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Pedrosa resurge en Misano y se impone a Rossi y Lorenzo

El piloto de Honda brinda una fantástica remontada desde la octava plaza y relega a Márquez a la cuarta plaza

Nadia Tronchoni
Dani Pedrosa celebra su victoria en San Marino.
Dani Pedrosa celebra su victoria en San Marino.GABRIEL BOUYS (AFP)

Dani Pedrosa estaba tan perdido que volvió a los conceptos básicos. Una configuración estándar y a dar vueltas a la pista. No cambiar apenas la moto entre sesión y sesión. Nada de inventos, nada de cambios estrambóticos. Se acabaron las pruebas. De piezas, de reglajes, de electrónica. Tomó la decisión en Silverstone y acabó quinto, su mejor resultado desde que subiera al podio en Cataluña, donde fue tercero, hace ya unos meses. En Misano, este fin de semana, siguió con la misma filosofía. Y no se preocupó más que de trabajar para la carrera, como un chaval que empieza en la categoría de Moto3, currándose el ritmo para un domingo de gloria, tratando de entender los neumáticos. Y dio en el clavo. Por fin. Solo él –y Michele Pirro, piloto probador de Ducati (excelente, por cierto, séptimo en carrera) se atrevió con el neumático delantero blando. Y fue el gran triunfador.

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Pedrosa, que se ha pasado más de media temporada intentando adaptarse a los nuevos neumáticos Michelin, demasiado duros para un piloto de su peso y su estatura, además de a las dificultades de su Honda, una moto complicada de llevar, a veces imposible de guiar, con problemas en aceleración y querencia por los caballitos, que empieza a tener ahora una electrónica que responde a las necesidades del equipo con mayor presupuesto del Mundial, encontró por fin la manera. Pese a clasificar mal. Pero no le importaba salir desde la octava posición de la parrilla, porque sabía que tenía el ritmo, que sería capaz de rodar rápido. No necesitaría esta vez seguir la rueda de nadie como hizo una semana antes en Silverstone. Podría rodar solo. Y perseguir a quien fuera necesario. Y lo hizo.

Salió bien. Ganó dos posiciones. Y tras seis giros pudo finalmente adelantar a Viñales (que había escogido el duro delantero, como Márquez, que aseguró no tener muchas más opciones, aunque tampoco esta goma le dio las mejores sensaciones) y a Dovizioso, que fue quien más le costó. El italiano siempre fue un gran frenador, sabe tapar bien los huecos, y cuando el de Honda se puso por delante ya llevaba mucho terreno perdido con el grupo de cabeza, casi dos segundos. Pero no importaba. Empezó a marcar una vuelta rápida tras otra. La primera llegó tras nueve giros. Y fue rebajando sus tiempos. Tanto, que alcanzó a Márquez en un pispás. Pudo mantener el líder del Mundial a duras penas el ritmo de sus rivales, pero nunca pareció del todo cómodo en la pista –“Me costó encontrar un buen compromiso en las frenadas”, concedió– . Y le adelantó sin muchos aspavientos, en la horquilla de la curva 14 –“Adelantar a Dovi me había costado mucho, allí me di cuenta de que si quería llegar a Valentino no podía perder más tiempo”, explicaría luego el ganador de la prueba. La cuarta vez que Pedrosa marcó vuelta rápida, justo después de deshacerse de su compañero de equipo, a 13 giros del final, ya estaba a dos décimas de Lorenzo, tercero.

Valentino Rossi adelanta a Jorge Lorenzo en Misano.
Valentino Rossi adelanta a Jorge Lorenzo en Misano.GABRIEL BOUYS (AFP)

Al de Yamaha lo adelantó dos vueltas más tarde. El mallorquín, que se postulaba como uno de los grandes favoritos para la victoria, tiró y tiró como en sus mejores jornadas en cuanto se apagó el semáforo. Intentaba escaparse, pero no lo logró. También quería ganar así, a lo grande, Rossi, que corría en casa. Y le rebasó a su estilo, agresivo en la frenada, toque incluido, en la penúltima curva del trazado de Misano –“Demasiado agresivo”, se quejó Lorenzo en la conferencia de prensa. Y el italiano se rió. Se enzarzaron en una discusión–, al final de ese primer giro, para soñar con una victoria de principio a fin.

Pero Pedrosa no les permitió soñar ni a uno, ni a otro, que, como la mayoría, habían elegido el compuesto delantero medio. Aquel, valiente, había calzado el blando. Y se marcó cuatro vueltas rápidas que lo lanzaron al cuello de Rossi, a quien cazó a seis vueltas del final. Con un adelantamiento justo, en boca de Rossi “del estilo Márquez, que cuando ya estás en la curva llega él y se mete dentro”. A partir de entonces, el de Castellar no tuvo más que poner toda su delicadeza al manillar. Su pilotaje fue una combinación de agresividad y elegancia maravillosa. Y su triunfo, un desahogo. Para él, que recupera la confianza perdida los últimos meses. Y para su equipo, que sabe que existe un camino. Además de una alegría para un campeonato competitivo como nunca que gracias al piloto de Honda contempla la octava victoria de un ganador distinto en ocho carreras consecutivas, algo inédito.

El Mundial, además, con las dos Yamaha en el podio y el cuarto puesto de Márquez, que está sudando de lo lindo para llevarse este título que persigue con más cabeza que nunca, un pilotaje delicioso y el material más justo que en años anteriores vuelve a apretarse, aunque sea solo un poco.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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