿Hubiera preferido otro rival?

R. Es el United, es el que es. Es difícil, pero lo importante es que la grada azul en Wembley nos ayude a marcar la diferencia entre los dos equipos. Estamos allí, es la primera vez desde que llegué al club y siempre ha sido nuestra ambición luchar por un título que nuestros aficionados se merecen.

P. Siempre dijo que su inspiración fue Johan Cruyff. El Everton no gana desde el 95. Nueve más cinco: 14.

P. ¡No lo había pensado! Sí, la valentía de Johan en el Barça de principios de los 90 me impactó. Asumir aquellos riesgos con defensa de tres, y a pesar de perder partidos seguía siendo muy claro en la idea que defendía. Eso fue una enseñanza que he seguido siempre.

P. ¿De estos 21 a los 42, de qué se siente más orgulloso?

R. De haber ganado partidos con mi idea, de apuestas que han dado frutos a la larga. Por ejemplo, cuando veo a Rangel, que lleva doce años jugando en la Premier, estoy feliz. Y de haber defendido una idea, eso me hace feliz. Nunca he renunciado a lo que creo. No he jugado a la inglesa, pero me he adaptado, he hecho mi sofrito con lo que he sentido y a veces me ha quedado bien. Este año no puedo estar satisfecho, no puedo negarlo.

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