Victoria de Fenati ante un errático Mir en Motegi

Se clasificó mal el sábado. Y terminó mal el domingo. A su moto, tan dócil todo el año, tan gentil en aceleración, tan potente, no le pasaba nada especial. Pero el cielo no quiso acompañarle en su viaje. Se cerró el miércoles, cuando Joan Mir enfilaba el camino hacia el circuito de Motegi. Y no lo vio abrirse en ningún momento del fin de semana. Jarreó, especialmente, la mañana del domingo en que aspiraba a convertirse en campeón de Moto3. Y él, al que ya atacaron los nervios el día anterior, cuando tuvo que salir a una pista empapada para pelear por buscarse un buen sitio en la parrilla de salida (y, también, para minimizar la sanción de seis posiciones que le habían impuesto por la maniobra polémica de Aragón), tampoco supo templar los nervios en una jornada aciaga. Terminó con el 14º mejor tiempo. Y ello le obligó a salir en parrilla en el puesto 20 el domingo.

La presión tremenda de ganar un título mundial y la tormenta incesante, un día, y otro, y otro, no formaron una buena pareja. Y Mir, 20 años, mallorquín, la frescura del campeonato de Moto3 hecha sonrisa de Profident, no supo enseñar los dientes tampoco al acabar la carrera. Pasó por meta en 17º posición. Su rival por el título, Romano Fenati, lo hizo el primero. Tras una demostración de coraje y un pilotaje dulce y amable, en cabeza desde el tercer giro, ninguna estridencia, cuatro segundos de ventaja respecto al resto. El resultado de la carrera, que acerca al italiano al español (con 55 puntos de ventaja) cuando queda una cita menos en el calendario, obliga a mantener la tensión una semana más. El próximo domingo, en Phillip Island (Australia) volverá a jugarse el título con el italiano. Y volverá a depender de él mismo. Si es primero o segundo, será campeón. Si se le vuelve a complicar el día, tendrá dos oportunidades más: Malasia y Valencia.

Mir, un chico de récord al ser el primero en la categoría que logra ocho victorias en un año, no logró encontrar su sitio este fin de semana en Japón. Y reconoció haber sentido la presión del momento.

“Durante todo el fin de semana no me he encontrado nada cómodo con la moto, he tenido muchos problemas. Puede pasar. También estaba el handicap de que te juegas un Mundial, te pones más nervioso, vas más tenso... Pero me ha pasado todo el fin de semana, es un poco raro. Al final, no hemos acabado de encontrar la puesta a punto que me gustaba”, explicaba. Y concretó: “En el tercer libre, de repente, la moto fue mejor. Rodé el quinto y, luego, se me olvidó ir en agua y volví a estar muy atrás. Es una pena”.

El piloto lamentó, más allá de prolongar la batalla por el título (y la agonía), no haber podido hacer una buena carrera, ni haber disfrutado de la misma. “Estuve muy colgado toda la carrera, con muchísimos sustos. También el hecho de salir tan atrás me ha perjudicado bastante porque no se veía nada detrás”. Ha trabajado tan bien durante todo el año que tendrá más oportunidades en las próximas semanas.