La revelación Gaviria sacude el Giro
Colombia lanza al estrellato a otro ciclista, un sprinter que rompe con la imagen de los escarabajos escaladores de toda la vida
El Giro del Centenario ha sido también el de las primicias del nuevo ciclismo que ya llega. Cuando Eddy Merckx se reveló como Caníbal en el Blockhaus del Giro de 1967, la prensa tituló: “Un sprinter belga se impone en la montaña”. Algo parecido pudo haberse escrito del rodador holandés, que reveló su valor ante todos durante todo el Giro. Es el primer triunfo de Dumoulin en una prueba por etapas. El holandés ya piensa en el Tour, que afrontará con aspiraciones en 2018. Y Fernando Gaviria, la otra gran revelación feliz, en seguir ganando etapas a su manera, por medio de sprints espectaculares.
A Patrick Lefévère, el jefe del Quick Step le ofrecieron el año pasado a Peter Sagan, considerado el ciclista más espectacular, el más deseado. “¿Para qué quiero a Sagan si tengo a Gaviria?” Gaviria le agradece la confianza aplicándose para aprender a ganar clásicas belgas y buscando, con su personalidad tan europea, una imagen propia, distinguida. Y hace caballitos como Sagan cuando asciende montañas en la grupetta de los rezagados.
Cuando a Fernando Gaviria le dijeron que Mark Cavendish iba a correr el Tour de San Luis, el colombiano se volvió loco de alegría. Tenía 19 años. La carrera argentina sería la de su debut entre los grandes. “También vendrá Cav”, le dijo a su entrenador en el velódromo de Medellín, Jhon Jaime González. “Vamos a planear cómo ganarlo”.
El chaval colombiano le ganó dos sprints al inglés, entonces considerado el mejor del mundo y firmó por el mejor equipo para un sprinter. El chaval de La Ceja, de 22 años, está acostumbrado a hacer ruido desde joven. También está acostumbrado a que siempre que gana, y en el Giro de su debut lo ha hecho cuatro veces y se ha llevado la maglia ciclamen, todo el mundo resalte que pese a ser colombiano no es escalador, no es un escarabajo, reduciendo la enorme variedad del ciclismo de Colombia a su fruto más conocido. Lo mismo decían, admirados, de Miguel Indurain hace 25 años: “Es español y no es escalador. Qué extraño...”
El Giro de Dumoulin y de la derrota de Nairo, y de la explosión de Gaviria fue también el del combativo Mikel Landa, feliz pese a todo en su papel de electrón libre y conquistador, el de la ratificación del Movistar, que hizo girar la carrera alrededor de sus decisiones, como el mejor equipo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.